*TATATATATATA* - sonó mi despertador. Ya era la hora de levantarse, pero estoy tan cansada de todo. No se de que estoy cansada, ya que no hago gran cosa. Quizás sea emocional, es algo crónico que siento dentro y que no puedo expulsar de mi. O quizás no....
ELISA! ¿OTRA VEZ ESTAS DURMIENDO? ¡ARRIBA! - dijo mi madre entrando a mi cuarto.
-Sí, voy.... - le dije yo y me levanté. Volví a pensar en la suerte que tiene mi gata. Me acerque al armario, elegí mi ropa, me peine, me eche perfume e hice mi rutina de siempre, me lavé los dientes, me pinté mi ralla habitual y me fui a desayunar. Al acabar el desayuno busque mis oriculares, cogi mi mochila y salí de mi casa. Mierda, estaba lloviendo. Tuve que volver a por un paraguas, y no estaba vestida para un día llovioso. Aunque me guste la lluvia no soporto ir con los zapatos mojados.
Era la hora del recreo y la campana estaba sonando. Todos salimos de las clases. Los días de lluvia esto era un desastre, estaba prohibido salir al patio así que todos estaban dentro del colegio o en el porche, desordenados. En el patio todos sabíamos nuestros sitios, aquí estábamos perdidos y no encontrábamos a nadie. Fui a buscar a alguna de mis amigas, y finalmente encontré a Lera.
Salimos afuera del instituto, en la entrada del instituto había un tejado. Nos pusimos a hablar sobre el día de San Valentín y sobre lo que íbamos a regalarle a nuestras amigas.
-Oh, mira allí esta tu madre - dije yo sorprendida.
-Mierda, se me había olvidado que hoy venia a recogerme. Siento dejarte sola Eli - dijo ella con cara de culpa.
-No te preocupes, no es para tanto. Me quedare aquí desayunando. Hasta mañana. - le respondí yo y le di un beso.
Me quedé sola y sería imposible buscar a alguna de mis amigas, todos estábamos juntos y no se podía si quiera pasar bien.
-Hola,¿ y Lera? - dijo alguien por detrás.
Me di la vuelta y vi a Sasha. Me miró y me sonrió. Sus ojos eran más verdes de lo normal, tenían como perlas dentro. Eran preciosos.
-La acaba de recoger su madre. - le respondí yo.
-Ah, vaya putada que te deje sola así. -me dijo el y me miró incrédulo.
-No lo ha hecho a propósito, se le había olvidado que hoy tenia que recogerla. - le respondí borde.
-Vale no tienes por que ponerte así cada vez que te diga algo. No pretendo molestarte. - dijo el.
-No me pongo de ninguna forma, solo te respondo a lo que me preguntas. - dije yo encogiendo los hombros.
-Y ¿cuantos años llevas en España? - me preguntó.
-Llevo casi 6. - le respondí. ¿Y tú? -le pregunté.
- Llevo 5, un poco menos que tú. Hablas en español como si fuera tu lengua materna. -me dijo el.
-Gracias a mi colegio, en el cual todos me hacían putadas hasta que yo no aprendí español y les respondí. Quería aprenderlo lo más rápido posible para vengarme de ellos. -dije yo y sonreí.
-Vaya vaya, ¿así que eres vengativa? - dijo el y me miró con picardia.
-No sabes hasta que punto - le dije yo y me reí.
-Por cierto, en que curso estas? -me miró.
-Estoy en 10A, pero debería de estar en 11, pero gracias a que perdí la mitad de curso y no sabia el idioma tuve que repetir sexto. -le explique yo.
-No pasa nada, yo estoy en 9C y también he repetido. Aquí eso no importa, esto es distinto a Rusia. -me dijo el.
-Así es, aquí los que más repiten son los más "guays" del instituto. Le dije yo con desprecio.
-Puede ser, aunque yo no me considero nada de eso. Me dijo el y sonrió. Tenia una sonrisa perfecta, y me encantaba como olía su perfume. Era como un cuento inventado del chico perfecto. Tampoco era tan malo como me parecía. Quizás me llegue a caer bien. El timbre empezó a sonar y nos tuvimos que meter dentro para irnos a nuestras clases.
-Adiós Elisa -me dijo el. - Hasta la vista.
-Adiós . - le respondí dudosa. ¿Hasta la vista? Quién ha dicho que vaya a verle luego?
Era la hora de salida y había salido fuera. Había dejado de llover y pude encontrar a mis amigas. Me despedí de ellas y me fui camino a mi parada. Alguien me puso su mano en mi hombro. Note un olor familiar. Me gire lentamente y me encontré cara a cara con Sasha. Aparté la vista y mi cara hacia el otro lado, sonrojada. Estábamos demasiado cerca. Demasiado.
-Vivo al lado de tu parada de autobús, así que podemos ir juntos teniendo en cuenta que Lera hoy no está. - me dijo el.
-De acuerdo. -acepté. No me quedaba otra, no le iba a decir que vaya solo pudiendo ir juntos. Además, ¿por qué no?
-Bueno y ¿cuantos años tienes? -me preguntó el.
-Tengo 17, cumpliré 18 este año. Le dije yo. -¿Cuantos tienes tú?
-Tengo 18 recién cumplidos. -me respondió el. Le mire de reojo. Parecía más mayor de lo que era. De repente, el me miró y me captó la vista. Aparte mis ojos rápidamente.
-¿Por qué me miras así? -me dijo el divertido.
-¿Acaso no puedo mirarte? -le dije yo molesta.
-Claro que puedes, todo lo que quieras, ¿acaso no puedo saber el motivo por el que me has mirado? -me dijo el.
-Había pensado que pareces más mayor de lo que eres. Sólo eso. - le respondí yo encogiendo mis hombros. Tenia una mirada muy profunda, parecía que leía mis pensamientos cada vez que mis ojos se encontraban con los suyos.
-Aquí está mi parada. - me pare yo.
-Así es, y yo me voy a mi casa, poka Lisa - me dijo el en ruso y me sonrió agitando la mano.
-Adiós -le dije yo y agite la mano suavemente. Le observé por detrás, su espalda, su cuello, sus hombros... De repente se giro y me miró.
-Mierda -dije yo y me gire hacia el otro lado. Mis mejillas no dejaban de arder. Que tonta soy.
Llegó mi bus y me subí en el. Saqué mis cascos y puse mi lista de reproducción. No pienso volver a enamorarme jamás. Es de tontos.
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The dark angel.
Teen FictionElisabeth, estudiante de 17 años vive en una pequeña ciudad con el nombre de Blastern con su madre y su pequeña gata. Cada vez que se enamoraba la persona de la que lo hacía rompía su corazón en pedazos. ¿Pasará lo mismo cuando ella conozca al rey d...