Capítulo 02.- Se te ha escapado el alma del cuerpo, de nuevo.

178 25 3
                                    


Capítulo 02.- Se te ha escapado el alma del cuerpo, de nuevo. 

***

Algunas veces, cuando el corazón ha olvidado, el cuerpo aún recuerda

Despertó de una terrorífica pesadilla, o es lo que ella pensaba, realmente no recordaba lo que había perturbado su sueño y la había obligado a despertar para estar a salvo, sin embargo, el frío y el terror aún estaba presente en su cuerpo, podía sentirlo tan vivamente que provocaba que su corazón aún no se pudiera tranquilizar. Respiro hondo varias veces y con la palma de sus manos se secó el sudor de la frente.

Generalmente, ella era de sufrir pesadillas, pero desde que había vuelto a su lugar de origen hace ya unas semanas sentía que estas se habían intensificado aún más. Se levantó torpemente de su lecho y camino hasta la ventana de su antigua habitación. Cuando volvió nuevamente a la casa de sus padres sintió un extraño pesar: todo seguía absolutamente igual desde su ida, todos los mismos objetos seguían ahí, tal vez, uno que otra decoración delicada había desaparecida, pero eran detalles tan minúsculos que no podía ser considerado un mayor cambio y, en el momento en que entro a la habitación que había utilizado en su juventud las ganas de llorar se presentaron. Todo estaba ahí, perfectamente, nada había sido movido, el único extraño en ese lugar era ella.

Respiro el gélido aire de la madrugada que le inundo los pulmones y provocó que se calmará unos momentos. "Todo tan igual" los mismos santuarios, los mismos edificios, los mismos jardines, era tan conocido para ella, pero nuevamente esa sensación de vacío regresaba y lo odiaba con todo su ser y aquello la hizo recordar que, una de las razones de su marcha, era la sensación de que algo faltaba en su vida, un vacío tan fuerte y doloroso, algo le faltaba, algo tan importante para ella, pero ¿Qué era? En aquel tiempo, antes de cumplir sus dieciocho años recordaba que había tenido una fuerte discusión con su madre y se lo había planteado: que algo o alguien le faltaba en su vida, sentía que le había arrebatado de la forma más cruel su juventud y por aquello se sentía vacía.

—Tal vez si no lo recuerdas es porque realmente nada importante se te fue arrebatado—

Habían sido las palabras de su progenitora. Y quiso creerlo, no hubo más preguntas.

De verdad quiso creer que nada le faltaba y solo era paranoia suya. Sus padres y amigos de aquel entonces le habían dicho que ella había sufrido varios episodios de narcolepsia, algunos, de bastantes horas y aquello podría provocarle que tuviera un vació en sus memorias. Y esa respuesta le había bastado. Tenía vacíos mentales porque había pasado la mayor parte de su adolescencia soñando, quizás que cosas.

Ahora ya no tenía bellos sueños, solo pesadillas y la realidad se había vuelto un lugar insoportable para ella.

Cerró sus ojos unos momentos, todavía el sol no salía, eran apenas las cuatro de la mañana, pero era imposible volver a quedarse dormida, sonrió, era irónico que antes podía dormir todo el día y en cualquier lugar. Ahora,  apenas podía cerrar los ojos un par de horas. Decidió que ya era el momento de que se activará completamente, cerró la ventana para evitar el frío del invierno que se estaba siendo presente y fue a darse un baño para quitarse el sudor del cuerpo. Aún tenía muchas cosas que hacer, sus padres aún seguían durmiendo así que la casa estaba completamente en silencio. Aquello la abrumaba, aquel hogar le provocaba una presión y le daban ganas de correr, pero no tenía otra opción que quedarse ahí hasta que le entregaran el departamento que se había arrendado. 

A pesar de las suplicas de sus padres de quedarse con ellos viviendo, ella tan solo negó la petición y les dio una gran mentira "—Creo que sería la burla de mi trabajo si se enteran de que a mi edad y con el salario que ganó sigo viviendo con mis padres—" dijo ella con tranquilidad. La verdad es que la casa donde había pasado parte de su juventud le provocaba dolor, sentía que había vivido cosas tan bellas y divertidas en aquel lugar, pero como no recordaba que era solo incrementaba su vacío. Tenía que despertar totalmente, ella no había vivido nada de las cosas que se imaginaba ahí, solo eran sueños, fantasías de una niña que deseaba una aventura y se creó, tal vez, amigos imaginarios. Sueños de una niña que sufría un extraño padecimiento que le provocaba desmayos y no la dejaba vivir tranquila.

Joven Dios | Noragami | YatoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora