Soul || үооиміи

O3

-Seis y cuarto. -Mencionó el rubio con un aire de frustración. -¡Faltan casi dos horas Ami! -Berrinchó un poco.

-Y casi ocho para que termine mi turno. -Se quejó la enfermera.

-¡Woa! ¿De verdad? -Cuestionó asombrado el rubio y Ami solo asintió con la cabeza. -Que fastidio.

-Casi no lo es cuando tienes alguien con quién charlar. -Terminó de anotar el registro de un paciente y miró al menor.

-Si, bueno... Yo daré una última vuelta por aquí y creo que me iré antes a casa. -Mencionó para comenzar a caminar hacia las habitaciones en las cuales todavía podía merodear.

-¡Tu madre se enojará! -Mencionó Ami asomandose un poco solo para ver a Jimin levantando el brazo.

El rubio recorría el gran pasillo que separaba  las habitaciones de las sillas de espera. Veía como algunas personas esperaban impacientemente alguna respuesta. El una vez estuvo en una de esas sillas.

[09] -міn

Sin darse cuenta ya estaba en el sector privado. Si algo hacía especial al gran hospital de Busan, era su pequeño sector privado, un areá que incluía solo diez habitaciones para las familias de mayor prestigio. Una de ellas era la familia Min.

-Shh, no debemos hacer mucho ruido sino queremos que nos saquen de aquí. -Mencionaba el pálido hacia su nuevo amiguito.

El rubio solo le devolvía el gesto con su dedo entre sus labios y una pequeña sonrisa. Ambos niños se encontraban fuera de la habitación de la abuela Min; paciente frecuente debido a un gran problema en el corazón, que no había podido ser atentido por los médicos del todo.

-Ya te ví pillín. -Había mencionado la mujer de cabellos grisaceos al ver a su adorado nieto. -¿Quién es la bolita de arroz que te acompaña? -Jimin se había sonrojado un poco.

-Abuuuela, ya te dije que no debes poner apodos así. -Dijo el pálido mientras subía a la camilla concuidado y se sentaba junto a la mujer.

-Oh, vamos Yoonie. -Decía apretujando las mejillas del mencionado. -Tu adoras mis apodos. -Sonreía mientras su nieto solo arrugaba su entrecejo y cruzaba los brazos.

-Solo un poquito. -Había respondido con un tono de voz muy sútil, aunque Jimin había logrado escucharlo, provocando así que riera un poco.

-¿Quién es tu amigo? -Cuestionó la abuela Min, enfocando su atención en el rubio.

-S-soy Jimin. Park Jimin. -Respondió un poco temeroso.

-¿Park? ¿Eres hijo de la doctora Sung-Hee? -Jimin asintió un poco triste recordando lo que había pasado. -Tu mami es una gran doctora, pequeño. -El rubio levantó la mirada y vió a la abuela Min sonreírle casi como lo hacía el pálido.

-Gracias. -Respondió tímido.

Ese y muchos más eran los recuerdos que volvían a la mente de Jimin cada que pasaba por aquella habitación. Ahora la habitación estaba con llave, pues hace tiempo no era ocupada. La abuela Min la había alquilado de por vida para sus futuras generaciones. Un lujo que solo ella podía darse.

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