Una esposa para el CEO | Disponible en físico

Capítulo 29: La venganza parte 2

Capítulo 29: La venganza parte 2

— ¿Enya?— preguntó de nuevo Caín y entonces escuchó un golpe tras el teléfono y la llamada se cortó. —¡Enya!— gritó aunque era consciente de que la llamada había terminado.

Gritó con rabia y lanzó el teléfono contra la pared que rebotó y luego cayó en el suelo con un golpe seco y la pantalla quebrada.

¿Dónde estás, mi amor? ¿Qué es lo que te hicieron?

...

Nicol terminó de reunir los documentos impresos y recogió los que estaban en su cajón bajo llave tan pronto como fue su hora de comida.

Fue doloroso saber que ya no podría encontrarse con David y hablar con él, fue siempre tan amable y dulce con ella, la defendió cuando todos la criticaban y al final todo resultó ser falso. Fue sin duda algo difícil de manejar. Pero tenía que reponerse, aún había mucho que enfrentar.

—Nicol— a esta le sorprendió ver a David parado fuera de su cubículo. Se veía desaliñado, su cabello rubio usualmente bien arreglado ahora está desordenado y brillante por el sudor como si hubiese corrido hasta ahí además de que lucía agitado e increíblemente preocupado.

Nicol pensó pasarlo de largo pero decidió preguntar.

—¿Qué quieres?— dijo cortante.

David pareció aliviado de que ella estaba dispuesta a escucharlo.

—Tienes que ir a la oficina del CEO.— dijo y Nicol tuvo un terrible presentimiento— Helga le dijo todo a Dante, te juro que yo no lo hice, se que no puedes confiar en mi y no te culpo pero parece que ella los escuchó hablando sobre eso y hoy fue a su oficina y se lo contó todo.

—¿Cómo que todo?— preguntó Nicol cada vez más preocupada.

—Le dijo que tu y el licenciado Walk saben todo lo que ha pasado y que yo le entregué al CEO toda la información clasificada sobre la estafa de la empresa fantasma, Dante se volvió loco, lo último que supe es que salió en dirección a la oficina de Azael.

Nicol lo empujó a un lado para comenzar a correr al elevador cuando David la detuvo sosteniéndola por el brazo.

— ¡Espera Nicol!— le suplicó y Nicol empezó a perder la paciencia.

— ¿Qué es lo que quieres?— exigió sintiendo y sufriendo cada segundo que no estaba junto a Azael en ese momento.

La expresión de angustia en David empeoró.

—Antes de salir de su oficina...—él tomó aire— Dante tomó su arma.

Aclaró y Nicol sintió como perdía fuerza en las piernas.

...

—Vete— le dijo Dante a la mujer tras él que parecía extrañamente satisfecha con lo que había hecho.

Dante no entendió por qué esa chica fue a su oficina en primer lugar pero igualmente la dejó hablar cuando le dijo que tenía algo importante que decir, y agradeció haberlo hecho.

Ella le contó como Azael citó a David a su oficina y como él débil de David soltó todo como un idiota.

Dante sabia que David era un cobarde pero no pensó que fuese tan estúpido.

Pero luego se encargaría de él, primero lidiaría con su entrometido hermanastro.

Dante no habló hasta que escuchó a Helga salir de la oficina y cerrar la puerta. Si es chica era capaz de espiar a su jefe para obtener información sin duda querría oír lo que pasaba ahí dentro y Dante no necesitaba una entrometida más en sus asuntos.