Lo primero que nota al despertar es el frío paralizante. Tiene la ropa húmeda y el suelo, que parece estar hecho de piedra, se siente como hielo en sus brazos descubiertos.
Abre los ojos y parpadea para aclarar su vista borrosa. El lugar en el que está es oscuro y lo único que destaca entre las paredes grises y negras de la cueva es un borrón de color blanco y verde.
Luffy vuelve a parpadear hasta que consigue ver bien a la criatura frente a él. Es una vaca marina, con cuernos y un anillo en sus orificios nasales. En realidad, el joven siente que lo conoce.
El animal parece feliz de verlo despierto. Luffy le sonríe.
"¿Me has estado cuidando?"
La vaca suelta un ruidoso "Mooo" que hace reír al azabache. Gime un poco cuando siente el dolor en sus costillas.
Se mueve un poco para hacer un chequeo rápido. Parece que esta vez ha mordido más de lo que puede masticar y, si bien se podría defender enfrentando a uno, contra los Cinco Ancianos no tenía ni una oportunidad.
Tiene un par de costillas rotas y arañazos en todo el cuerpo. Cree que le falta un trozo de un dedo del pie, no está seguro y no quiere comprobarlo. No puede identificar muy bien sus heridas pero cree que no hay nada urgente o grave. Si no hubiera caído al mar, ahora mismo podría estar incapacitado o mucho peor.
Se levanta y cojea hacia la vaca, acariciando su piel con agradecimiento.
"Es una pena que me hayas salvado y no pueda comerte", dice como si fuera lo más normal del mundo e ignora el estremecimiento del animal. "¿Estamos aún en Mari... Mariloa?"
La vaca resopla y muge una afirmación.
"¿Eso es todo lo que sabes decir?", se ríe. "¿Puedes sacarme de aquí? No tengo ni idea de qué hacer ahora pero no puedo pensar con el estómago vacío..."
La vaca abre sus aletas para que Luffy lo abrace. "Sostenme fuerte", advierte el pirata. "Mi cuerpo se debilita con el agua."
"¡Mooo!"
"Bien, bien", se ríe. "¡Llévame a Marigoa!"
El animal lo abraza con fuerza y se sumerge en el agua para arrastrarlo a la superficie. Cuando Luffy llega a tierra se da cuenta de que en realidad está en la orilla del Red Port.
Es de noche, no sabe cuánto tiempo ha pasado desde que peleó contra los Cinco Ancianos pero, a juzgar por su estómago, probablemente han sido entre unas quince o veinte comidas.
Para su fortuna, el puerto está completamente vacío. Luffy acaricia a la vaca marina y se despide de ella, no sin antes prometerle que no la comerá si se ven de nuevo.
Para subir a Tierra Santa tiene que usar las Bondolas pero no puede hacerlo solo, no si quiere pasar desapercibido, por lo que tendrá que esperar a que se haga de día para infiltrarse sigilosamente.
Tiene confianza en sí mismo, es bueno en el sigilo. Si fuera el Luffy de antes, simplemente se habría lanzado hacia arriba con un Rocket... Lo que en realidad suena bastante bien pero Luffy no hará. Son las desventajas de madurar.
Pero mientras sea de noche, sus prioridades son llenar su estómago y tal vez vendarse un poco el pie. Ahora que lo ve a la luz de la luna, parece que no es solo un dedo lo que le falta.
Usando haki de observación, pasea por las calles del puerto hasta que encuentra una casa vacía. Entra por la ventana y se le hace la boca agua cuando encuentra la nevera. Literalmente arrasa con todo lo que encuentra sin molestarse en cocinarlo. Cuando termina todo lo que tiene a la vista, abre los cajones y continúa comiendo lo que encuentra, desde latas de conserva hasta bollos.
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RED MONKEY
FanfictionEl vicealmirante Luffy es conocido por muchas cosas. Sus méritos fueron, entre otros, la victoria en La Gran Barbarie y el exterminio de los malvados piratas de Barbanegra. Sin embargo, Luffy también es conocido por algo más. Es un secreto a voces...