Capítulo 3

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Jack y yo habíamos cogido el coche, no me dijo hacía donde nos dirigíamos pero supuse que era lejos. No se, a pesar de todo lo que me había hecho, que no era precisamente algo que se pudiera olvidar muy fácilmente, había algo que me unía a él, un sentimiento que jamás podría expresar con palabras, ya que ni yo misma sabía de que se trataba.
-¿A dónde vamos? -dije algo preocupada.
-A dónde nos lleve la carretera.
-La última vez que me dijiste eso acabe muy mal. -le respondí mientras me reía.
-Para estar secuestrada te lo tomas con muy buen humor.
-No había nada que me atara a esa casa. Supongo que elegisteis el peor día para atacar.
-La mayoría de las chicas quieren volver cuanto antes mejor a sus hogares...
-La mayoría de las chicas tienen vidas normales.
-¿Y qué es lo que diferencia a tu vida de las de las demás chicas?
-Supongo que no todas tienen la suerte de que la noche en que descubres que tu madre le pone los cuernos a tu padre es la misma en la que te enteras de que tu mejor amiga esta liada con tu hermano.
-Te olvidas del dato más importante.
-¿Cuál?
-Yo.
Y dentro de lo que cabe tenía algo de razón, ya que era él el causante de mi secuestro.
-Tú eres totalmente irrelevante para mi, Jack. -añadí mientras insinuaba una media sonrisa.
-Aunque te lo propusieras, querida Allison, jamás podría ser irrelevante para ti, empezando por mi sonrisa y terminando por el simple hecho de que te he secuestrado.
-Esto deja de ser un secuestro cuando a la secuestrada le importa una mierda si vuelve a casa o no.
-En realidad es por el dinero, tú también eres dispensable para mi.
-Me temo que te equivocas.
-A ver, ¿podría saber en qué me equivoco?
-Sin mi no hay dinero.
Mi miro y sonrió. Supongo que esa era su manera de darme la razón, y si así era, podría dármela siempre que quisiese. No sabía por qué, pero no podía guardarle rencor, porque, desgraciadamente, me había desprendido de aquello que más me ataba a aquella ciudad, mi familia. Ahora era un alma libre, como Ashley, solo que, por desgracia, yo sabía de donde salía el dinero de Jack.
Después de pasar cerca de dos horas en coche, paramos en un restaurante que había al lado de una gasolinera, no es que me hiciera mucha gracia comer mientras olía la gasolina proveniente del otro lado de mi ventana, pero al menos estaba comiendo, supongo que eso era lo importante.
-Hace tiempo que no venía aquí. -dijo Jack mientras se tomaba su hamburguesa.- Papa solía traerme de chico las semanas que me tocaban con él, ya sabes por lo de la custodia y todas esas mierdas que traen consigo las separaciones. Nos sentábamos en aquella mesa del fondo y me contaba historias que decía haber vivido. Era mi héroe, siempre fue mi ejemplo a seguir. Hasta que me di cuenta de que clase de persona era.
Era curioso como sin preguntarle, llegaba a confiar en mi para contarme ese tipo de cosas. Era difícil, por lo menos en mi caso confiar en la gente, pero era innegable que algo nos unía de algún modo, y la verdad es que no me importaba, es más, me gustaba, era misterioso, como cuando estas viendo una serie y te vas enterando de las cosas progresivamente, no es todo de golpe. Supongo que eso era lo que más me gustaba.
-No sabes lo difícil que llega a ser el conocer de verdad a alguien. La mayoría teme mostrar su verdadero yo.
-¿Y cuál es tu verdadero tú?
-El de todo este tiempo, a mi no me da miedo mostrar quién soy.
-No sabes de que forma te pueden llegar a delatar tus ojos.
Aquello me hizo bajar la mirada. La inseguridad se había apoderado de mi, sentía arder mis mejillas y aquello me hacía ponerme aun más nerviosa de lo que ya lo estaba.
-Puede que algún día -dije mientras me limpiaba la boca con una servilleta- puedas llegar a conocerme tal y como soy.
-Yo ya te conozco Allison. Aunque no lo creas, tu faceta de chica dura no ha podido con mi mente avanzada.
Aquello me hizo reir a carcajadas. Me sentía muy bien, el no preocuparme por el qué pensaran ya que nadie me conocía en aquel local, o el preocuparme por la hora que llegaría a casa, no tenía que pensar en nada, supongo que eso era lo que tanto necesitaba, no pensar.
Los siguientes tres días los pasamos en la carretera, de aquí para allá, dormiamos en el coche y comiamos en las gasolineras, hasta que logramos encontrar un motel. En sitio no era realmente malo, en realidad estaba bastante bien, si no fuera por el echo de que solo había una cama, y dudo que Jack fuera a dormir en el suelo...

The Last Song ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora