EL BAÚL

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El día está bastante hermoso para Alex, todos los colores son muy intensos, el campo huele al perfume mas exquisito de la tierra, al fondo, un sauce enorme, debajo de este una mujer vestida de blanco, parece un ángel, quien sostiene un ramo de flores en sus brazos, se da media vuelta y nota que Alex está en el campo, Alex queda totalmente paralizado al percatarse de que está viendo a Antonia.

-Estás tan hermosa, ¿Qué sucede?, ¿Dónde estoy?.

-Estás en tu baúl, este mundo es tuyo.

La voz de Antonia suena angelical,

-¿Mi baúl?.

-Si, tu baúl, esto es en lo que piensas antes de dormir, al despertar y lo que sueñas.

-¿Pero estoy vivo?.

-Pues claro que lo estás, solo si deseas vivir, claro.

-¿Y si ya no tengo ganas de vivir?.

Al momento que dice eso, Antonia se esfuma, el entorno se vuelve oscuro, un frío inmenso ataca el cuerpo de Alexander, de pronto se encuentra en una calle conocida, se le hace muy familiar, ve coches de policía por todos lados y un hombre sentado en el piso, con uniforme, está dormido, Alexander se acerca poco a poco, vuelve a quedar paralizado cuando se da cuenta que es su padre.

-¿Padre?.

Alexander se acerca poco a poco, cuando ya está al lado de el, el padre despierta repentinamente y agitado, mira a Alexander y grita:

-¡Cuidado!.

El padre empujó a Alex y lo cubre, un disparo sonó a una distancia muy corta, se da vuelta y ve a su padre en el piso muerto, luego ve quien efectuó el disparo, y nota a un hombre muy parecido a Santiago pero con mas edad y más moreno, el señor rie y se va del lugar, Alexander lo quiere asesinar pero algo impide su movimiento, se da vuelta a mirar a su padre y ve que una hoja sobresale de su uniforme, este lo toma y lo abre; sería una fotografía familiar, de Alexander con su madre y padre. El chico rompe en llanto y se lanza al suelo tapándose.

Luego abre los ojos debido a que siente un extraño ruido, es White en su oficina, mirando una fotografía de el mismo, cuando entra un caballero bien vestido a la oficina.

-White, despreocúpate de ese muchacho, el ya está perdido.

-No puedo dejarlo, prometí que lo ayudaría, prometí no dejarlo solo, y no tengo ninguna intención de abandonarlo, y si se complican las cosas y nos tenemos que enfrentar, el debe ser quien me asesine, así moriré con honor, a manos de un hombre leal, de buena fé, un chico valiente y capaz de todo, capaz de detener el mal.

La última frase, "Capaz de detener el mal", le rebotaba cada vez más fuerte, hasta que ya se comienza a desesperar y pega un grito, todo se vuelve a negro y con frío, logra ver una luz justo encima de el, es un foco, está en mida de una carretera, abandonado y solo, con una pistola en mano y nada más que su placa.

El infiltradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora