𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 4: 𝙈𝙖𝙧𝙞𝙤.

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—¿Quieres que te sirva un poquito más de té? —Me ofrecía la señora B.

—No gracias, así está bien jeje.

Me encontraba sentado en una mesita en el patio, tomando un té con la señora B.

El ambiente era caluroso con un gélido viento que te soplaba en la cara acompañado del canto de los pájaros.

—Entonces.... ¿Crearás el libro que tanto querías hacer desde que estabas en la secundaria? Aún recuerdo que siempre decías, mañana lo hago, mañana lo hago y nunca lo hacías jeje.

—Sii Señora B jaja. —Decía mientras tomaba el té.

—Me interesa saberlo, ya me explicaste que te metiste a un grupo para averiguar sobre esto. Pero... ¿Conoces a alguien de allí?

—No... —Digo mientras tomo el té.

La señora B me mira confusa.

—Pero tenga por seguro que todo saldrá bien Señora B, no se preocupe.

Toma un poco de su té la Señora B.

—Conociéndote.... siempre tienes alguna estrategia para confrontar las cosas, de todas formas, ten cuidado, uno nunca sabe con qué personas puede encontrarse por el internet.
Una ves, a mi Yuliet le salió que se ganó un premio y que era el ganador número tres y no se que cosas.

—Eso es mentira Señora B, siempre saldrá eso, es como.... un anunció engañoso, con fines de llevarse tu dinero o pongas tu cuenta bancaria o algo así.
Lo sé... Por qué no es la primera ves que lo veo, a mí también me salió hace un tiempo.
Y hablando de eso... ¿Por qué me mintió lo de las pastillas? Ya se que esas no son para la garganta.

La señora B se queda en silencio unos segundos.

—Te lo diré.
No me gusta que se preocupen por mí, yo ya soy una persona mayor y ya viví lo que tenía que vivir. De ahora en adelante ten presente esto ¿Está bien? Y no lo digo en forma de reprocharte, si no que.... No quisiera ser un peso que tengan que llevar siempre.

—¿Qué? No diga eso Señora B, ni siquiera es verdad, Pero.... ¿Por qué? A mí me importa saberlo y más aún si usted es una persona importante en parte de mi vida, por eso me preocupa si se encuentra mal o no, igualmente su familia, de lo contrario no vendrían ni a visitarla ni le preguntarían como está.

—Aún no logras comprenderme, quizás.... Solo quizás.... Cuando pase el tiempo logres hacerlo Angelito... De lo que si estoy segura, es que eres diferente a los demás.

—¿Por qué lo dice?

—Eres vegetariano..... no por hacer dieta o engordar, si no por que no quieres que los animales sufran, no entendí muy bien el por qué lo hacías al inicio, ahora si.
Por más difícil que sea un asunto, tu sigues estando allí sin importar que hasta terminar lo que empezaste, Aunque a veces seas algo terco jeje.

Me sorprende que las promesas que haces aunque a veces pensara que era de broma.... No se me había pasado por la cabeza que en realidad lo harías.

Tienes la idea de que el hombre también puede cocinar y lavar, no como la sociedad machista de ahora... Ya se hijo, no todos son así, pero la gran mayoría si.
¿No vez los noticieros? Cuantos casos...

Se queda en silencio unos minutos.

—Otra cosa, me comentaste que si tú libro llega a tener éxito, regalarías tus libros a la gente sin sacar beneficio alguno.
Hasta ahora no conozco a alguien que regale libros así como así, pero ¿En verdad lo harías?

Distancia. (En Proceso) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora