Ellas son dos almas gemelas que sin buscarse al fin se encuentran.
¿Pero podrán vencer el miedo y enfrentarse al que dirán para vivir ese gran amor que nació entre ellas y que cada día crece más?
Al llegar al hospital y preguntar por Sara, dejaron pasar de inmediato a Missy a verla. Estaban preparando todo para hacerle una cesárea de emergencia, y solo tenía unos minutos para hablar con ella antes de que se la llevaran al quirófano.
Sara: Missy.. tengo mucho miedo (extendiendo una mano hacia ella)
Michelle: Todo saldrá bien, ya verás (tomó su mano) Tu eres fuerte, al igual que este bebé (tocando su vientre)
Sara: Se que cometí muchos errores, y que fui horrible contigo el tiempo que estuvimos juntas. Pero tú sabes que siempre quise un bebé. Si me pasa algo, cuídenlo por favor, y díganle que lo amé con todo mi corazón.
Michelle: No digas eso, Sara, ten fe. Los doctores están haciendo todo lo posible para que salgan bien.
Sara: No soy una tonta, vi sus caras cuando me revisaban. Se que algo esta mal, lo presiento. Prométemelo, Missy, por favor (suplicó)
Michelle: Esta bien. Te lo prometo.
Sara: Gracias (cerró los ojos, sintiendo otra fuerte contracción). Se que no merezco tu perdón, pero realmente me arrepiento de todo lo que te hice sufrir Missy.
Michelle no supo que decir, y solo sostuvo su mano hasta que llegaron las enfermeras para llevársela al quirófano. Después regresó a la sala de espera, al lado de Gabby, quien al verla simplemente la abrazó fuertemente, las dos brindándose esa calma que necesitaban en estos momentos de angustia e incertidumbre.
Gabriela: ¿Cómo está Sara? (le preguntó cuando ambas se sentaron, sus manos unidas)
Michelle: No lo sé, no me dijeron nada, pero se veía muy pálida. Estoy tan preocupada por el bebito.
Gabriela: Lo sé, mi amor. Yo también. Vamos a rezar para que todo salga bien con ellos.
Michelle asintió, y las dos fueron a la capilla a rezar. El tiempo marchaba muy lento, y no se podían quedar quietas, dando vueltas en la sala de espera. Un par de horas después salió el doctor a darles noticias.
Doctor: Lo siento mucho, la paciente falleció momentos después de la cirugía. La hemorragia que sostuvo cuando se desprendió la placenta fue imposible controlar.
Michelle: No lo puedo creer (cubriéndose la boca, impactada con la noticia)
Gabriela: ¿Y el bebé? ¿Cómo está el?
Doctor: El esta bien, dentro de lo que cabe. Sus pulmones aún no se terminan de desarrollar. Necesitara estar en la incubadora por unas semanas mas hasta que pueda respirar sin asistencia.
El doctor se retiró, y ellas fueron de inmediato a ver a ese pequeño a la guardería. Se les partía el corazón al verlo tan chiquito e indefenso adentro de la incubadora, conectado a todos esos tubos. Eran demasiadas las emociones que sentían en ese momento. Shock por la muerte de Sara, felicidad pero al mismo tiempo angustia por la llegada tan repentina de Angelito. A partir de ese día tomaban turnos entre ellas y Manny para que siempre alguien estuviera al lado de ese pequeño y que no se quedara solo en el hospital.
Las semanas antes de que dejaran ir a Angelito a casa parecían eternas. Durante ese tiempo Missy y Gabby se unieron en matrimonio en una ceremonia íntima, a la cual solo acudieron sus amigos cercanos. Angelito poco a poco mejoraba, y por fin se llegó ese día tan anhelado por todos donde le dieron de alta en el hospital.
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Manuel: ¡Bienvenido a casa, Angelito! Tus mamis y tu tío Manny estamos súper emocionados por que ya estes aquí con nosotros (dijo agarrando su manita)
Gabriela: Eres tan bello, mi amor, te amamos tanto tu mami Missy y yo. Eres nuestro propio pedacito de cielo (arrullándolo en sus brazos)
Michelle: Llegaste a cambiar nuestras vidas por completo, mi corazón. Ahora somos una familia completa, una familia feliz. Te adoramos, Angelito nuestro.
Michelle abrazaba a Gabby por la espalda, envolviéndola a ella y al bebé en sus brazos. Lágrimas de felicidad rodando por su mejilla, los corazones de ambas estallando de amor por Angelito.
Michelle: Te amo, Gabby, eres una hermosa mamá (susurró en su oído)
Gabriela: Y yo te amo a ti, mi vida (recargando su cabeza hacia atrás, besándose suavemente) Gracias por este regalito tan hermoso, por hacerme mamá.
Michelle sonrío, uniendo sus labios nuevamente en un beso tierno y lento, lleno de sentimientos. El amor verdadero había llegado a sus vidas cuando menos lo esperaban, y ese amor que las unía logró vencer todos los miedos y obstáculos que se les atravesaron, saliendo triunfantes al final, con la más bella de las recompensas, esa hermosa familia que las dos siempre soñaron.
~Fin~
Gracias por seguir la historia de Gabby y Missy hasta el final. Sin duda alguna ha sido la historia más difícil que he escrito, con perdidas de inspiración y toda la cosa. Pero, en cada historia se aprende algo nuevo, y ellas dos se quedan siempre en mi corazón.
Gracias por su apoyo, por sus votos, y por sus comentarios.
