Distancia. (En Proceso) ©

𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 14: 𝘿𝙚𝙨𝙢𝙖𝙙𝙧𝙤𝙨𝙤𝙨. ❤️🌹

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Recuerdo de Marthos.

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Era de noche, me encontraba en el auto con Emy, Carlos y Eduard, para que escucharán lo que pasó aquella noche.

—Esto fue lo que pasó... —Digo apenado.

Un helicóptero sobrevolaba las calles, yo me encontraba en el y la vista desde arriba era aterrador, la gente siendo despedaza por los muertos, casas en llamas.
Gente gritando por ayuda desde su azotea, pensando que los rescataríamos.

Pero no... Nuestro objetivo era otro. Era proteger que nadie más saliera de la ciudad, habían evacuado a la gran mayoría de gente, pero la otra gran parte se había quedado.

Enfermeros... Doctores... Habían abandonado por completo la ciudad. ¿Quién les haría la prueba para saber si tenían el virus o no?
Solo quedaban cuatro, los cuales serían evacuados en el helicóptero en el que estábamos y no quedaría nadie.

Al llegar al punto de encuentro. Desciendo del helicóptero con mis compañeros, los cuatro doctores se hallaban listo para irse. Pero nos enteramos que estaban infectados.

Se me ordenó matarlos. Pero no lo hice, dejé que se escaparan.

Al poco rato me dan la noticia que los doctores que dejé escapar, contagiaron a la gran mayoría de personas que se encontraban abajo.

Si tan solo los hubiera matado...

La gente se hallaba protestando para salir. Pero no sé podía, si ellos salían infestarian a los otros que salieron y sería más difícil controlar la enfermedad.
Lo malo... es que también había gente que no había sido infectada.

Me encontraba en una azotea como tirador, vigilando a las personas. Hasta que me dieron la orden de matar a todos los que estaban abajo sin excepciones. Incluso a los policías...

Si dejé escapar a esos doctores y fue para mal, no lo volvería a cometer eso de nuevo...
Los disparos se escuchaban por toda la zona, la gente corría desesperada por todos lados para esconderse. Maté a tantos como pude.

Hasta que un niño se me cruzó en la mira, fue lo más triste... el presenciaba toda esa masacre, así que lo defendí de un muerto que se acercaba a el.
El huyó.

Por la radio, escuché los quejidos de mi compañero que estaba siendo devorado vivo.
Lo maté para evitar su sufrimiento.

La zona de hallaba en silencio y decidí bajar, antes miré por el borde de la azotea si estaba despejado.
Así que bajé.

Estando abajo, cientos de personas asesinadas me rodeaban.
De inmediato recibo un informe donde me indicaban la ubicación de un compañero. Es allí donde tuve el primer encuentro con ustedes.

—Dios santo... —Dice Emy al escuchar mi relato.

—Pudiste haberlos dejado que se vayan... ¡PERO NO!, ¡TUVISTE QUE MATARLOS A SANGRE FRÍA! -Me culpa Eduard.