Capítulo 2

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Cuando me levanté todo lo que pude ver era un inmensa pared frente mía, encima, tenía una luz de casi una potencia máxima apuntando a mi cabeza. Estaba sola en una inmensa habitación, atada a una silla, y con la cabeza, aun, perdida.

-Creo que eres de las primeras que se levanta tan rápido. –sonó una grave voz a mi espalda. Intenté girarme, pero era demasiado difícil, las cuerdas me impedían el más mínimo movimiento. –Tranquila, aunque me pusiera frente tuya, jamás verás mi cara.

-¿Eres Jack?

-No, pequeña. –Susurraba mientras me acariciaba el hombro izquierdo haciendo que me estremeciera aun más. –Pero si quieres verle puedo traértelo. Todas las chicas preguntan siempre por él.

-Me es irrelevante.

-No demasiado como para haberte subido en su coche.

-No sabéis nada de mí.

-En realidad lo sabemos todo sobre ti.

Entonces, dejó caer un enorme manto que cubría la pared que se encontraba a mi izquierda, estaba repleta de fotos mías, de mamá, de Justin, pero sobre todo mías. En el instituto, con Abby, en el cine con Jason, mi ex, y, bajo cada una de las personas que salían en cada foto conmigo, un pequeño papel con algo escrito debajo, pero, sin duda, lo que más me sorprendió, fue una foto de mamá y su “ cuartada” en el salón de casa. “23 – 05 – 2014”. El día en que mamá se encontraba mal, y no vino a cenar con los abuelos.

-¿Qué cojones hacéis sacándome fotos? ¿Estáis locos?

-En realidad todos estamos un poco locos, solo que muy pocos tienen el valor de dejar salir esa parte.

Derrepente, sonaron unas grandes puertas abriéndose a mis espaldas.

-Hey, el coche ya está listo. –era Jack, definitivamente.

-Hijo de perra, ven aquí si tienes cojones. –grité con todas mis fuerzas.

-Shh, prefiero a las perras que no ladran. –dijo mientras se ponía enfrente mía.

-¿No podríais haberme hecho esto cualquier otro día? ¿Tenía que ser hoy?

-Teníamos que atacar el día que más débil estuvieras. Ese día que tiene toda chica que una cara bonita y unas frases ingeniosas conquistarían a la más dura de roer, osea, tú.

-No teneis escrupulos.

-Pero si somos inteligentes. Alli, llevamos espiandote casi un año, sabemos a dónde has ido todos los días de todos los meses del año, sabemos que has comido, que has visto en el televisor, que has comprado con tu tarjeta de credito. TODO., absolutamente todo lo tenemos aquí. –dijo mientras un hombre, de unos casi 2 metros de altura, le tendía la mano con dos libretas en ella. –Allison, aquí esta todo lo que has vido este ultimo año.  ¿Sabes quien es el amante de tu madre? Es un actor. Ni él quiere a tu madre, ni tu eres mi ‘hogar’. Dios, jamás creería que caerías con eso. Me confundes, Allison.

-Tú me das asco.

-Ni tu te terminas de creer  eso.

Y después de decir eso, le dijo algo a la torre eifel andante, y se fueron, riendose, de aquel enorme garaje. El cansancio me pudo una vez más, y acabe durmiendome en aquella silla apenas barnizada.

La mañana siguiente, me desperté con un bote. Me encontraba en un coche, con la cabeza apoyada sobre el hombro de Jack.

-Hasta durmiendo, te gusta hacerlo conmigo. –dijo insinuando una media sonrisa.

-Prefiriría dormir antes en una cama hecha con cactus. –respondí.

La parte trasera del vehiculo la ocupabamos él y yo, el asiento del copiloto la torre eifel, y conduciendo un señor al que no conocía.

The Last Song ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora