32: justicia.

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El día se sentía tenso para Jihoon, miraba hacia el techo y de vez en cuando su vista periférica se fijaba en el gran ventanal de su habitación por donde se observaban muchos policías y gente de la mudanza sacando todas las cosas de su casa, al parecer incluso los muebles de la mansión fueron conseguidos por dinero ilegal.
Se removió un poco en su cama y en ese momento Chan se plantó en la entrada de la habitación con una sonrisa nerviosa, tocó la puerta levemente para llamar su atención.

"¿Puedo pasar?" Preguntó lentamente, Jihoon asintió y entonces se acercó. "¿Es extraño, no? Toda mi vida creí que mi padre me quería e iba a ser dueño de una de las empresas más famosas de Corea y ahora... Realmente no sé qué hacer de mi vida." El menor suspiró tristemente.

"Dímelo a mi, ni siquiera sabía que tenía un hermano y ahora no creo poder seguir con eso de producir canciones." Jihoon por fin se levantó recargando sus brazos en el colchón. "Deberías de quedarte con la empresa, te irá bien."

Chan mantenía la cabeza baja acompañada de un puchero, pensando en si de verdad serviría para sacar una empresa adelante a pesar de haberse quedado sin dinero.

"Hmm ¿Eso crees?" Le cuestionó. "Entonces deberías de seguir produciendo canciones." 

"No lo sé, llevar todas mis cosas será un problema." Admitió tristemente. El contrario sin previo aviso se levantó y salió de la habitación. "Huh ¿A dónde vas mocoso?"

Jihoon ladeó la cabeza como señal de confusión y después de un rato el chico volvió a entrar con un gran frasco en sus manos.

"Pensaba usarlo todo yo para cuando fuera presidente de la empresa pero ahora que nos quedaremos sin casa creo que servirá."  Chan abrió el frasco revelando un montón de dinero guardado, el contrario abrió los ojos sorprendido.

"C-Chan... ¿Cómo conseguiste todo esto." Jihoon seguía sin creerlo, sacó una parte de los billetes para examinarlos.

"Sabía que en algún momento, cuando cumpliera 18 mi madre me mandaría a Seúl para conocer a mi padre así que estuve ahorrando todos esos años para cuando ese momento llegara." Comenzó a relatar con una pequeña sonrisa. "Aunque jamás imaginé que esto sucedería pero podríamos usarlo para buscar dónde vivir."

Jihoon se quedó inmovil por unos segundos y de repente algo vino a su mente.

"Hay que utilizar este dinero para otra cosa, ya sé dónde podríamos ir." Chan se le quedó mirando sin entender pero a juzgar por la seguridad de su hermano estaba seguro de que él sabía lo que hacía.

[...]

La audiencia en contra de el presidente Lee había terminado siendo declarado culpable él junto con Choi Hansol y Jeon Wonwoo que fue considerado cómplice.

Mingyu salió entusiasta del juzgado alzando los brazos bien alto para luego correr con sus hermanos que ya lo esperaban fuera. 

"¡100 años de cárcel!" Mencionó alegre abalanzandose sobre los otros chicos que apenas y pudieron sostenerlo.

"Eso suena bien Mingyu pero... Quítate pesas mucho." Dijo Jeonghan lanzandolo lejos.

"Entonces supongo que por fin se hizo justicia." Dijo Jun alegremente. "Valió la pena todo."

"Ni que lo digas, hubieras visto la cara de el presidente y los otros dos criminales ¡Estaban atónitos!" Mingyu agarró fuerte su portafolio y ladeó una sonrisa. "Supongo que pronto me van a ascender, esa es una gran noticia."

El ambiente de pronto se quedó en silencio, Soonyoung suspiró un poco antes de decir todo lo que tenía planeado.

"Chicos, de verdad lo siento... Por no haber creído en ustedes." Comenzó a decir con un tono triste.

"No te disculpes Soonyoung, supongo que sólo querías lo mejor para nosotros y dejar el pasado atrás." Le replicó Jun dándole unas palmaditas en la espalda. "Además, creo que volveré a la escuela de actuación."

T

odos de repente se quedaron sin habla, en modo vegetal sin moverse.

"¿Q-Qué sucede?" Preguntó Jun nervioso pero entonces todos sus hermanos se abalanzaron sobre él para darle un fuerte abrazo mostrando que en realidad estaban orgullosos.

"¡JUN! No nos olvides cuando estés triunfando y ganes un Óscar." Dijo dramáticamente Mingyu limpiando lágrimas falsas y fingiendo llanto.

"Ya, no exageren..." Pidió el castaño acariciando su nuca de los nervios.

Soonyoung se separó ladeando una sonrisa para después suspirar.

"Tengo cosas que hacer, nos vemos luego." Anunció y después de que sus hermanos asintieron se retiró llendo directo a la estación de autobuses que estaba por ahí.

Se sentó pero inmediatamente sintió una presencia, cuando vió quién era se dió cuenta de que era Jihoon.

"Hola popó." Saludó, como normalmente lo hacía.

"J-Jihoon... Hola ¿Qué tal?" Preguntó nervioso pues no podía imaginarse siquiera como debía estarsela pasando después de enterarse de todo lo que su padre había hecho.

"Hum, pues bien dentro de lo que cabe. Mi padre estará mucho tiempo en la cárcel y bueno yo... Tendré que irme a Jeju." Soonyoung abrió grande los ojos y comenzó a sentirlos aguados ¿En realidad lo dejaría?

"¿T-Te irás?" Preguntó triste aguantando las pequeñas lágrimas que amenazaban con salir.

"Sí, es el único lugar dónde una propiedad está a mi nombre." Explicó, jugueteando un poco con sus manos al darse cuenta de la reacción de Soonyoung. "De hecho... Quería que vinieras conmigo."

Soonyoung abrió los ojos de par en par  con la boca entreabierta y se dió cuenta que el contrario hablaba en serio.

"¿Qué dices?" Jihoon soltó una risilla para luego acercarse un poco más al contrario.

"Ya sabes, necesito un guardaespaldas, niñero, porrista, novio.." comenzó a enumerar deteniéndose en lo último diciendolo en un susurro.

"Novio..." Repitió el rubio anonado por la declaración tan repentina. "Jihoon, quería hablar contigo."

"Yo también Soon." Replicó para después comenzar con su grande biblia dedicada especialmente para el de ojos bonitos. "Mira, realmente me gustas mucho mucho, creo que sí me voy y dejo de verte yo... No sé qué haría. Así que por favor ven conmigo, piénsalo por favor."

Soonyoung sonrió de oreja a oreja, sus ojos brillaban, estaba reluciente.
Entonces pensó en que realmente ese niño que era tan molesto al principio terminó por cambiarle la vida y que si no hubiera sido por él ahora estaría muerto a manos del presidente, literalmente lo salvó, era un ángel.
Se acercó para darle un abrazo, cálido y reconfortante como sólo Soonyoung sabía darlos.

"También me gustas mucho Jihoonie." Confesó con voz suave. "Y me encantaría tanto irme a Jeju contigo."

Entonces le dió un cortito beso y se quedaron un rato allí acurrucados, después de todo, parecía que todo estaba más en calma.
Todo por fin era claro y es que eran la luz que iluminaba el camino del otro.




-スト- 𝘴𝘵𝘢𝘭𝘬𝘦𝘳 {h.z}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora