Capítulo 13 | Se dió

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¿Ésto en verdad está pasando? No puede ser posible, estoy sintiendo sus suaves labios ahora mismo. No puede ser, ¡No puede ser!

Luego de un minuto, Kevin se detiene.

-Ya es tarde, mañana hablaré contigo. Ahora sí, adiós.

Kevin no dice ni una palabra más, y se va. Yo no digo absolutamente nada, obviamente porque no sé qué decir, me ha dejado sin palabras. Cierro la puerta con delicadeza, me apoyo en ella, y lentamente me siento en el suelo.

-No lo puedo creer.

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Sábado en la tarde. Acabo de despertar. Qué raro que papá no me haya levantado. Oh por favor, estoy muriendo de hambre. 

Me levanto de la cama y voy directo hacia la cocina. Mi padre está sentado en el sofá viendo televisión.

-Ey, ¿por qué no me despertaste?

-Diana, fui a despertarte tres veces. En mi primer intento no reaccionabas, pero cuando noté que respirabas me quedé tranquilo. En mi segundo intento, gruñiste, y en mi último intento, me pateaste mientras estaba sentado en tu cama. No lo sé, supuse que querías seguir durmiendo.

-Ah...bueno, perdón por patearte. ¿Qué hay de comer?

-Sándwich de queso.

-¿No cocinaste nada?

-Llegué a casa a las dos de la tarde, yo ya almorcé en lo de tus primos.

-Ah, o sea que no te iba a importar nada si yo tenía hambre.

-¡Ahí tienes un sándwich de queso!

-¡Está bien! Sándwich de queso, ven, pasaremos un rato a solas.

 Papá ríe y yo me voy a mi habitación.

Kevin iba a hablarme. No tengo idea de si vendrá a casa, o si quiere salir a alguna parte, o si me llamará, o si me enviará un mensaje, o una Email, o una carta, o algo. O bueno, quién sabe, tal vez sigue durmiendo.

Tomo mi móvil y llamo a Zoe.

-¿Hola?

-¡Holaaaa!

-¿Qué onda? ¿Qué sucede?

-Nada, ¿no puedo llamar a mi gran amiga para ver cómo va su día?

-Diana...ya, ¿qué sucede?

-Ay, está bien.¿Está Kevin por ahí?

-Se está bañando.

-¿Tienes idea de si va a hacer algo hoy en día?

-¿Por qué mejor no le preguntas tú?

-Es que...siento que quedaré como una pesada, y él me iba a hab...-hago una pausa- ey, ¿estás bien? te noto muy cortante.

-Lo siento, desperté con un humor tan insoportable que ni yo aguanto.

-Amm...está bien. ¿Te duele algo?

-Un poco la cabeza.

-Okey, tómate algo y cualquier cosa avísame. Nos vemos.

-Adiós.

Le cuelgo a Zoe, y me pongo a ver una película. Media hora después, me llega un mensaje.

Kevin: ¿te espero en mi casa? Luego cruzaremos a la plaza. 7:49 p.m

Yo: me parece bien, no me tardo.

Rápidamente tiro mi celular por ahí y me voy a pegar una ducha. Luego me visto, tomo mis llaves, y me voy a lo de Kevin.

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Kevin me espera en el asiento de la entrada de su casa. Dejo mi moto a un lado, y cruzamos a la plaza. Una vez allí, nos sentamos en el césped.

-¿Cómo estás? -me pregunta Kevin.

-Pues nerviosa, ansiosa, feliz.

-¿Por qué tantas emociones?

-No lo sé, tú sólo dime lo que me tenías que decir.

-Okey, tranquilita. Lamento lo de ayer...bueno, en realidad hoy a la madrugada.

-¿Qué cosa? ¿El beso?

-Pues sí, creo que fue muy directo, es por eso que quiero decirte por qué lo hice.

Asiento con la cabeza y lo miro a los ojos sin decir nada.

-Escucha diana. La primera vez que te vi, quedé completamente anonadado. Por tu cabello oscuro, por tu piel blanca, te veía como una vajilla delicada. Me he dado cuenta de que eres la única persona que me puede cambiar el humor tan rápido,  la única que puede hacerme reír aún con lágrimas en los ojos, pudiste hacerme olvidar de problemas en un abrir y cerrar de ojos que no me dejaron dormir en toda una semana. He aprendido a quererte, pude conocerte, y así me di cuenta de la gran persona que eres. Buena, graciosa, tierna, madura, fuerte. Y hay una lista llena de muchas cosas más. Me encanta pasar tiempo contigo, me divierto demasiado. Diana, haberte conocido fue genial. Es por eso que te besé. Necesitaba hacerlo. Necesitaba descargar todo lo que sentía en ése momento, y así fue. 

Kevin se queda en silencio.

-Kevin, eres...eres un amor de persona. Nunca me dijeron unas palabras tan lindas. Juro que haberme dado ese beso fue lo mejor que me pasó desde hace años. Nunca me había sentido tan bien. Siento que has llegado a mi vida por alguna razón, me rescataste del pozo en el que me había metido. Kevin, gracias por todo lo que has hecho por mí. No sabes cuánto te amo.

Kevin me mira a los ojos, y sujeta mi rostro por cinco segundos.

 Kevin sujeta mi rostro con delicadeza y nos empezamos a besar. Es sumamente delicado y lo hace lentamente.

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Luego de charla y charla, entramos a su casa. Abrimos la puerta, y Zoe baja la mirada hacia nuestras manos. Al ver que las tenemos agarradas una con la otra, se queda dura como piedra.

-Oh, por Dios.

Zoe empieza a sonreír lentamente.

-¡Oh por Dios! -grita Zoe mientras se toca la cabeza. Luego empieza a reír. Se acerca hacia nosotros, y nos abraza.

-Qué felicidad, en serio. ¿Cuándo puedo empezar a comprar ropa para mi futuro sobrino?

-Deja de decir estupideces, cálmate -le dice Kevin a Zoe y empieza a reír.

-De todas formas un día tendrás hijos así que fin de la historia. Hay que celebrar esto, ¿pido pizza?

-Adelante -Dice Kevin.

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Dos semanas después.

Esta semana fue genial. Kevin y yo paseamos por un montón de lugares. Creo que Maite ya se enteró de lo nuestro. Pasa por al lado mío y me empuja, a veces la miro desde lejos y empieza a gritar, le agarran ataques. En fin, no debemos darle importancia.

Mi celular empieza a sonar. Es Zoe, le contesto.

-¡Hola! ¿Cómo estás? -le pregunto.

-Diana...tuve un retraso.

Beno bueo bueno, sí, estoy viva. Ya les traje el capítulo 13. Sé que es corto, pero todavía estoy pensando algunas cosas. Espero que les guste, gracias por leer, beso enorme. En la foto multimedia aparece Zoe

Una Del MoralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora