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La época de TIMOS había comenzado, y los gemelos estaban por llegar acabo un desastre enorme.

Debido a que Louis y yo aún no los presentábamos sino hasta el próximo año, sólo pudimos ver lo que habían hecho cuando el resto de alumnos salieron del salón. En el cielo pude ver una enorme "W" hecha con fuegos artificiales, mientras que todos los decretos estaban regados en el suelo.

Me alegré por los gemelos, después de todo ellos lo habían dicho, los estudios no eran lo suyo.

•••

Ahora nos encontrábamos en la oficina de Umbridge, que se encontraba rodeada de cuadros con gatos. Enserio esa señora daba miedo.

-Alerten a la Orden.- dijo Harry.

-¿Estás loco? Iremos contigo.- respondió Ron.

Me alejé un poco de ellos mientras veía los cuadros y noté que hacía falta uno. Escuché a Umbridge llegar junto con su Brigada de no se que y comenzó a interrogar a Harry mientras al resto nos sostenían.

-¿Me mandó a llamar, directora?- preguntó Snape llegando a la oficina.

-Snape, si. Llegó la hora de las respuestas, quieran dármelas o no. ¿Ha traído el veritaserum?- preguntó la loca.

-Temo qué usted agotó mis recetas interrogando alumnos, usó el último en la señorita Chang... Al menos que quiera envenenar los, le aseguro que la entendería.. No puedo ayudarla.

-Tiene a Canuto. Ambos están en el lugar que usted sabe.- dijo Harry.

-¿Canuto? ¿Quién es Canuto?
¿Qué significa? ¿De qué está hablando, Snape?- preguntó Umbridge y Snape volteó.

-Ni idea.- dijo fríamente y se retiró.

-Muy bien. No me dejan opción, Potter, ya que esto pone al Ministerio en peligro, no tengo... otra alternativa. La maldición Cruciatus les aflojará la lengua.

-Es ilegal.- dijo Hermione y no pude evitar ver a Louis asustada.

-Cornelius... ojos que no ven, corazón que no siente.- dijo colocando boca abajo el retrato del Ministro y se acercó a Harry con su varita en alto.

-¡Dicelo, Harry!

-¿Decirme qué?- preguntó la loca.

-Si tu no le dices en dónde está, yo lo haré.

-¿Dónde está qué?

-El arma secreta de
Dumbledore.- respondió Herms.

Se llevaron a Hermione y a Harry, mientras que al resto nos soltaban, pero aún sin dejarnos ir.

Después de un rato, escuché decir algo a Ron

-Tengo hambre, ¿podría al menos comer mis dulces?

-Cállate.- le respondieron y se los comieron ellos.

Lo que pasó a continuación no fue nada lindo, los dulces de Ron eran las conocida pastillas vomitivas de los gemelos.

Aprovechamos aquello y nos escapamos.

-Nosotros necesitamos ir por algo, pero díganle a Harry que nos vemos en el Ministerio.- dijo Louis y el resto sólo asintió.

Louis y yo regresamos a la oficina de Umbridge, y usamos la red Flu para llegar a nuestra casa, donde vimos a mis padres preparándose.

-Que bueno que están aquí, lo de Sigius no es ciegto, los chicos coggen peliggo. Vayan por sus cosas, ¡gápido!- gritó mi madre y nos alistamos casi a la velocidad de la luz. No me quitaran a mi familia cuando apenas la estoy conociendo.

Al llegar al Departamento de Misterios escuchamos a alguien hablar. Si se preguntan el por qué Louis y yo si podemos luchar, es por el simple hecho de que hicimos el examen de defensa en Francia mucho antes de venir a Hogwarts, por lo que se podría decir que gracias a eso podemos hacer magia fuera de Hogwarts sin ningún problema.

-¿En realidad creyeron? ¿De verdad son tan ingenuos para creer que unos niños lograrían detenernos? Esto es simple, Potter.- dijo mientas extendia su mano hacia el.- Dame la profecía, ahora o verás a tus amigos morir.

-¡No se la des, Harry!- dijo Neville mientras era sostenido por Bellatrix.

Harry poco a poco fue acercando su mano con la profecía hasta entregársela. El Mortífago vio la profecía como algo valioso, y sí que lo era pero una luz brillante apareció detrás de él llamando la atención de Potter. El mago volteó encontrándose con nosotros.

-Aléjate de mi ahijado.- dijo Sirius y golpeó al Mortífagos.

Aparecieron las personas de la Orden rodeando el lugar, los Mortífagos y nosotros comenzábamos a pelear.

-¡Louis, _____, saquen a los chicos de aquí!- dijo Remus y nosotros le hicimos caso.

-¡Caecatum aria!- grité y vi como un Mortífagos quedó cegado ante el flash que lanzó mi varita.- No hay mucho tiempo, vámonos.

-¿Pero y Harry?- preguntaron los chicos.

-Les aseguro que llegará después de nosotros. Pero debemos irnos, cada vez son más Mortífagos.- dijo Louis.- ¡Obscuro!- gritó al ver que otro Mortífago se acercaba a nosotros.

Después de eso, simplemente nos miramos y aparecimos junto a los chicos en Hogwarts. Justo en medio del Gran Comedor. Por lo que McGonagall se acercó corriendo a nosotros al vernos llegar... Llegamos justo en medio de la cena...

La Weasley perdida. (Draco Malfoy Y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora