Capítulo VII: "la gran fiesta"

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Alcohol ardiendo en mi garganta

Efectos psicodélicos

Sentimientos encontrados

Alma prisionera

Encerrada en el calabozo más profundo

Quiero amarte, quiero estar contigo

Pero no puedo, solamente no puedo

Hay algo que me lo prohíbe

Aún no lo comprendo

Sigo buscándolo

Bebidas alcohólicas pasando en mi sangre

Reacciones químicas inexplicables

Sensaciones extrañas

Quejidos y jadeos de placer

Estas no son tus manos sobre mi cuerpo

Este es un extraño que me está tocando

¿Cómo se sentirá hacer el amor?

¿Cómo se sentirá sentirse amado en ese momento?

¿Cómo se sentirá sentirse protegido?

¿Cómo se sentirá sentirse cómodo?

Miles de palabras sin sentidos

Balbuceos inentendibles

Puedo percibir el tacto de tus manos con las mías

Es cálido, me gusta

No me prestes atención

Estoy algo borracho

Borracho de amor por ti

Perdido en tus preciosos luceros zafiros

En tus pómulos enmarcados

Y tus labios resecos por este frío

Que hace que tu piel del tono del coco

Se erice con la brisa fresca.

"también te amo, como sí mi corazón bombeara sangre a mil

Y como si el destino uniera nuestros caminos cada vez más".

Presente...

El dolor de cabeza mezclado con las ganas de devolver todo lo que llevaba en su interior eran su deseo más grande para ese entonces, sus labios resecos junto a su garganta que estaba en las mismas condiciones le hizo abrir su preciosos luceros en tan solo dos segundos llevándose la gran sorpresa de que no estaba en su casa, sino más bien, en otra. Observó sus alrededores, el ambiente donde se hallaba. A su lado había una muchacha y un muchacho, que solo llevaban consigo su ropa interior, prosiguió a mirar si él también lo estaba y se dio cuenta que así era. ¿Qué sucedió? Una cuestión que no dejaba de dar vueltas en su mente, ¿qué hice? Otra más para la lista. Analizó la habitación la cual parecía ser de un matrimonio, ¿hice un trío? Pasó de inmediato por su cerebro, no podía dejar de pensar en todo eso y lo sucedido. Buscó su celular por todo el cuarto hasta que lo encontró tirado entre algunas camisetas de hombre, ¿Qué pasó para que haya tanto desorden? Llamó de inmediato a su mejor amiga en busca de una respuesta pero les prometo que no lo tendría.

- Hola... - dijo en un hilo de voz. - ¿dónde estás?

- No lo sé, ¿tú? Solo sé que tengo un chico a mí lado, pero no sé quién. – se notaba su confusión. La pequeña claridad del día hacia presencia en las hendijas de la ventana de la habitación.

Un tramo largoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora