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-¡¿Estás bien?! -Sentía un sueve tacto por todo su rostro. -¡Ayuda! -La chica frente a sus ojos tenía una clara expresión de pánico. -Lo lamento tanto. -Podía ver su silueta desvanecerse poco a poco, sus ojos se cerraban pesadamente.

Lo siguiente era una luz blanca que lastimaba su vista, se sentía muy confundido. Poco a poco todo comenzaba a aclararse; estaba en una habitación que le resultaba muy familiar, observó de izquierda a derecha lentamente hasta que vió a alguien sobre la camilla.

-¿Qué es esto? -Se acercó y observó fijamente al chico frente a él. La puerta siendo abierta desvió su atención, era su amigo.

-Si que hace falta un poco de luz aquí. -Se quejó el pelirrojo al ver casi la habitación en penumbras. Dejó su bolso en el sofá que estaba cerca y se dirigió hasta el gran ventanal para abrir las cortinas. -Si pudieras... me dirías que deje esto como está o me darás una paliza. -Mencionó volteando hacia su amigo.

El castaño arrugó su entrecejo, tratando de entender las palabras de Hoseok. Tenía un par de dudas: ¿dónde estaba? ¿por qué estaba ahí? ¿quién era el chico que dormía en la camilla? y ¿por qué su mejor amigo parecía ignorarle?

-No voy a mentir, esta es una gran vista. -Hablaba el pelirrojo observando las luces de la ciudad a través del ventanal. -Cuando despiertes te obligaré a ver esto. -Volviendo al sofá, tomó su bolso y sacó una frazada. -Hoy estaré aquí para vigilarte, los doctores dijeron que por la reciente cirugía podrías sufrir algún ataque y bueno... si eso sucede yo seré la primera persona en poder ayudarte. -Soltó un suspiro, se sentía culpable. -Tal vez si solo hubiera ido a tu casa no estarías aquí. Debí ir por ti... hubieramos ido al parque, Jungkook pudo habernos mostrado más de sus trucos... simplemente no estarías aquí. Lo siento.

Pronto, algunas lágrimas recorrieron sus mejillas. Se sentó en el sofá y se cubrió con la frazada. El castaño solo lo observaba tratando de entender. Con un poco de temor se acercó al pelirrojo, este parecía no verlo.

-Ey, sea lo que sea que esté pasando espero sea una broma. -Mencionó cruzando sus brazos. -¿Esta es tu venganza por no haber ido a tu fiesta? -Cuestionó esperando una respuesta que nunca llegó.

Un poco fastidiado de la situación, decidió irse de ese lugar. Para su suerte, Ami entró a la habitación.

-Perdón, debí tocar. -Mencionó hacia Hoseok. Este se limpió las lágrimas y se puso de pie.

-Descuida. -Ami le extendió una bandeja con comida. -Gracias, pero no tengo hambre.

-Será una noche larga, toma. -El pelirrojo aceptó colocando la bandeja sobre el mueble a lado del sofá. -Si necesitas algo puedes decirme, estaré en el módulo principal.

El castaño rodó los ojos. -Espero se hayan divertido con esto. Me largo. -Sin más salió pasando de ellos. Una vez en el pasillo reconoció que estaba en el área privada, aquella donde había fallecido la persona que más lo amó. Decidió bajar la cabeza y caminar más rápido, un choque con alguien hizo que levantara la vista.

-Oye, deberías ver por donde caminas. -Le dijo el rubio frente a él, parecía molesto. El castaño solo lo observó sin decir nada, formando un silencio incómodo. -Es broma, no me mires así. -Dijo Jimin sonriendo un poco. -¿No hablas? -Al no recibir respuesta hizo lenguaje de señas, por si el chico frente a él tampoco escuchaba.

-¿Hoseok te pidió que hicieras esto? -Por fin habló. -Debo admitir que me está soprendiendo mucho.

Jimin miró al pálido sin entender palabra alguna. -¿Nos conocemos? Porque hace un par de minutos yo solo estaba siendo sarcástico. La culpa fue mía, caminaba mientras veía mi móvil ¿ok? Tenías que sonreír, no parecer psicópata. -Mencionó el rubio un tanto molesto. -Le quitas lo divertido a la vida. -Rodó los ojos y caminó hacia el pasillo que llevaba a la oficina de su madre.

El pálido no pudo decir nada más, así que solo siguió su camino. Por otro lado, Jimin se encontró con su madre. Sung-Hee se veía agotada, su turno se había aplazado ya que tenía un paciente al que debía monitorear toda la noche.

-Doblé mi turno, pero la próxima semana el doctor Lee me devolverá el favor. ¿Quieres ir a casa o crees poder dormir en mi oficina? -Cuestionó la doctora Park hacia su hijo. Jimin pensó unos segundos.

-Estaré con Ami, así no saldré huyendo de aquí. -Dijo riendo un poco al final y su madre asintió.

-También puedes acompañarme. Aunque quizá no te guste la parte en la que los pacientes se despiertan gritando un poco. -Jimin se congeló y negó. -Bueno, por ahora vamos al ala oeste. Tengo que ver a un pequeño con un brazo roto.

Jimin la miró sorprendido. -Debe dolerle demasiado. -Su madre asintió.

-Me ayudarás a que no empeore.

Ambos caminaron por los largos pasillos hasta dicho lugar. Iba a ser una noche larga.

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Soul || үооиміиDonde viven las historias. Descúbrelo ahora