-¿Es todo joven? -Cuestionaba la mujer hacia el rubio.
-Sí, por ahora. -Sonrió picaro y tomó la charola con comida para luego tomar asiento en una de las mesas del lugar.
Jimin disfrutaba un cupcake de chocolate mientras miraba a tráves del gran ventanal frente a él. Por eso amaba ir ahí cuando acompañaba a su madre. Luego de terminarse todo, pidió un cupcake más y decidió ir a recorrer el hospital.
A decir verdad, sin la cafetería el lugar le desagradaba un poco. Pues era un lugar triste y sombrió para aquellos que padecían.
Recorría uno de los jardínes que había ahí, especificamente aquél en el que conoció a su primer amigo, del que luego no supo nada.
Jimin tenía apenas siete años, su madre había ido por él a la escuela, luego de que la directora le llamara diciendo que el pequeño se había involucrado en una pelea. Recordaba como su madre alardeaba acerca de que tenía mucho trabajo, de que era un mal hijo por no comprender que su padre los había dejado, que solo buscaba llamar la atención. -Sonrió mientras pasaba sus dedos suavemente por las bonitas rosas rojas-.
El Jimin de esa edad era solitario, su baja estatura, mejillas rellenitas al igual que su cuerpo, lo habían hecho sufrir de acoso por algunos de sus compañeros. A pesar de eso, había tenido el valor de defender al pequeño Jeon de los chicos un grado mayor a ellos.
Su madre nunca pudo comprender eso, que con el tiempo dejo de importar. Aquél día como castigo, la señora Park había tomado a Jimin del brazo y lo había llevado hasta ese jardín.
-Te quedarás aquí pensando en por qué eres un niño malo. -Había dicho su madre con una mirada fría.
Luego de dejarlo solo, algunas lágrimas habían comenzado a resbalar por sus mejillas. El no era un niño malo, solo había defendido a su compañero. Era un día nublado, el cielo hacía ver el hospital como un lugar horrible y a Jimin no le gustaba así. El cielo había tronado y pronto las gotas de lluvia comenzaron a caer.
-Te vas a enfermar. -Escuchó de repente y alzó la mirada. -Si te enfermas te llevarán ahí. -Miró hacía donde la pálida manita señalaba.
-Lo sé, mi mami siempre dice que la gente enferma va ahí. -Respondió con la voz bajita.
-Mi abuelita está ahí ahora. -Mencionó aquél niño acercando su paragüas hacía Jimin, haciendo que se cubriera un poco de la lluvia.
-¿Qué tiene tu abuelita? -Se atrevió a mirar por fin a ese niño que lo había hecho hablar más de lo normal.
-Es su corazón. -Desvió un poco su mirada. -Yo no me quiero enfermar. ¿Vienes conmigo a la cafetería? -Cuestionó mientras estiraba su mano hacía el pequeño rubio.
-¿Qué hay de bueno ahí? -Cuestionó de vuelta mientras tomaba su mochila y se ponía de pie.
-La señora Choi hace unos ricos cupcakes de chocolate. -Dijo mostrando una bonita sonrisa de gomita.
Jimin tomó su mano y ambos se dirigieron a dicho lugar. Ese día el pequeño Jimin había vuelto a sonreír. Una sonrisa sincera y llena de felicidad justo como ahora, mientras dejaba el cupcake que había pedido al salir de la cefetería, en la misma banca en la que aquél pálido niño lo había encontrado.
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Soul || үооиміи
FanfictionSolo Jimin enamorandose de alguien que ya no existe. 🏷O еsо сгее él. ☞Yoonmim ☞Vhope рuвlісасіóи огіgіиаl։ 19_12_20