Capítulo 7: La asistente
Azael lo recordaba todo.
Bastó una visita al médico después de que su asistente se había ido para saber que había una gran probabilidad de que su bebida hubiese sido adulterada o modificada sin su consentimiento, afortunadamente y gracias a la pandemia tenía un registro exhaustivo de las personas que habían asistido y cámaras de video en absolutamente todos lados a excepción de su oficina, no sería difícil descubrir quien había decidido hacerse el gracioso o sacar alguna ventaja de él en tal estado.
Sin embargo entender esto también le hizo recordar cuando había comenzado a sentirse mal, cuando había dejado a Alison con la palabra en la boca sin tener siquiera la energía para decir que ni siquiera podía mantenerse de pie, después vino su incapacidad para controlar lo que decía y hacía, imágenes de Nicol frente a él, junto a él, su rostro de preocupación y ese vestido...
Recordó absolutamente todo y eso le hizo sentirse enfermo de nuevo porque había acusado a su asistente de algo de lo que él había sido responsable.
Le había impedido irse.
Y ella decidió quedarse y hacerse cargo de él.
La recordó corriendo por su casa en su camisa de dormir, como era tan pequeña que solo su camisa era suficiente para cubrirla.
¡Dios! Odiaba la forma en que su cuerpo reaccionaba cada vez que la veía, como estaba empezando a acostumbrarse a su presencia a un grado demasiado preocupante. Él tenía que hacer algo con eso, algo con esa chiquilla asustada que podría arruinar todo su trabajo y esfuerzo.
Pero al menos sabía algo con certeza.
Él no le había hecho daño, la marca en su brazo no la había provocado él.
Otra cosa de la que tendría que encargarse.
...
Si a Nicol le sorprendió que de la nada Sandra quisiera cambiar su celular no lo dijo simplemente se limitó a acompañarla a donde ella había pedido.
— ¿Y qué haremos para navidad?— preguntó mientras su largo cabello naranja se balanceaba cuando ella corría de estante a estante viendo nuevos modelos de celular.
—Creo que trabajare ese día— casi pudo escuchar el crujir de los zapatos de plataforma de Sandra cuando se giró hacia ella.
— ¿Es broma no?
Debido a que su jefe no había podido asistir ese día a la empresa tampoco, él cambió su día libre, sin embargo eso no le impidió a Dante localizarla e informarle que le había conseguido un trabajo de medio tiempo extra para ella en navidad, sin explicaciones, simplemente se limitó a decirle que la recogería el veinticuatro en la noche antes de colgar la llamada.
Sin embargo ella ahora tenía un teléfono del que Dante no era consciente y al que de momento no podía molestarla.
Azael le había regalado un iPhone, él había añadido después en un mensaje que él le envió a ese número que era solo por motivos de trabajo, sin embargo ella no estaba obligada a devolverlo. Añadió después lo de su día libre.
Sandra había enloquecido y después había dicho que estaba celosa y que irían juntas a escoger un celular para ella, pero Nicol había notado a Sandra muy extraña desde que había vuelto, cuando hablaban se detenía en medio de su frase como si un recuerdo la atormentara antes de volver al hilo de la conversación y parecía realmente apurada por el cambio de teléfono, como si fuese algo que iba a hacer tuviese o no Nicol un celular nuevo.
—Ese jefe tuyo a veces es un sol y a veces es la estufa con la que te quemas, de verdad que ¡hacerte trabajar en navidad!
Nicol no sabía cómo explicarle que de hecho no era su jefe el que estaba obligándola a hacerlo. Cada cosa que hacía Dante la confundía más cada vez, lo peor es que la tenía agarrada de la garganta y no había nada que ella pudiera hacer al respecto además de obedecer, pero era consciente de que tenía que pensar en una salida por si esto se le salía de las manos.
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Una esposa para el CEO | Disponible en físico
RomanceDesde que Nicol dejó la universidad para pagar la cuota del hospital de su padre ha logrado sobrevivir con trabajos de medio tiempo mal pagados. La suerte le sonríe cuando es contratada para ser la asistente personal de un importante hombre de negoc...