Capítulo 2 | La fiesta

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 Dormía placidamente como solía hacer en mis vacaciones, y ahora escucho el mismo ruido insoportable de ayer. Es mi despertador, y es momento de que vuelva a acostumbrarme.

  Hoy no estoy demasiado cansada, al parecer dormí bastante bien. Me estiro en la cama, abro las ventanas de mi habitación, me preparo un poco, me pongo un par de jeans, mis converse y un sweater. Ahora que recuerdo, Alex se vistió de la misma forma ayer.

 Bajo a comer mi desayuno favorito, dos tostados con un café. Trato de no tardar demasiado porque debo llevar a Dafne conmigo a la escuela, pero si ella no se da prisa y no está en la puerta de mi casa en quince minutos, simplemente me iré sola, no pienso volver a llegar tarde.

 Llaman a la puerta, qué coincidencia.

-Buen día Dafne. Te salvaste -Le digo, con una sonrisa de costado mientras termino de comer mi tostado y la hago pasar.

-¿De qué?

-Nada, no me hagas caso.

-Como digas...¿Estás lista?

-Sí, espera que voy por mi mochila y nos vamos.

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Llegamos a la escuela a las 7:20 con tiempo de sobra. Cierran la puerta exactamente a las 7:30 am, y si llegas 7:31, no tienen piedad por nadie y te dejan afuera. Ni siquiera les importa la excusa de "Su reloj está adelantado". Ayer tuve mucha suerte, creo que si nadie me cerró la puerta en la cara fue por ser el primer día, y todos los profesores siempre hablan entre ellos, y esa cosas.

 Entramos a la escuela y nos ponemos a hacer lo de siempre. Vamos hacia nuestros casilleros, cogemos libros, nos saludamos, etc.

 Ingreso al salón y ya está la mitad del curso presente. No veo a Alex, me parece extraño. Él siempre es puntual. No porque quiera ser puntual, sino que vive a tres cuadras de la escuela. Algo le debe haber pasado hoy.

 Me siento con Dafne y Helen, yo en el medio, como siempre. Nuestros pupitres son los más incómodos que nos podrían haber dado, se nos caen las cosas, no tenemos espacio para nada. Cuando se lo había dicho a mis padres, simplemente me dijeron "Jódete, tu querías ir a una escuela pública". Mi familia tiene mucho dinero, y me querían llevar a una escuela privada, pero no me agrada el hecho de tener que usar un determinado uniforme todos los días, y si lo llevo puesto por la calle, otros alumnos que no tiene la posibilidad de asistir a una escuela privada me habrían mirado con cara de desagrado, así son las cosas, mucha diversidad económica y social.

-Notaste quién no llega aún?- Me pregunta Helen.

-Sí, ya me dí cuenta. Se me están pasando muchas cosas por la cabeza. ¿Y si lo atropellaron?

-Qué idiota eres, Del Moral. No exageres, sólo llega tarde, apenas son 7:25 -Me dice Dafne, dándome un ligero golpe en la cabeza.

-Además le puede haber pasado cualquier otra cosa. Tal vez se quedó dormido, o tal vez está enfermo-. Dice Helen.

-¿Cómo te encariñas tanto? Nunca le hablas -Me dice Dafne.

-Pues...no lo sé, yo sólo lo siento. Muchas veces , por más cursi que suene, he soñado con él, y es como si las cosas pasaran en la vida real. Las veces que trabajamos juntos pude conocerlo un poco. No estoy enamorada, saben que para mí eso es una palabra muy fuerte. Siplemente me gusta, me atrae, siento algo. Pero no es más que eso.

-Pues quédate tranquila, ahí llegó tu bebé -Me dice Dafne señalando la puerta del salón mientras entra Alex, con una sonrisa un poco más notable que la de la Mona Lisa.

Una Del MoralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora