Capítulo 9

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  Era un sueño hecho realidad. Las dos estaban por fin juntas, con sus sentimientos al aire, listas para enfrentar el mundo entero y vivir ese gran amor.

  Las palabras sobraban, los dulces besos y tiernas caricias reinaban. Pero el cansancio de un largo día y tantas emociones las venció, y quedaron profundamente dormidas, las dos de lado, con Gabby abrazando a Michelle por la espalda, en un sueño lleno de paz y tranquilidad.

  Un par de horas después, aún en la madrugada, el sonido de una ambulancia pasando a lo lejos despertó a Gabby de repente. Una sonrisa apareció en su rostro al realizar que ya no estaba sola.  Sintiendo el calor de Michelle entre sus brazos, su respiración rítmica, su suave perfume, todo la lleno de tanta felicidad, que no quería perder ni un momento más sin demostrarle cuanto la amaba y la deseaba.

  Con su mano sobre su cintura la estrecho más a su cuerpo, besando su cuello suavemente, dándole una pequeña mordida en el lóbulo de la oreja, su mano colándose bajo la blusa, viajando hasta sus senos, acariciándolos. Michelle se estremeció entre sus brazos, soltando un jadeo al sentir el cálido aliento y la lengua de su amada pasar por su piel.

Michelle: Ahh.. Gabby (suspiró, despertando)

Gabriela: Te deseo tanto, mi amor. Desde ese día que dormimos en tu sofá (susurró a su oído)

Michelle: Como yo te deseo a ti, mi bonita (jadeó)

Gabriela: Pero tengo algo de nervios, no se que hacer ¿tú me enseñas? (preguntó tímida, escuchándose tan tierna)

Michelle: Mi vida.. Yo diría que vas muy bien (sonriendo)

  Michelle recargó su cabeza hacia atrás, sus labios encontrándose en un beso lleno de deseo, sus lenguas entrelazadas, con la respiración agitada. Con cada roce de esas lenguas, cada mordida, cada caricia, un fuego inmenso crecía dentro de ellas. Sus cuerpos pidiendo a gritos entregarse, amarse.

  Michelle tomó la mano de Gabriela y la guió hacia abajo, colándola en sus pajamas, llegando a su intimidad.  Sin dejar de besarse, Gabby comenzó a mover sus dedos, un gemido escapó de Michelle, ahogándose en ese beso interminable. Ella movía sus caderas sensualmente contra su cuerpo, al ritmo de las caricias de Gabby, gimiendo apasionadamente, hasta llegar al climax.

  Después de controlar su respiración un poco, Michelle dio un giró, quedando encima de Gabby, y acariciando su pierna fue lentamente subiendo su camisón hasta deslizarlo por completo de su cuerpo, dejándola solo en ese panty rosa de seda que tenía puesto.  Missy se despojó de su ropa también, regresando a los apasionados besos de Gabby, sus manos acariciando sus senos, apretándolos, jugando con sus pezones hasta hacerlos endurecer, soltando suaves gemidos. 

  Los labios de Michelle comenzaron un sensual recorrido por su cuerpo, besando suavemente su cuello, dejando traviesas mordidas, viajando lentamente hasta llegar a sus senos, prendiéndose de ellos.  Gabriela no podía contener sus gemidos, cerrando los ojos, tomó a Michelle del pelo mientras ella torturaba dulcemente un seno y luego el otro, pasando la lengua sobre ellos, besando, mordiendo, succionando.

  Michelle alzó su rostro, parando su tormento, y mirando a Gabby a los ojos fue bajando su mano, colándose en su panty, acariciando su intimidad ya húmeda y sensible.

Michelle: Ahhh.. Missy.. te amo (jadeó, moviendo sus caderas sensualmente)

Michelle: Y yo a ti, hermosa

Michelle retiró su mano, y Gabriela, agitada, llena de deseo, hizo unos pucheros tan tiernos que le derritieron el corazón. Con una sonrisa se acercó, dejándole un beso en la boca, mordiendo suavemente sus labios, y bajó, deslizando los panties de su cuerpo, dejándola completamente desnuda. Se colocó entre sus piernas, y Gabby mordiéndose el labio se apoyó en sus codos, observándola.

Sin despegar sus miradas, Missy pasó su lengua lentamente por su feminidad, y Gabby soltó un fuerte gemido. Missy movía su lengua de arriba a abajo, rodeando, besando, succionando. Los gemidos de Gabby no paraban, y ante tanto placer se recargó de nuevo en la almohada, cerrando los ojos y aferrándose a las sábanas. Michelle metió dos dedos, y eso junto con las caricias de su lengua la terminaron de desatar, llegando a la cima del placer, con un orgasmo tan intenso como no había sentido jamás.

Su cuerpo aún vibrando de placer, Missy subió, y Gabriela la abrazó fuertemente, buscando sus labios, besándose con tanto deseo. Al faltarles el aire se separaron, y Missy se acomodó sobre ella, sus intimidades encajando maravillosamente, sus caderas tomaron vida propia, moviéndose al mismo ritmo. Dejándose llevar por el deseo, el dulce roce de sus feminidades húmedas produciendo un placer sin igual. Sus gemidos inundaban la habitación, sus cuerpos sudando, las dos se entregaban en cuerpo y alma, moviéndose mas rápido, hasta que llegaron al cielo, sus sentidos estallando, cuerpos vibrando de placer, un climax maravilloso apoderándose de ellas.

Michelle cayó rendida al lado de Gabby, las dos tratando de controlar la respiración.

Gabriela: Wow (mirándola asombrada, acariciando su mejilla) jamás había sentido tanto.

Michelle: Ni yo (suspiró, sonriendo y dejándole un pequeño beso en la nariz) Eres mágica, mi amor. La mujer más bella, por dentro y por fuera.

Gabriela: Mi vida.. te amo tanto. Doy gracias que nuestros caminos se cruzaron y ahora vivimos este amor tan intenso. Júrame que siempre estaremos juntas. Que no nos separaremos de nuevo.

Michelle: Te lo juro, mi amor

Michelle la besó suavemente, las dos refugiándose en los brazos de la persona que más amaban en el mundo. La vida se encargó de que esas dos almas gemelas se encontrarán, esas almas que estaban destinadas a amarse. Aunque la vida todavía les tenía preparada una mala jugada, un obstáculo más a vencer antes de llegar a la plena felicidad.

𝓓𝓸𝓼 𝓐𝓵𝓶𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora