Xue Yang estaba cansado, muy cansado. Xiao XingCheng no había dejado de agarrar su brazo en todo lo que llevaban de camino y sinceramente le estaba doliendo el agarre. Intentó soltarse un par de veces, pero solo consiguió que lo sujetaran más fuerte, se quejó.
—¿Qué es lo que te pasa? – preguntó una voz fuerte, si Xue Yang no fuera un asesino despiadado, se habría inclinado ante este Dios.
—Pasa que me duele el brazo y estoy cansado. ¿Cuándo llegaremos? – preguntó. XingCheng solo lo miró mal, que mala onda con este Ángel.
—Estoy aquí para vigilarte, es mejor esto que tu muerte ¿no lo crees? – Xue Yang se calló, pues el hombre de blanco tenía razón. —pronto llegaremos y compraré algunas cosas, luego iremos a la casa.
—Ah... me duele el brazo – se quejó nuevamente. XingCheng solo lo agarro con más fuerza ¿Estará sordo? Se preguntó Xue Yang.
Cuando llegaron había de todo tipo de comidas en las calles y muchos, pero muchos dulces. A Xue Yang se le hizo agua la boca con solo ver esos deliciosos dulces. Intentó ir hacia ellos, pero una mano le hizo recordar que estaba como prisionero. XingCheng por otra parte se dio cuenta de la profunda mirada que le daba el delincuente a los dulces, ¿Querrá algunos? Apenas lo pensó y ya quería darse una bofetada, era un prisionero, no un invitado, así que solo ignoró las grandes ganas que se veían en los ojos del delincuente.
Xue Yang agarró el brazo de XingCheng e hizo que lo mirara.—D-Daozhang... ¿Podrías comprarme algo? – Xiao XingCheng se sorprendió ante el apodo, pero no dijo nada. Xue Yang se estaba muriendo de vergüenza, nunca le tenía que pedir nada a nadie, si lo quería lo robaba y ya, pero ahora no podía, estupido Ángel.
—¿Qué es lo que quieres? – esperó pacientemente que el delincuente hablara, pero este se negaba a hablar, sentía tanta vergüenza. Finalmente habló.
—¿Podrías comprarme dulces? Te lo pagaré, lo juro. – Xiao XingCheng lo quedó mirando, ¿Este es el delincuente despiadado que tanto habían estado buscando? Porque esto parece una broma de mal gusto. Al ver que el de blanco no respondía, Xue Yang se incomodó, no debió haberle pedido algo así.
—¿Qué tipo de dulce? – hablo el de blanco, Xue Yang lo miró como si fuese un tipo de Dios, lo miró con ojos brillantes y sonreía grandemente, incluso se le notaba un pequeño colmillo sobresaliendo.
—Ah... Daozhang, en serio eres un Ángel. Vamos por allá – el delincuente guió a su... bueno, ¿Guardián? Y lo llevó a un puesto dónde vendían dulces de todo tipo, el delincuente iba a tomar uno, pero le alejaron la mano. — Quiero de estos Daozhang, por favor.
XingCheng estaba pensando seriamente si estaba haciendo mal al estarle comprando al delincuente lo que quería, pero no cree que esté faltando alguna regla, solo eran dulces, así que sacó una pequeña bolsita donde guardaba su dinero y pagó, pero no se lo entregó al delincuente, aún no.
—Ah... ¿Daozhang? ¿Me entregaras mis dulces? – preguntó el delincuente con miedo ¿Y si no le entregaba los dulces? Peor aún ¿Y si se los comía y no le convidaba? Eso sería algo horroroso. Frunció el ceño.
—Te los daré en casa, tengo que comprar más cosas, compórtate – Y así fue como Xue Yang se la pasó todo el camino sin poder saborear sus dulces y con un ceño profundamente fruncido.
Xiao XingCheng solo lo miraba y movía la cabeza, que niño tan malcriado. Aún así no lo soltó y se lo llevó a su nueva casa afuera de la ciudad, esto será una nueva vida, tanto para él como para el delincuente, tendrá que acostumbrarse.
Xue Yang entró en su ahora nueva casa, era acogedora. Se dio cuenta que XingCheng se quedaba atrás por un momento haciendo un hechizo, quizás para que no se escape, no tiene esa intención de todos modos. Recorrió la casa, habían 3 habitaciones, era amplia y una cocina muy espaciosa, para quien sepa cocinar, claro está.
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Una Nueva Oportunidad (XueXiao/XiaoXue)
FanfictionXue Yang tendrá otra oportunidad para enmendar sus errores, solo que con unos cuantos cambios. . . . . Los personajes no me pertenecen.