Capítulo 1

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Manuel:  Ándale Gabby, acompáñame. No seas mala, te prometo que te vas a divertir (su amigo suplicó)

Gabriela se recargó en el sofá cruzando sus piernas y lo miró seriamente, tomando de su copa de vino. Sabía que su amigo de toda la vida estaba preocupado por ella y quería que saliera de esa rutina monótona en la que ella misma se había metido. Después del fallecimiento de su marido hace seis meses ya nunca salía a divertirse, solo se pasaba el tiempo en el trabajo o en la casa, recordando viejos tiempos, perdida en la nostalgia. Pero ir a un lugar de esos jamás había pasado por su mente, y la verdad le incomodaba un poco.

Gabriela: No se, Manuel. Yo nunca he ido a un bar gay (frunciendo el ceño)

Manuel: Yo lo sé, tontita.  Pero esa es la idea, sacudirte de esa rutina.  Y que mejor manera que sacándote de tu zona de confort.  Además ese bar es muy divertido y tranquilo.

Gabriela: Me da un poco de miedito, Manny.  Que tal que le guste a una chica y me coqueteen o algo.  No se que haría yo (sonrojándose)

Manuel: Ay, de eso no te preocupes (riéndose). Yo estaré ahí para defenderte y que no te rapten las chicas gay, ¿ok?

Gabriela por fin sonrió. Manuel tenía razón, ya era tiempo de tratar de vivir su vida y seguir adelante. A Mauricio no le hubiera gustado como se apagó su luz. Respirando profundo tomó la decisión.

Gabriela: ¡Aish! Pienso que es una locura, pero esta bien, júrame nada mas que no me vas a dejar sola ahí en el bar.

Manuel: Te lo prometo, amiga (con su mano sobre su pecho). Ahora, vamos a que te arregles y salgas de esa pijama.

Los dos subieron a su recámara donde Manuel la ayudó a escoger su atuendo. Un vestido negro pegado, mangas cortas, y corte arriba de las rodillas. Su pelo rubio en un peinado recogido, y un maquillaje sutil que hacía resaltar sus hermosos ojos verdes.

Manuel: Te ves divina, amiga. Definitivamente vas a robar miradas esta noche.

Gabriela: Ay, Manuel, no me digas eso (dijo nerviosa)

Los dos se dirigieron en el carro de Manuel hacia el bar, y cada momento que pasaba la ansiedad en Gabriela crecía más. Pero al entrar a ese bar se quedó sorprendida. No era para nada como se lo había imaginado, no era un lugar oscuro, descarado, con toda la gente vestidos de piel. El club era como cualquier otro, con música alegre, y gente normal divirtiéndose.

Manuel: Ok, vamos a la barra por algo para tomar. Aquí hacen unos cócteles muy buenos.

Gabriela asintió y lo siguió hasta la barra, tras la cual se encontraba la mujer más interesante que había visto. Ella era una mujer madura, quizá de su misma edad, vestida toda de negro, su pelo oscuro largo en ondas, piel blanca, su rostro con rasgos angulares, y los ojos un deslumbrante color azul.

Los dos se sentaron enfrente de ella, y la mirada de Michelle fue directamente a Gabriela mientras preparaba una bebida.

Manuel: Espérame tantito, voy al baño. Me pides una cerveza.

Gabriela: ¡Manuel! (dijo mientras el se iba) Aish, dijo que no me dejaría sola.

Michelle: Hola hermosa, ¿que te gustaría tomar? (sonriéndole coquetamente)

Gabriela: Ah, yo.. yo no soy así. Perdón. (Sonrojándose)

Michelle: ¿Así como? ¿Gay?

Gabriela: Este..

Michelle: No te preocupes, linda (riéndose) Solo estoy siendo amable. No muerdo (guiñando un ojo) ¿Que te gustaría?

Gabriela: Para mi amigo una cerveza, y para mi no estoy segura.. quizá una copa de vino tinto.

Michelle: Mira, si tu quieres tratar algo nuevo puedo sorprenderte con uno de mis cocteles favoritos ¿Que dices?

Gabriela se mordió el labio pensándolo, y Michelle no pudo evitar observarla. Esa rubia de ojos verdes se veía tan tierna, y se notaba que estaba algo nerviosa por estar en ese bar.

Gabriela: Está bien, acepto uno de tus cócteles (sonriendo tímidamente)

Michelle: ¡Bravo! Te va encantar, vas a ver.

Manuel regreso del baño, sentándose a su lado y tomando de su cerveza.

Manuel: Gabby, no vas a creer a quien me encontré en la fila del baño.

Gabriela: ¿A quien?

Manuel: A Oscar (cubriendo su boca con su mano)

Gabriela: ¿El chico que te gusta? Ay no, ¿y que pasó?

Manuel: Comenzamos a platicar mientras esperábamos, y me invito a que tome un trago con el (la miró con ojos suplicantes)

Gabriela: Manny.. (suspiró) Esta bien, ve. Se cuanto as esperado esto.

Manuel: ¡Gracias Gabby! (abrazándola) Eres la mejor amiga del mundo. No demoro.

Gabriela negó sonriendo. Manuel era un loquillo, pero siempre lograba sacarle una sonrisa, hasta en los momentos más tristes. Michelle la sacó de sus pensamientos al poner una bebida rosada enfrente de ella.

Michelle: Pruébalo, a ver que te parece.

Gabriela: ¿Que es? (Preguntó tomando la copa de martini con tres frambuesas en un palillo)

Michelle: Es un martini francés de frambuesas

Gabriela lo acercó y tomó una pequeña probada. Y le regalo a Michelle una gran sonrisa.

Gabriela: Wow, está delicioso. Gracias..¿como te llamas?

Michelle: Me llamo Michelle, pero me puedes llamar Missy.

Gracias: Bueno, muchas gracias Missy, me encantó. Yo soy Gabriela, o Gabby.

Gabriela extendió su mano y en el momento que Michelle la tomó sintió una conexión inmediata con ella que no se podía explicar. Retiró su mano nerviosamente, bajando su mirada.

Las dos no lo sabían aún, pero esa noche en el bar, ese casual encuentro entre ellas dos cambiaría el curso de sus vidas. Una felicidad y un amor distinto, inmenso, estaban a su alcance, si tan solo se arriesgaban a derrumbar esas barreras y vencer ese miedo que les impediría estar juntas.

𝓓𝓸𝓼 𝓐𝓵𝓶𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora