Capítulo 5

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Después de un par de copas de vino, palabras alentadoras, y cálidos abrazos, Gabriela logró que Michelle se calmara. Llevaba tanto tiempo guardando todo ese sufrimiento adentro, que fue un gran alivio para ella por fin poder desahogarse con alguien. Gabriela la escuchaba, sin juzgar y sin lastima. Simplemente le brindaba un apoyo incondicional, y ese cariño que Michelle le inspiraba, que le nacía del alma.

Un vínculo tan fuerte había surgido entre ellas que Gabriela sentía esa necesidad de protegerla, de que nada malo le volviera a pasar. Y en Gabriela, Michelle encontró ese afecto, esa comprensión que tanto le hacía falta.

Michelle: Me da mucha pena contigo, Gabby. Que as de pensar de mi.  Soy una tonta, una débil... (bajando la mirada)

Gabriela: No, Missy, no. (la tomó delicadamente del mentón, mirándola a los ojos) Jamás digas eso, y jamás bajes tu mirada. Tu eres la persona más fuerte que conozco. Tuviste el valor de dejar a esa mujer, de salir de esa relación que tanto daño te hacía. Muchas mujeres que an pasado por lo mismo no logran hacerlo. Tu eres una guerrera, nunca lo olvides.

Lágrimas rodaron otra ves por sus mejillas, pero esta ves no eran de sufrimiento. Nacieron de un sentimiento que Michelle no se atrevía a enfrentar aún. Uno que se volvía más fuerte cada vez que se perdía en esos ojos claros de Gabriela.

Michelle: En este momento no me siento así como me describes (dijo con una pequeña risa sarcástica)

Gabriela: Propongo que hagamos algo, para que te distraigas y dejes de pensar en el pasado. Esa mujer no merece que derrames ni una sola lagrima más por su culpa.

Michelle: ¿Que propones?

Gabriela: Salgamos al cine, o a comer, o de compras ¿Que te gustaría?

Michelle: La verdad no tengo ánimos de salir. Que tal si ordenamos una pizza y vemos películas.

Gabriela: Suena fantástico (abrazándola, y por fin haciendo que Michelle sonriera)

Michelle: Que sea una pijamada entonces, quédate esta noche conmigo.

Gabriela: ¿Quieres que me quede? (preguntó sorprendida)

Michelle: Bueno.. si te incomoda no te preocupes, yo entiendo, se que tenemos poco de conocernos, pero..

Gabriela: Missy, Missy (riendo, poniendo sus dedos sobre los labios de Michelle para que parara de hablar) Solo me tomó por sorpresa. No me incomoda para nada. Acepto, me quedo contigo esta noche.

Michelle: ¿Lo dices enserio?

Gabriela: ¡Por supuesto! A ver, de donde ordenamos la pizza..

Las dos se encontraban emocionadas, haciendo planes para esa noche, como cuando eran adolescentes desvelándose con amigas.

Gabriela acompañó a Michelle a su recámara por una pijama que ella le prestaría. No pudo evitar admirar su alrededor mientras Michelle buscaba en su closet. Como el resto de su departamento, plantas abundaban por todas partes, brindando un aire lleno de calma al lugar.

Gabriela: Veo que te gustan mucho las plantas. Otra cosa más que tenemos en común.

Michelle por fin encontró la ropa que buscaba, y con una sonrisa en su rostro fue al lado de Gabriela, que inspeccionaba una monstera que tenía al lado de la ventana.

Michelle: Si, me encantan. Cuando tengo mucho en mi mente y necesito despejarme cuidar de las plantas me ayuda mucho. Es como una terapia para mi. Aquí tienes, te dejo sola para que te cambies.

La pizza no tardó en llegar, otra botella de vino más, y las dos se acomodaron en el sofá bajo cobijas, listas para ver una comedia romántica.
Las dos no paraban de reír con la película, y sin darse cuenta la distancia entre ellas en el sofá iba disminuyendo.  Esa botella dio paso a otra, y pronto el vino comenzó a dar efecto, desinhibiendo su sentir.  Michelle volteó a ver a Gabriela, y no pudo evitar decirle lo que pasaba por su mente.

Michelle: Eres una mujer maravillosa, Gabby. En tan poco tiempo te as convertido en alguien sumamente importante para mi.

Gabriela: Yo siento igual..

Las dos estaban tan cercas, sus rostros a centímetros de distancia, el corazón de ellas comenzó a latir rápidamente. Michelle miraba a Gabriela con asombro, grabándose cada detalle de su rostro a su memoria.

Gabriela se sonrojó, y aclarando su garganta intentó levantarse del sofá, pero Michelle tomó su mano, deteniéndola. 

Michelle: Espera, no quise incomodarte.  Solo quería que supieras lo que siento..

Gabriela: No me incomodas.. Yo siento lo mismo, Missy.. y no se que pensar, me da un poco de miedo

Michelle: No.. no tengas miedo (susurró acercándose más)

El pulso de Gabriela se aceleró, y cerró sus ojos fuertemente, pero no se movió del lugar.  Sintió los labios de Michelle en su mejilla, en un pequeño beso, y después se acurrucó a su lado, quedando profundamente dormida.  Gabriela abrió los ojos, mirando a Michelle sorprendida, por un momento pensando que la besaría en los labios, desconcertada al sentirse un poco triste de que no sucedió.

Gabriela:  ¿Que me pasa contigo, Missy? (susurró)

Gabriela se acomodó a su lado, observándola dormir por largo tiempo, hasta que el sueño terminó apoderándose de ella también.

𝓓𝓸𝓼 𝓐𝓵𝓶𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora