NOCHE DE LOCURA.

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La noche se convirtió en fiesta en el barrio de los pollos, venían de derrotar a los Pastos de la noche anterior, tenían más dinero para gastar, la gente se veía bien, pero había algo en Santiago que no lo tenia tranquilo, algo que pasó esa noche, esa en que los pastos fueron aniquilados, fue ver su propia muerte. Casi se le formó el escenario en el que ha soñado por meses, que alguien lo traiciona y los matan a todos, uno de ellos lo iba a traicionar, pero era solo un sueño:

*El dia del fin de los pastos*

Barrio los pollos, una noche antes, 00:00 AM, había un silencio incómodo y raro, ya que siempre hacen fiestas y mucha bulla, los pandilleros se encontraban dentro del bar, mientras uno de los líderes les daba un discurso de motivación:

-Recuerden negros, que ellos acabaron con el viejo, hay que vengarlo en su memoria, no tiene que quedar ningún verde asqueroso por las calles, ¿Entendido?- decía Jefferson, parado con una escopeta en sus manos, mientras todos responden al unísono:

-¡Si!, ¡A matar a los verdes!- decían todos mientras alzaban sus armas en signo de lucha.

Once coches de rojos fuera del bar, entre camionetas heredadas de las familias de los líderes de la banda y particulares de algunos miembros, mientras se subían, Santiago le rezaba a su padre, le prometía que acabaría con todos ellos.

01:00 AM, Barrio los pastos, habían alrededor de siete negros fumando y bebiendo, uno de los lideres, Christopher Miller, se sentaba a beber con sus negros:

-Joder negros, que noche la de hoy, cada día tengo mas ganas de acabar con los pollos, les tengo un odio increi...- No alcanzó a completar la palabra cuando se escuchaban vidrios rotos y disparos de fusiles de asalto, escopetas y pistolas de alto calibre, todos se levantaron y miraron a la calle, no había nada, solo una luz que se reflejaba de la calle siguiente, esta se acercaba cada vez más, luego de un segundo de silencio, con todo el mundo expectante, entran todos lo autos barrio de los pastos, con pandilleros arriba de estos disparando, las balas mataron a tres de los negros que estaban compartiendo, Chris al enterarse, corre a por cubierto, y llama por radio que los están atacando:

-¡Nos caen los pollos!, ¡Todos salgan a matar!- gritaba este mientras su respiración se aceleraba cada vez más. Desde las casas salían pandilleros con fusiles de guerra, las famosas AK-47, otros sacaban escopetas calibre 12, Glock 9mm y demás. Desde el puente, arriba de donde está el barrio, llegaba la camioneta de Jefferson, se bajaron todos, Jhon le pasaba el AK a Santiago, quien se ponía a cubierto para disparar, y la guerra de bandas había comenzado.

Veinte minutos de tiroteo, sin policía que llegara debido a la alta peligrosidad del asunto, pasaban helicópteros policiales pero eran expulsado con balas de todos lados, por parte del puente, balas iban balas venían, Jefferson se acostaba para recargar el arma, mientras que Violeta estaba parada disparando, suena un ruido de bala por el lado, ésta se asusta y se tira al piso, los pastos sacaron sus mejores armas, pero la lucha seguiría.

-Démosle la vuelta y los pillamos de espaldas- dice Santiago, mientras toma un arma y va agachado para el otro lado del puente, este al llegar al final, se adentra en los callejones por las casas, hasta acercarse a la calle principal del barrio, entre los arbusto, Jefferson y Jhon detrás de él, muy sigilosamente, se dan cuenta que de un momento a otro se acabó el ruido, ya no sonaba nada, una gran estrategia para hacerles pensar a los pastos de que habían ganado, cuando de uno de los techos de las casas se asoma uno de los líderes de los verdes:

-¡Hemos... ganado!- gritaba eufóricamente mientras alzaba su arma apuntando al cielo, riéndose de la situación, grave error, se escucha un disparo proveniente del puente, le da justo en la cabeza al hermano de Chris Miller, quien cae desde el techo de la casa hasta la vereda de la calle, como un saco de cemento, rápidamente, Santiago junto a Jefferson corren y toman el cuerpo hasta llevarlo a los arbustos, comienzan a palpearlo para finalmente encontrar su radio.

-Prende la radio- le dice Jhon mientras espera a que este lo haga.

-Listo, prendida- dice Santi.

*Beep* suena la radio después de un segundo, se escucha la interferencia, y después de unos segundos, escuchan lo que querían escuchar:

-¿Hermano?, ¡¿Hermano?!- se escucharía a Chris muy asustado, con un nudo en la garganta. Santi, Jhon y Jeff se miraron, sabían que era él.

-¿Quieres ver a tu hermano?, ven al centro de tu sucio barrio y te lo entregaré- dice Santiago, convencido y con ansias de enfrentar a quien mató a su padre.

Luego de tres minutos, desde un callejón al final del barrio, sale Chris Miller cojeando con la pierna izquierda, ensangrentado y mirando a todos lados, se quedó al centro de la circular rotonda, se queda quieto esperando a que los chicos aparecieran, Jhon les da la señal, y Jeff toma al hermano de Chris en los brazos, Santi se para de los arbustos con una AK en la mano, apuntando a Chris, este quien levanta las manos, al ver que estaba indefenso, mira hacia atrás y le da la señal a los chicos, quienes también salen de los arbustos, con el hermano en brazos de Jeff.

-Nos volvemos a encontrar Miller, mira a quien tenemos acá...- deja que avance Jeff para mostrarle el cuerpo del hermano, quien lo deja caer frente a él, Miller se echa a llorar al ver el cuerpo muerto del hermano. Santiago le entrega su AK a Violeta, quien llegaba del puente, y esta le entrega una revólver y cuatro balas. Mientras Miller seguía llorando y lamentándose, sin ganas de vivir, Santiago le coloca las balas a la revolver, gira el cargador y la introduce al arma, acto seguido apunta a la cabeza de Miller:

-No sabes cuanto tiempo esperé este momento, no entiendo como un guerrero pudo morir a manos de un sucio negro como tú, me das pena, y ahora tendrás que ir a lamentarte con tu hermano, y si..., nos volveremos a encontrar- .

El disparo dejó a Chris arriba de su hermano, los dos juntos muertos de una forma poética, la muerte familiar y aniquilación de la banda de los pastos marcó la vida de Santi, quien sufre de alucinaciones, quizás la droga lo estaba consumiendo, pero este aún consciente lo seguía haciendo.

*Del callejón salió un hombre enmascarado, con una glock 9mm disparando efectivamente a Violeta, seguidamente a Jhon, y Jefferson, cayendo automáticamente al piso, Santiago al verlos, se le llenan los ojos de lágrimas, se para, corre hacia el enmascarado, pero no había tiempo, vio en cámara lenta como esa bala viajaba directamente hacia su cabeza, la mente de Santiago se fue a negro, cuando de pronto escucha unas voces de fondo...*

-Santiago, Santi, ¿Me escuchas?, ¿Qué onda viejo?- Jefferson le palpeaba la cara para que este despertara, se para, y mira hacia el callejón donde este tuvo la alucinación, luego tomó sus armas y se dirigieron a la camioneta. En camino al barrio, todos iban cantando cumbia a todo volumen, era momento de celebrar, mientras que Santi se fue todo el camino en silencio.

El infiltradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora