El grupo entró a la casa ganándose susurros por parte de los fiesteros. Rápidamente Peter fue a recibir a su invitada.
— Vaya tus informantes si que son rápidos. — dijo Mara en un tono sarcástico.
— Bonita cuando dije que podías invitar a quien quisieras me refería a tus amigos. — Miró con repulsión a él resto. — Como sea toma — Extendió un vaso desechable rojo con tequila.
— No gracias. — Lo empujó con la mano. — Tengo que conducir más tarde.¡ Ah! Una cosa cara linda; vine a disfrutar de la fiesta no de su anfitrión.
Mara examinó con la vista más a fondo el ambiente : el olor a nicotina, alcohol y un poco de vomito inunda sus fosas nasales, hay personas a donde quiera que mire algunos bailan otros juegan juegos estúpidos y otros están casi teniendo sexo en una esquina, hay personas que no son de la escuela y personas mayores que ellos, universitarios tal vez. La música ensordece y prácticamente hay que gritar en el oído de la otra persona para que pueda escuchar. Si antes no le gustaban las fiestas ahora menos.
— ¡Peter! — gritó alguien desde más adentro de la casa.
— En un momento regreso por ti preciosa. — Se alejó el rubio dándole la oportunidad perfecta a Mara para buscar un lugar tranquilo.
.......
En cuestiones de minutos se dispersaron dejando solo al pequeño George que no le quedó de otra que ir a la barra.— Una soda por favor. — ordenó el principito mirando a la pista de baile. Nunca había ido a una fiesta así que no tenía ni la menor idea de que hacer.
— ¿Te has perdido?¿ Viniste con tu hermano mayor? Yo te ayudaré a buscarlo. — Lo sacó de sus pensamientos una rubia de esas sexys que harían a cualquier chico caer.
— No, no estoy perdido vine con una amiga. Cursamos el mismo año que Peter. — Le enseñó su ID.
La muchacha quedó sorprendida, más que sorprendida se niega rotundamente a aceptar. Tal vez lo falsificó para entrar en una discoteca como hacen los chicos de su edad.
Lo agarró del brazo y lo arrastró hasta donde Peter sin dejarlo beber su soda.— ¿ Este chico cursa tu año?
— Sí, coincidimos en una que otra clase. — respondió Rayner sin interés.
La chica volvió a arrastrar a George consigo hasta un sofá lleno de chicas mayores y más altas que él.
— Miren lo que encontré. Tiene 17 años.¿ No es mono?
Una de ellas lo sentó en el sofá. — ¡ Que lindo! Ya quisiéramos tener uno así en la universidad.¿ Usas lentes bonito?
— Usaba, mis padres me compraron lentes de contacto. — dijo George más tieso que una rama cuando no hay viento.
Le pusieron unos sin aumento estilo Harry Potter y todas dijeron “awwwww” y le besan en la mejilla y abrazan contra ellas.
Nuca se imaginó estar rodeado de chicas en su vida.
Katie tomó un solo caso de tequila y ya estaba borracha bailando sobre una mesa. Suerte que nadie la grabó. Simon se quedó con Mara.
— Nunca imaginé que me aburriría tanto en una fiesta. — habló recostándose en la pared con un vaso en la mano.
— Que les hable como si nos lleváramos bien no significa que lo hagamos. — Le advirtió.
— Lo sé, estoy consciente de ello pero... ¿ Por qué eres así con nosotros?
Mara sonrió, no una sonrisa sincera si no una cargada de amargura. — Ustedes creen que somos iguales pero no es así.
— Deberías darnos una oportunidad por algo estamos todos nosotros en un mismo salón y no en nuestros salones correspondientes ¿ No crees?
La pelirroja se quedó pensando. Simon tiene razón por alguno están ahí pero en el único que puede ver dolor es en Donaldson.
Simon se fue a controlar a Katie dejando a Mara sola en esa esquina donde dos minutos después una pareja de estaba comiendo a beses obligando a la de iris azul a irse.
Subió las escaleras donde la música va menguando y la cantidad de personas es mínima; una que otra pareja cariñosa.
Camina hasta el final del pasillo donde hay un balcón que da a la parte trasera de la casa. Ahí está Trent sentado con los pies colgando hacia afuera con una botella vacía y otra tomando directo de ella.
— Se supone que el wisky se beba con elegancia. — dijo Mara sentándose a su lado. — Vaya; estás haciendo un gran esfuerzo para no pelear.
— No quiero pelear Mara. — Bebé otro sorbo de la botella. — Te invitaría a beber pero no pegarías tus labios en donde estuvieron los míos y tienes que conducir.
Le arrebata la botella y toma un sorbo. — Mi especialidad es llevar la contraria, además , un sorbo no alterará mis sentidos.
Trent se quedó unos minutos en silencio bebiendo y la pelirroja mira a las estrellas y da pequeños vistazos a su acompañante por el rabillo del ojo.
— Sabes... — habló finalmente Donaldson. — Yo tampoco quería venir.
— Eso ya lo sabía.
— Venir me hace recordar su perfecta vida. No me malinterpretes no estoy interesado en la popularidad lo que envidio es su familia, que a pesar de ser un engreído hijo de perra está completo y es capaz de sonreír sinceramente y yo, yo he perdido esa capacidad.
Trent ladeó la cabeza mirando hacia Mara y ella escudriña en sus ojos verdes oscuro que están cristalizados. Está a punto de llorar.¡ Trenton Donaldson está a punto de llorar!
La pelirroja sujetó el rostro del chico entre sus manos, lo miró a los ojos y dió un delicado beso en su mejilla.
— No llores aquí, perderás tu imagen. — Le susurra al oído.
— Eres amable cuando quieres Weinman.
— Cállate si no quieres que me arrepienta.
— Que agresiva gatita. — Mostró una de esas sonrisas altaneras.
— Veo que estás mejor. — lo soltó y se puso de pie. — Deja de beber. Eso no resolverá tus problemas. —Tiró la botella a la planta baja. — Vámonos. Ya no quiero seguir aquí.
Encontrar a Katie y Simon no fue difícil el problema fue sacar a George de entre las garras de las arpías que le dejaron en una servilleta todos sus números.
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El club de los incomprendidos
Teen FictionUn chico con problemas de drogas. Un nerd que siempre le hacen bulling. Un joven apodado gángster. Una chica obsesionada con la muerte. La joven con problemas con su padre. Estos cinco chicos conforman el club de los incomprendidos. Los que la escu...