CAPÍTULO 3: BODA

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La hora había llegado, estamos delante de la mesa del ayuntamiento y aún no soy consciente de lo que va a pasar, siento que todo esto es un sueño del que me voy a despertar en cualquier momento.

Ni siquiera soy consciente de lo que nos está diciendo el señor que nos va a casar, solo puedo pensar en lo que estova a suponer para mi vida. Es una completa locura, pero es la locura que me va a llevar a la felicidad más extrema que se pueda sentir.

Miro a Hugo y sé que está tan perdido en sus pensamientos como yo, posiblemente los dos estemos sintiendo lo mismo, felicidad y miedo, miedo por si esto no sale bien. Miro atrás y veo a todos mis amigos, algunos emocionados, otros sin poder eliminar una sonrisa de su cara.

Los minutos pasan y es entonces cuando el funcionario pregunta si alguien quiere decir algo antes de los votos. Veo como Sam se levanta y se dirige al atril.

-Bueno yo, no sé ni que decir. Evi, nos conocemos desde hace casi 20 años, quien me iba a decir a mi aquel día que llegó la chica nueva gallega al colegio, que te ibas a convertir en una hermana para mi. Hemos pasado mil cosas juntas, mil cosas buenas pero también muchos momentos malos en los que siempre hemos estado ahí la una para la otra. Nos hemos reído, hemos llorado, nos hemos divertido pero sobre todo nos hemos apoyado y querido desde entonces. Cuando te fuiste sentí como que una parte de mí se fue contigo, ya no te tenía para contarte mis dramas, para hacer locuras o para salir a petarlo. Realmente tu vuelta ha sido lo mejor que me ha pasado en el año, volver a tener a mi hermanita conmigo, aunque hayan sido momentos duros, es lo mejor que me pudo pasar.

Hugo, ay Hugo. Bendito el día que se me ocurrió hacer aquella fiesta en mi casa y decirle a Gèrard que se trajese a sus amigos. Le estaré eternamente agradecida pues además de darme un novio maravilloso, ese día gané un hermano para siempre. Hemos pasado por muchas cosas y siempre has estado ahí para animarme y para sacarme adelante, incluso cuando tu estabas peor que yo.

Solo nosotros sabemos todo lo que hemos pasado, muchas noches de conversaciones consolándonos mutuamente, muchos momentos de bajón, mucho sufrimiento pero míranos aquí estamos. ¿Recuerdas que te dije que todo iba a merecer la pena? Pues hoy puedo afirmar con creces que así ha sido.

Quiero darme las gracias a mí misma también por remar contra corriente yo sola y hacer que mi barquito saliera a flote cuando vosotros no lo hacíais, por ser la mejor celestina que puede existir y por conseguir haceros ver la realidad. Eres la mejor Samantha -todos reímos.

Ahora enserio, sois dos de las personas más especiales y más importantes de mi vida y no sabéis cuanto me alegro que después de todo hayáis conseguido al fin eso con lo que tantas veces soñabais los dos. Solo con veros aquí así sé que ha merecido la pena cada hora al teléfono escuchándoos rayaros el uno por el otro, aguantando como llorabais desconsoladamente, escuchando horas y horas de canciones cortavenas que componía Hugo y todo lo que hemos pasado estos últimos seis años.

Jo que no se que más decir, que os quiero, que os amo, que os adoro y que soy muy feliz de veros por fin juntos, os lo merecíais muchísimo. Así que nada, a partir de ahora espero que por fin después de tanto tiempo seáis felices y que me deis muchos sobrinitos.

Os quiero chicos

Todos aplaudimos a Samantha y yo no puedo evitar soltar alguna lagrimilla ante sus palabras, estaré eternamente agradecida a la vida por haberme dado a estás personas.

Llega el momento, el momento de los votos, evidentemente yo tenía unos votos preparados pero no para esta boda, aún así quiero abrir mi corazón de par en par.

Cojo aire y me dispongo a hablar

-Madre mía, no se me da bien esto de hablar en público y menos de mis sentimientos, de hecho me dices hace tres horas que iba a acabar soltando este discurso y me reiría en vuestra cara, pero allá voy.

¿Siempre?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora