-¿Estamos todos ya? – pregunta Sam
-Siii pesada – contestamos al unísono
-Pues venga, let's goo
Eran ya las 23:00 de la noche, la tarde la habíamos pasado en mi casa haciendo el bobo todos juntos, como de costumbre. Hemos acordado en salir de fiesta con la excusa de celebrar la boda pero la verdad es que nos moríamos de ganas de volver a salir de fiesta todos juntos, sin dramas, sin problemas y sin malos rollos de por medio.
Ponemos rumbo a la discoteca más famosa de A Coruña, donde hemos pillado un reservado. Somos conscientes de que esta noche va a ser un desmadre y no queremos que miles de personas nos graben haciendo el ridículo y mañana salir en toda la prensa.Nada más llegar, Samantha, como no, empieza a pedir un montón de botellas y a servir copas para cada uno.
-VENGA VAMOS A BRINDAR -dice gritando- POR NUESTROS AMIGOS QUE HAN DEJADO DE HACER EL GILIPOLLAS DE UNA VEZ, ESPERAMOS TODOS QUE NOS DEIS MUCHOS SOBRINITOS PARA MALCRIARLOS.
-Que imbécil eres Samantha tia – dice Hugo riendo y brindamos
-Aleee venga, a bebeeeeer- suelta Sam y se dirige al centro de la pista a darlo todo bailando.
Poco tardamos en unirnos todas las chicas, los chicos son unos aburridos y se han quedado en el sofá hablando.
-Vaya muermos de novios nos hemos echado hijas – suelta Maialen
-Ellos se lo pierden – dice Nia y empieza a perrear con Samantha.
-Sois de lo que no hay- digo yo
-Venid, vamos a hacernos una foto
-Venga Evaa, por los viejos tiempos
Estallamos todas de risa y empezamos a bailar haciendo el tonto, quien nos viese pensaría que estamos borrachas no, lo siguiente.
Los minutos pasan y el nivel de alcohol en sangre va subiendo para todos. Definitivamente la que peor va con diferencia es Samantha a la que el pobre Flavio sujeta como puede mientras intentan hacer algo parecido a bailar.
Las demás seguimos bailando a nuestra bola cuando unas manos sujetan mi cintura y me arrastran hasta el sofá, sentándome en sus piernas.
-Te echaba de menos – susurra en mi cuello
-Hugo no llevamos ni un par de horas aquí, no seas exagerado – digo riendo
-Demasiado tiempo sin mi mujer
-Que raro suena eso -digo sin poder evitar reírme, creo que el alcohol me está pasando factura.
-¿Te hace gracia? Muy bonito si – dice haciéndose el indignado.
-No seas dramático Huuugoooo – me giro y dejo un beso en su cuello
-No hagas eso -me mira