|Capítulo 17|
Capítulo 17: Cálido y caliente son cosas distintas.
Afuera el frío había congelado a todo ser, a todo fenómeno apreciable, pero no era nada comparado con el calor que Coby sentía en ese momento adentro, en el baño, mirándose a sí mismo en el espejo. El cristal de la ventana estaba empañado por el contraste entre el frío desmesurado del exterior, y el ardiente y acalorado ambiente interior. Coby, que era el único dentro del cuarto de baño, observaba en el cristal su propio reflejo, con las mejillas del tono carmesí más brillante del mundo y los labios temblorosos. Estaba nervioso como una pequeña y cobarde perdiz.
Él, un guarda del montón de esa cárcel, había caído enamorado a los pies de uno de los presos a los que tenía que vigilar. No podía creerse a sí mismo, ¿cómo era posible si quiera? Había elegido ese trabajo para encontrarse a sí mismo y dejar atrás al cobardica que fue en el pasado, pero había vuelto a caer y todavía más profundo en otro hoyo. Ocurrió poco a poco, sin que él llegara a darse realmente cuenta. Primero fue poco después de su traslado y su primer día en Impel Down, cuando escuchó a su superior Sentomaru hablar sobre que un prisionero en especial era un dolor en el trasero; pensó que sería un agresivo y bruto gorila, pero cuando pasaron alrededor del patio de guardia el mayor hizo un movimiento y le mostró al eje de sus problemas mostrando una realidad más que contradictoria. Esa fue la primera vez que lo vio, como un rayo de sol en un tormentoso y oscuro día de invierno.
A partir de esa primera vez hace un mes y poco que lo vio, no había podido evitar estar muy impresionado y admirar a Mugiwara no Luffy, nombre que debía a ese sombrero de paja que llevaba siempre sobre su cabeza aun en esos días fríos. Desde lejos sufrió su maltrato, lloró cuando supo que estaba siendo torturado y que podría incluso morir, y rio como un idiota, feliz en lo más profundo de su ser, cuando lo vio ganar gloriosamente en su partido. Se consideró, muy seriamente, un ferviente animador al principio. En cambio, un día Helmeppo, otro de sus compañeros, le hizo una broma diciéndole que parecía un pobre enamorado, y ahí su vida cambió. Esa fue la primera vez de muchos sonrojos que tendría en el futuro. Ese día, justo el día anterior a su situación actual, por fin había sido consciente de su propio enamoramiento indebido y unilateral, y no había podido parar de pensar en ello, avergonzándose de sí mismo. Fue solo el toparse con ese chico que le sacaba un año de frente, escuchar su voz y su arigatou dirigidos hacia él, y tuvo un cortocircuito mental. Su corazón no podía resistir tanto.
En ese momento Benn Beckman y el Pelirrojo ya habían vuelto al East Blue, y él había pedido ayuda a su otra superior, Kureha-san, para que revisara a Luffy y su posible hipotermia. Era en ese momento, después de cumplir con su deber, que había huido un momento al baño, para gritar como una colegiala enamorada contra sus manos, escondiendo su cara roja y roja como salsa de tomate. ¡Había literalmente HABLADO con su recién aceptado amor platónico! Podía morir de la vergüenza, de verdad. Simplemente había aceptado que eso sería de un solo lado, no correspondido, que se callaría y se mantendría alejado de ese muchacho que parecía tan agradable y cálido, porque tenía que ser profesional y justo. No había creído tener ni una sola oportunidad, de todas maneras; en primer lugar, porque era un hombre.
Pero si se ponía a pensar seriamente sobre ello... Había pillado a Luffy con esos otros dos sujetos prácticamente comiéndose la boca, casi desnudos, en una esquina de la casucha agraria. Se echó agua a la cara, avergonzado nuevamente. Eso había sido de manera simple demasiado explícito y gráfico para su corazón y mente virgen. Pero más importante... Ese había sido Luffy besándose con otros tipos, con unos hombres. De inmediato, con patética conmoción, pareció darse cuenta de que a su crush posiblemente no le importaba del todo eso del sexo o el género, y tampoco parecía que tuviera inclinaciones amorosas con esos tipejos. Parecía más bien que se lo pasaban bien, sin amor de por medio.
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Imperu Down | All x Luffy
Fiksi PenggemarMonkey D. Luffy, un muchacho de pueblo buenazo e inexperto y de apenas 19 años acaba metido en la cárcel cuando su abuelo huye a una isla paradisíaca del Pacífico y le deja endeudado hasta los cojones. Una gran deuda para la que, legalmente, había d...