Una noche tan distinta, tan especial, que fue esa para Gabriela. Durmió como no lo había hecho en mucho tiempo, con un sueño lleno de paz, de tranquilidad, sin despertase en la madrugada en una casa fría y vacía, con lagrimas en sus ojos, extrañando lo que había perdido.
La siguiente mañana se despertó ella primero, encontrándose junto a Michelle, quien seguía profundamente dormida. En el transcurso de la noche, sin darse cuenta, sus cuerpos se habían pegado más, buscando el calor y cercanía de la otra. El espacio en el sofá era tan poco, que Gabriela estaba prácticamente encima de Michelle. Pero en el estado que se encontraban las dos la noche anterior, después de varias botellas de vino, no se les ocurrió retirarse a la cama para dormir más cómodas.
Los brazos de Michelle rodeaban su cintura, y Gabriela tenía una pierna sobre ella, recargando su cabeza sobre su pecho. Al abrir los ojos y darse cuenta de como estaban, tocó suavemente la mejilla de Michelle, tratando de despertarla.
Gabriela: Missy.. despierta. Creo que se nos hizo tarde (checando la hora en su reloj)
Michelle: Cinco minutos más.. (susurró somnolienta)
Gabriela sonrió, tratando de levantarse, pero Michelle suspiró, aún medio dormida, y la estrecho más a su cuerpo, escondiendo su rostro en el cuello de Gabriela.
Gabriela: Missy .. que.. ¿que haces?
Su respiración se volvió agitada, y Michelle sin darse cuenta aún de lo que hacía le dio un suave beso en el cuello. Gabriela se estremeció, y sin querer un jadeo escapó de sus labios al sentir ese roce y el cálido aliento de ella en su piel. Al escuchar ese sonido Michelle abrió los ojos repentinamente, separándose de Gabriela.
Michelle: Perdón Gabby, no se que me pasó, lo hice sin querer.
Gabriela: No te preocupes (dijo sonrojada, esquivando su mirada) ¿Está bien si tomo una ducha rápida en tu baño?
Michelle: Claro, esta es tu casa.
Gabriela prácticamente corrió al baño, y Michelle se cubrió el rostro con la cobija, apenada por lo que pasó, pero después recordó ese jadeo de Gabriela, y no pudo evitar sentir un poco de esperanza ¿Sería posible que Gabby estuviera sintiendo algo por ella?
Bajó la cálida agua de la ducha se encontraba Gabriela, sus emociones en un torbellino. Su corazón aún latía rápidamente, y no sabía que pensar.
Gabriela: A mi no me gustan las mujeres (hablando consigo misma en voz baja, tratando de convencerse) No me puede estar pasando esto...
Gabriela cerró sus ojos, respirando profundo, y su mano viajó a su cuello, tocando su piel en el lugar donde aún sentía los suaves labios de Michelle, como un sello que la había marcado definitivamente, despertando sentidos que trataba de ignorar, pero ahora le era imposible. Al recordar ese beso, y esos brazos rodeando su cintura, estrechándola a su cuerpo, sintió un fuego encenderse dentro de ella. Mordiéndose el labio sus manos llegaron a sus senos, acariciando tímidamente, y una de ellas viajó lentamente sobre su vientre hasta llegar a su intimidad, soltando un gemido. Con la respiración agitada, esos dedos comenzaron a moverse, tomando vida propia, y ella se dejó llevar por el placer, hasta que no pudo más, sus sentidos estallando al llegar a ese climax inesperado.
Gabriela: Missy..
Tanto temor le daba enfrentarse a esos sentimientos que no pudo evitar sollozar, cubriendo su boca para no hacer ruido y que Michelle se diera cuenta.
Minutos después, al salir de la ducha, secándose su húmedo pelo con una toalla, se encontró con el delicioso aroma de café inundando la cocina. Michelle preparaba un ligero desayuno, y al ver entrar a Gabriela le regalo una gran sonrisa.
Michelle: ¿Te sirvo café? Creo que se nos pasaron las copas anoche, y un café bien cargado es necesario en estos momentos (riéndose)
Gabriela: Si, gracias ¿Te ayudo con algo?
Michelle: No, ya esta todo listo. Es solo tostadas y fruta. A menos que quieras algo más, y te lo preparo con gusto.
Gabriela: No, está perfecto así.
Las dos se sentaron a desayunar. Los minutos pasaban, y ninguna decía una sola palabra. Michelle había recordado lo que le confesó a Gabriela la noche anterior, el beso en la mejilla, y sumando a eso lo que pasó al despertar, temía que su amistad con Gabriela estuviera en riesgo. No soportaría perderla, aunque fuese solo una amiga la necesitaba en su vida.
Por su parte, después de lo que hizo en la ducha, Gabriela se moría de la pena, no podía mirar a Michelle a los ojos. Adentro de ella se realizaba una gran batalla entre esos sentimientos que había despertado Michelle, y los prejuicios con los que había crecido, los que la sociedad imponía. Aunque ella no juzgaba a los demás, y aceptaba que el amor era amor, sin importar los géneros, nunca imaginó que le fuera a suceder a ella. No sabía si era lo suficientemente valiente para vivir un amor así.
Michelle: Gabby.. ¿estas molesta conmigo? Te pido perdón por mi comportamiento. Por lo de anoche y de esta mañana.. lo hice sin pensar..
Gabriela: No.. no estoy molesta.
Michelle: ¿Y por que no me miras a los ojos?
Gabriela alzó su mirada por fin, y el corazón de Michelle se estremeció al verlos rojos.
Michelle: ¿Estabas llorando? Es por mi culpa, verdad..
Gabriela: Missy.. tengo muchas cosas en mi cabeza. Creo que es mejor que me vaya..
Michelle: ¿Por que no mejor hablamos? No me gusta esto, verte así, esta tensión. Te aprecio demasiado, no me gustaría que nuestra amistad se arruinara.
El celular de Gabriela sonó, y después de revisar el mensaje se levantó, tomando su bolso. Había llamado por un taxi antes de salir del baño.
Gabriela: Mi taxi ya está aquí. Hablamos después ¿si?
Los ojos de Michelle se cristalizaron, y Gabriela caminó hacia ella, acariciando su mejilla.
Gabriela: Tu no as hecho nada malo, Missy. Mi mente es un revoltijo, necesito aclarar mis pensamientos. Yo.. yo también te estimo mucho. Hablamos después..
Gabriela no le dio tiempo de contestar y salió huyendo del apartamento. El corazón de Michelle se partió en mil pedazos, lágrimas corrían por sus mejillas, y sintió en ese momento que nada sería igual, que su amistad con Gabriela había sido dañada.
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𝓓𝓸𝓼 𝓐𝓵𝓶𝓪𝓼
FanfictionEllas son dos almas gemelas que sin buscarse al fin se encuentran. ¿Pero podrán vencer el miedo y enfrentarse al que dirán para vivir ese gran amor que nació entre ellas y que cada día crece más?