Capítulo 13

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   Al siguiente día Gabriela y Michelle acudieron a sus abogados para ver cómo resolver el dilema del bebé.  Después de que ellos investigaron les informaron que si, Sara había usado los óvulos de Gabby, tal como lo había dicho.  Y como el proceso se llevó acabo durante el tiempo que ellas estaban casadas, la única manera de que el bebé se quedara con Michelle y Gabriela sería demandar a Sara por la custodia después de su nacimiento en un par de meses.

La incertidumbre las tenía llenas de nervios, pero los abogados les aseguraron que aunque el caso fuera algo complicado, la demanda en contra de Sara por abuso las ponía en ventaja para ganar la custodia del bebé.

   Días después Michelle se sentía algo deprimida por todo este lío, sin querer salir de la casa o hacer nada. Gabby y Manny estaban con ella tratando de darle ánimos, apapachándola en la cama, uno a cada lado. 

Manuel: Ya verán que todo saldrá bien. El universo no puede ser tan injusto como dejar que esa bruja se salga con la suya.

Gabriela: Manny tiene razón, amor.  Los abogados piensan que nosotras ganaremos el caso. Hay que mantenernos positivas. El lugar de ese bebé es con nosotras.

Michelle: Lo sé, pero de todas formas no puedo dejar de preocuparme.  Me muero al solo pensar que ella se quede con nuestro hijo.

Gabriela: No sucederá eso, estoy segura. (abrazándola, y besando su cabeza) Manny, ¿me ayudas con algo en la cocina?

Manuel: Si, claro Gabby, vamos.

Gabriela: Descansa amor, trata de no preocuparte.

    Michelle asintió, y se volteó a su lado, abrazando una almohada, y cerrando los ojos.  Gabriela y Manuel bajaron a la cocina, y comenzaron a preparar la cena.

Manuel: Me preocupa que esté Missy así con esos ánimos.

Gabriela: A mi también.  No quiero que caiga en depresión.  Se me ocurrió algo que espero le regrese la alegría.  Es algo que he estado pensando por un tiempo, pero necesitaré tu ayuda.

Manuel: Sabes que cuentas conmigo para todo, Gabby ¿de que se trata?

Gabriela: Mira, esto es lo que quiero hacer..

   Los dos se pusieron a planear esa sorpresa para Michelle.  Una cena romántica para solo ellas dos en el hermoso jardín lleno de flores de Gabby.  Con todo preparado, Manuel se despidió, deseándole suerte a su amiga.  Al regresar a la habitación, Missy aún seguía en la cama.  Gabby se subió con ella, abrazándola por la espalda.

Gabriela: Amor.. (besando su mejilla)

Michelle: ¿Hmm? (respondió sin ánimo)

Gabriela: Necesito tu ayuda con algo urgente.

Michelle: ¿Qué cosa? (preguntó girando, quedando frente a ella)

Gabriela: Ven, acompáñame, necesito que me dejes consentirte..

Tomándola de la mano, logró que Missy la siguiera al baño. Llenó la tina con agua cálida y burbujas, y puso música relajante.

Michelle: Hermosa, no tienes que hacer todo esto. Estoy bien, te lo juro.

Gabriela: Lo se, solo déjame consentirte, ¿si? (pregunto con un pequeño puchero, que Missy no se pudo resistir)

Michelle: Esta bien, mi bonita, siempre logras hacerme sentir mejor (sonrió y le dio un suave beso en los labios)

Caminando detrás de Michelle, Gabby hizo su pelo a un lado, besando suave su cuello, abrazándola por la espalda.  Missy se estremeció y un jadeo escapó al sentir las manos de Gabby subir a sus senos, apretándolos, acariciando sobre la tela hasta sentir sus pezones endurecer.

Michelle: Gabby... (jadeó)

Con una pequeña sonrisa, Gabby la ayudó a quitarse la ropa hasta quedar desnuda, y la ayudó a meterse a la tina. Missy recargó su cabeza hacia atrás, cerrando sus ojos, un suspiro escapando de sus labios. Gabriela se sentó en un banquito a su lado, y comenzó a pasar una esponja enjabonada lentamente por su cuerpo. La esponja viajaba sobre un brazo, luego el otro, sobre sus piernas... llegó a sus senos, pasándola sobre ellos una y otra vez, las sensaciones volviendo loca a Missy.  Gabriela dejó caer la esponja, tomando ambos senos en sus manos, y Missy soltó un gemido repleto de deseo.  Gabby los apretaba, pasando los pulgares sobre los pezones una y otra vez.  Sus miradas claras sin perder la conexión, Gabriela amaba ver en su rostro el placer que ella le provocaba.

Michelle: Entra a la tina conmigo, te necesito mi amor.. (jadeó)

   Gabriela se quitó la ropa, y entró a la tina, quedando sobre Michelle.  Un beso apasionado, lleno de fuego, fue inevitable entre esas dos.  Sus cuerpos ardían en deseo, en medio de ese beso interminable, sus senos enjabonados rozaban exquisitamente. La mano de Gabriela bajó a la intimidad de Michelle, deslizando dos dedos adentro de ella, mientras que con el pulgar frotaba ese punto más sensible.  Michelle soltó un fuerte gemido, y bajó su mano a la intimidad de Gabby, imitando sus caricias.  Las miradas de ellas conectadas, los gemidos no paraban, moviendo sus caderas más y más al ritmo de sus dedos, hasta que ya no pudieron más, aferrándose una a la otra, un intenso orgasmo arrasó con sus cuerpos, explotando de placer.  Las dos permanecieron abrazadas por varios minutos, sus cuerpos temblando, dándose pequeños besos, hasta recuperar la respiración.

   Después de terminar de bañarse y de secarse, Michelle tomó la mano de Gabby, llevándola a la cama, amándose desmedidamente una vez más.

𝓓𝓸𝓼 𝓐𝓵𝓶𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora