Capítulo 4

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Gabriela se sonrojó al escuchar su respuesta, pero no bajó su mirada, sosteniéndola con Michelle.

Michelle: Me gustan las mujeres, pero no te preocupes. No tienes por que estar nerviosa a mi lado. Me quedó muy claro cuando te conocí que a ti no... ¿Te molesta que yo sea así? (preguntó seriamente)

Gabriela: Por supuesto que no, Missy.  No me molesta y tampoco me preocupo. As sido muy linda conmigo.  Perdona que te haya preguntado eso, es algo muy personal.  No se que me pasa, por que me puse así (riendo nerviosa, tomando de su café)

Michelle: Gabby, tu me puedes preguntar lo que quieras, no tengas cuidado.  Quizá estás así por que esta es la primera vez para ti que existe la posibilidad de que las cosas vayan más allá que una simple amistad con otra mujer ¿Es cierto? (alzando una ceja)

Gabriela: ¿Existe esa posibilidad contigo?..(Preguntó su corazón latiendo rápidamente)

Michelle: Eres una mujer muy hermosa, por dentro y por fuera. Cualquiera sería afortunado de estar contigo. Pero se que solo buscas una amistad conmigo. Y eso lo acepto.  Yo tampoco ando en busca de una relación por el momento..

Gabriela: Si.. claro.. solo una amistad.  Missy, y si yo..

Una pelirroja se acercó a la mesa, interrumpiendo lo que Gabriela estaba a punto de decir.  Los ojos de Michelle se agrandaron con sorpresa y desagrado al verla.

Michelle: ¿Que haces aquí Sara? ¿Acaso me seguiste? (preguntó molesta)

Sara: No me dejaste otra opción. No me contestas mis llamadas, me tienes prohibida la entrada a los apartamentos.  Y ahora veo por que. ¿Esta es tu nueva noviecita? (mirando a Gabriela con desprecio)

Gabriela: Perdón, ¿tu quien eres?

Sara: Yo soy Sara, la esposa de Michelle, y te advierto de una vez que te alejes de ella.

Michelle: No eres mi esposa, no por mucho tiempo, estamos separadas ¿recuerdas? Y no permito que le hables así a Gabby.

Gabriela: Mejor yo me retiro. Hablamos después Missy.. (sintiéndose incomoda)

Sara: Hasta te llama Missy, que confiancita se tienen, ¿no?

Michelle: Espera Gabby, me voy contigo (la tomó de la mano para pararla, y Gabby la apretó dándole su apoyo) Tu y yo ya no tenemos nada de que hablar, Sara. Habla con mi abogado si necesitas. Adiós.

Michelle y Gabriela salieron del cafe, dejando atrás a Sara enfurecida. Las dos decidieron irse en el coche de Michelle a su apartamento. Michelle iba en silencio en todo el camino, perdida en sus pensamientos, sus manos apretando fuertemente el volante. Gabriela no sabía que estaba sucediendo entre ella y Sara, pero no quería dejar a Missy sola en ese momento. A leguas se notaba que ese encuentro con la pelirroja la había dejado muy alterada.

Al entrar al apartamento Michelle dejó su bolso en el sofá y volteó a mirar finalmente a Gabriela a los ojos.

Michelle: Perdón por lo que pasó en el café.  Que pena contigo.  Nunca me imagine que ella me estuviera siguiendo.

Gabriela: No te preocupes, por mi no hay problema. ¿Quieres hablar conmigo de lo que pasa con ella?

Michelle sonrió apenada, y después de ofrecerle algo para tomar se sentaron las dos en el sofá. Tomó un trago de su vino, y comenzó a platicarle a Gabriela sus problemas con Sara.

Michelle: Sara y yo tuvimos una relación muy.. intensa. Pensé que era amor, pero ahora no estoy segura. A los pocos meses nos casamos, y la relación pasó de intensa a tóxica..

Gabriela: ¿Como tóxica?

Michelle: Como lo habrás notado, es demasiado celosa, histérica, posesiva.. (bajó la mirada, respirando rápidamente, agitada)

Gabriela se preocupó, acercándose más a ella, tomando su mano.

Gabriela: ¿Que pasó Missy?

Michelle: Nunca le he contado a nadie. Ni siquiera a mi abogado, por que no tengo pruebas, en ese entonces me daba tanta vergüenza..

Gabriela: ¿Te golpeaba? (su corazón partiéndose en mil pedazos por ella)

Michelle asintió y no pudo evitar las lágrimas, su cuerpo temblando al recordar todo lo que sufrió al lado de Sara.

Michelle: Sara entraba en una rabia cuando los celos se apoderaban de ella. La primera vez que me golpeó me juró después que no volvería a pasar, que estaba arrepentida y no estaba pensando claramente. Y yo como una idiota le creí. Obviamente no cambió. Hace seis meses por fin tomé el valor de dejarla, y comencé los trámites de divorcio, pero ella no me deja en paz.. ya no se que hacer Gabby..

Gabriela al verla así, con tanto dolor, sintió una necesidad profunda de protegerla, de no dejar que nada malo le volviera a pasar. Con su pulgar le secó las lágrimas, y después la abrazó fuertemente, y Michelle al sentir esa calidez que le brindaba, la protección de sus brazos, no pudo evitar sollozar, aferrándose a ella como su cuerda de salvamento.

Gabriela: Ya no estás sola Missy. Me tienes a mi. Juntas buscaremos una solución para que esa loca no se vuelva a acercar nunca más a ti. No permitiré que haga mas daño.

𝓓𝓸𝓼 𝓐𝓵𝓶𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora