-スト- 𝘴𝘵𝘢𝘭𝘬𝘦𝘳 {h.z}

24: enamorado.

La casa de Joshua era lo que llamarían un "departamento de soltero" porque era lo que era y nunca se quiso interesar en nadie, prefirió hacer su propio mundo. Todo eso hasta que Jeonghan llegó a mover el mismo.

No estaba bien enamorarse de un alumno de pronto pero le era inevitable, los encantos de Jeonghan eran únicos, sus ojos con estrellas y galaxias eran lo más precioso y su sonrisa brillante le causaba un retortijón en el estómago. Se sentía de nuevo como un enamoradizo con su primer amor pero no quería admitirlo frente a Jeonghan, él como lo pensaba todas las noches esperando a verlo aunque tuvieran que ocultar su amor.

Y sus pensamientos se nublaron cuando escuchó la puerta, supuso que era Jeonghan.
Fue hasta el piso de abajo para abrirla y efectivamente, era él.

Sin perder el tiempo Jeonghan se abalanzó sobre él y comenzó a besarlo pasionalmente cerrando la puerta tras de él.
Jeonghan tampoco quería admitir lo muy enamorado que estaba, al principio todo comenzó como un juego para buscar información sobre los Lee pero todo termino con un Jeonghan enamorado y tonto por su profesor.

"J-Jeonghan." Dijo Joshua separándose un poco entre risas. "¿Cómo estás?"

"Pues bien Joshushu, bien." Joshushu... ¿Qué era ese apodo?

"¿Joshushu?"

"Oh, lo siento ese apodo vino de la nada y no te pregunté si te gustaba." Replicó apenado y luego tomó su mano para entrelazarla.

"No pasa nada, me gusta el apodo." Joshua tenía ya unos 30 años pero los 21 de Jeonghan lo hacían sentirse joven de nuevo.

"Y ¿Cómo te fue hoy shuji?" Joshua entonces tomó a Jeonghan por la cintura en un movimiento rápido para  besar su cuello.

"Bien, de hecho excelente." Ahora Joshua besaba sus mejillas y el rubio empezaba a sentir un retortijón en su estómago. "Muy bien a decir verdad."

"A-ah ¿Sí?..." Decía Jeonghan entre gemidos de placer por los besos que su profesor le estaba dejando.

"El niño ese ahora fue muy amable y me dejó dar bien la clase así que supongo que ya hay un avance." Cuando Joshua dijo eso el rubio se quedó perplejo, ¿Era posible que ese niñato tan rebelde llegara a ser amable? No le creía.

"Wao ¿En serio?" Joshua asintió para luego plantar un último beso en los labios de el menor. Cuando se separaron Jeonghan pudo sentir de nuevo ese retortijón, ya no podía mentirle más, ya no aguantaba porque se estaba enamorando de verdad y no podía aguantar con la culpa. "Joshua... Tenemos que hablar ¿Recuerdas?"

"Claro corazón ¿Qué quieres decirme?" El rubio suspiró antes de soltarlo todo.

"Digamos que..." No podía. "Ah, es una larga historia en realidad, prométeme que no te enojarás."

"¿Por qué me enojaría contigo mi niño?" No podía porque Joshua lo trataba tan bien y el hecho de saber que al principio sólo lo utilizaba le hacía sentir como una basura.

"Escúchame, tengo algo que decirte y es muy importante." El mayor frunció el ceño confundido pero asintió para animarlo a que continuara. "Joshua tú me gustas mucho y por eso no quiero que nada malo te pase, mi hermano ha estado investigando a los Lee y son peligrosos."

"¿De qué hablas?" Dijo confundido soltando una risa.

"Su empresa lava dinero, si los llegan a atrapar podrían culparte de cómplice y no quiero que aquello arruine tu carrera." Los ojos de Jeonghan se empezaban a sentir aguados, nunca pidió enamorarse y ahora que estaba pasando se sentía horrible.

"¿Y tú cómo sabes eso?"

"Ya te lo dije, mi hermano lo descubrió y no quiero que nada malo te pase." Dijo firme y Joshua se levantó para abrazarlo.