Eran las tres de la mañana y aun no me había ido a dormir, poco a poco se me cerraban los ojos, pero debía luchar contra el sueño, debía averiguar porque mamá llegaba siempre tarde, y nunca me dio una explicación coherente.
Derrepente, noté como alguien abría la puerta con muchísimo cuidado, intentando no hacer ruido, cosa que no les salía muy bien por las risas que podía llegar a escuchar, y resalto la palabra LES, ya a mi madre, le acompañaba su, digamos, "cuartada". Levanté un poco la cabeza y así era, tenía a alguien sujetándole los tacones mientras ella intentaba abrir la puerta. Saber que mamá había engañado a papá todo este tiempo, me resulto comprensible, él apenas nos hacía caso, estaba siempre ocupado, su dinero era su prioridad, pero era papá, podría haberle dejado, pero no, ella quería una 'aventura'
-Jessica. -susurró la cuartada. -tengo que irme ya, espero verte mañana de nuevo preciosa.
-¡NO HOMBRE! Quédate y así me cuentas porque cojones te tiras a mi madre, cuando seguramente sabrás que está casada, pedazo de inepto. -grité.
-¡Allison! ¿Qué haces despierta? -preguntó mi madre, a la que ya se le podía ver la vergüenza en el pálido de su piel.
No contesté. Miré a mi madre, la cual no podía creerse que aquello estuviera sucediendo, y me fui. Crucé la puerta sin mirar atrás un segundo y me largué, sabía que volvería a aquella casa, pero tan solo para recoger mis cosas. Y luego estaba Justin, ¿cómo cojones le dices a tu hermano que has pillado a su madre con un tío mientras su padre estaba durmiendo en el cuarto de al lado? Era algo que debía pensar mientras iba a casa de Abby, ella sería la única que me abriría la puerta de su casa a las 3:15 de la mañana.
-Hey. -sonó detrás de mí. Al principio creía que era mi madre, o el tío que se le había tirado, o quizás mi padre con Justin y nuestras maletas, pero todas mis esperanzas se derrumbaron cuando me giré. Era un chico alto, lucía una cabellera negra y unos preciosos ojos azules; Llevaba una camisa blanca con una corbata color aguamarina un tanto desabrochada, y la chaqueta del traje en el brazo derecho.
-¿te conozco?
-No, pero apostaría lo que fuera a que no te importaría hacerlo.
-Seguro que se te dan mal las apuestas.
-Pero lo compenso con lo bien que me va con las tías. Soy Jack, Jack Baldwin. -dijo mientras acercaba su mano a la mía con la intención de dármela.
-¿Intentas que te de la mano?
-En realidad intento ligar contigo, pero veo que la noche relentiza tu cerebro.
-Supongo que a ti te da fe.
-No, en realidad soy ateo.
-Me refería a fe en que conseguiras tener algo conmigo. -dije mientras me giraba y seguía con mi camino.
-En realidad hago cosas mejores por las noches, pero veo que hoy esto está despejado de putas, tómatelo como un cumplido.
-¿Se supone que ahora va la parte en la que me enamoro de ti?
-Según mis cálculos sí, pero mírame la cara, seguro que ya lo hiciste antes. Por cierto, ¿cómo decías que te llamabas?
-Nunca te he dicho mi nombre.
-Soy bueno en las primeras veces, sobre todo en las tías.
-Pues supongo que te vas a tener que quedar con la curiosidad. -dije mientras paraba enfrente de casa de Abby. -Ha sido un placer pasar estos 5 minutos contigo. Un buen rato. Lo recordare toda mi vida.
-No voy a dejarte entrar hasta que no me digas tu nombre.-dijo mientras apoyaba su mano sobre la puerta de la casa.
-Podemos quedarnos aquí toda la noche.
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The Last Song Club
Teen FictionAllison, desesperada tras descubrir a su madre con otro hombre, decide irse de casa y es esa noche cuando conoce al que cree que es el chico que puede cambiarle el día. Mentiras, pasión y delito se mezclan en este trágico romance. ¿Podrías tú enamor...