Extra 1

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—¡Daozhan! ¡Daozhang! — Xue Yang corre por toda la casa hasta llegar al cuarto que comparten juntos, arriba de su cama está su mayor acostado. Xue Yang se apresura y se sube arriba del cuerpo de su Daozhang. —Despierta Daozhang —Se queja.

Xiao XingCheng se remueve y toma de la cintura a Xue Yang, que al parecer estaba muy cómodo encima suyo. —¿Qué pasa amor? —Se levanta quedando sentado y el menor a horcajadas de el.

Xue Yang sonrió en grande —¿Vamos al mercado? —XingCheng frunce el ceño.

—¿Al mercado? ¿A qué? ¿Nos falta algo? Oh... ¿Quieres que te prepare algo? — Sonrió dulcemente.

Xue Yang sonrió y comenzó a dar saltitos emocionado. —Escuché que están vendiendo nuevos dulces, hay que ir a comprarlos Daozhang.

XingCheng sonrió, le daba tanta ternura el menor. Habían pasado dos años desde que llegaron a esa casa, años en los cuales las pesadillas habían atormentado tanto al menor que apenas podía dormir, ahora estaba bien, lo estaban superando juntos. Los hombres que venían a ver si seguían aquí, ya no venían, ahora podían viajar a cualquier parte del mundo y nadie podía impedirlo, aún que claro, no se iban a ir, estaban en su hogar.

XingCheng se levantó de la cama con su menor colgado a el como un koala, sus piernas aferradas a su cintura y sus manos detrás de sus hombros. El mayor bajó sus manos al trasero del menor y apretó.

—Entonces vamos a comprar esos dulces mi amor — susurró en el oído del menor. Xue Yang rió como un niño pequeño. Y se encaminaron hacia el mercado.

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—¡Están riquísimos Daozhang! — Decía Xue Yang con las mejillas llenas de dulces.

—No comas demasiado A-Yang, te enfermaras — acarició la cabeza del menor, una caricia lenta.

—Pero es que en serio están muy ricos. —Xue Yang abrió un nuevo dulce, le pasó la envoltura al mayor, y se echó el dulce a la boca. —Daozhang... —Habla suavemente.

—¿Mhm? — Xingcheng hace un ruidito para que el otro sepa que está escuchando, mientras guarda la envoltura del dulce.

—Bésame —El mayor se detiene sorprendido. Se gira hacia el menor, cara a cara.

—¿Aquí? ¿Ahora? — Pregunta confundido y un poco avergonzado. Xue Yang asiente frenéticamente.

—Sí Daozhang, ahora. — Agarra al mayor del frente de su ropa y lo besa profundamente. La gente probablemente los está juzgando con la mirada, pero eso ya no importa. El menor apreta al cultivador y este abre la boca, Xue Yang aprovecha y se adentra en la boca contraria, besando profundamente y cuando menos se lo espera, el dulce que tenía en su boca es traspasado a la boca del cultivador. Xue Yang se separa y sonríe travieso. —¿Verdad que está rico Daozhang?

XingCheng que esta recuperando su respiración, asiente con las mejillas sonrojadas. —Esta Rico A-Yang... —Agarra la mano del menor y se lo lleva camino a su hogar.

O eso era lo que tenían planeado, cuando escucharon un fuerte llanto. Xue Yang se paró enseguida deteniendo al cultivador.

—¿Escuchaste eso Daozhang? — Pregunta alarmado.

—Lo escuché —Saca su espada de su funda y se dirige hacia El Fuerte sonido, con Xue Yang siguiéndole los pasos.

Caminaron por unos cuantos minutos, hasta llegar a un callejón oscuro, nadie, ningún alma estaba cerca del callejón. El cultivador se adentró alerta por si había peligro.

Xue Yang que iba detrás de su mayor, se adelantó un poco para ver mejor. Cerca de ellos había una caja, pequeña, pero lo que más los sorprendió es que esa caja se estaba moviendo, más bien, algo dentro de la caja se movía.

Una Nueva Oportunidad (XueXiao/XiaoXue)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora