Una Del Moral

Capítulo 6 | Empecemos otra vez

 Son las 4 de la mañana. Sí, tengo que despertarme a ésta hora. Hoy debo hacer muchas cosas, y cuando vuelva a dormir -si es que llego a hacerlo-, creo que será la última vez, porque voy a estar muerta del cansancio.

 Papá viene a levantarme con un beso en la frente.

-Despiértese, bella durmiente.

-La mayoría del mundo duerme a esta hora. ¿Por qué tanta tortura? 

-Ya, levántate y prepara tus cosas -Me sonríe y sale de mi habitación.

 Me refriego la cara con las manos para reaccionar y despertarme y finalmente me levanto. Me veo al espejo, y noto que tengo una bolsa gigante debajo de cada ojo.

 Me pongo una remera blanca de Stag, unos jeans y unas zapatillas, y como hacía de pequeña, como hago ahora  y como haré cuando sea una anciana, dejo mi cabello suelto.

 Bajo con mi maleta hasta el living  y me voy directo a la cocina a comer un sandwich. Subo hasta el baño y me cepillo los dientes. Bajo nuevamente, y espero a que se junte la familia. Aunque a estas alturas ya no sé qué somos. Vamos todos hasta el aeropuerto y llegamos a las 6 a.m. Hacemos todo el lío de guardar el equipaje y finalmente llega el momento de la despedida.

-Espero que te vaya súper bien. Vengan para mi cumpleaños. Te amo demasiado, Diana -me dice Madisson mientras me abraza-, más te vale que no me vayas a olvidar. Y háblame todos los días. No sabes cómo extrañaré las películas de terror de todas las noches.

Le sonrío a Madisson, le sostengo el rostro con mis manos y le doy dos besos en la frente.

Mi madre se acerca hasta mí.

-Mi preciosa...espero que puedas perdonarme algún día. Tú sabes que te amo, y siempre te amé. También se que detrás de todo ese enojo que tienes hacia mí, también me amas. Tal vez no como solías hacer de pequeña. Pero sé que me amas. Te extrañaré muchísimo. Sigue adelante siempre con la mirada en alto. Y como te acabo de decir...espero que me puedas perdonar.

 Mi madre me abraza, y yo también lo hago, pero no le digo absolutamente nada. El silencio es suficiente.

 Miro a Abril a los ojos, y a pesar de toda la situación, le digo: Suerte. También te quiero.

 Es el momento de partir a España. Muestro mi pasaje para que me dejen pasar, y espero a mi padre para que entremos al avión. Lo último que veo es a mi padre agarrarle el mentón con mucha suavidad a mi madre, y darle un beso. Un beso simple de 3 segundos. Su último beso.

 Mamá y Madisson empiezan a llorar y se despiden de nosotros desde lejos. Pensar que no las volveré a ver en demasiado, demasiado tiempo...

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 Estoy en el avión con papá. Son las 7 de la mañana. El día está feo, y hace frío. 

10:00 a.m 

 Estoy del lado de la ventana. El paisaje es hermoso, perfecto para admirar. Lo único que hago desde hace dos horas es leer. Se me hace un poco difícil poder seguir la lectura como se debe porque se me pasan muchas cosas por la cabeza, pero de todas formas ya tengo sueño, así que voy a dormir.

 Horas después me despierto a causa de un codazo de mi padre. Abro los ojos, trato de reaccionar y lo veo parado, bajando los bolsos de mano.

-Llegamos.

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 Luego de haber pasado toda la gente del avión -ya que estábamos en el último asiento-, pasamos nosotros. Como equipaje de mano, tengo tres mochilas, y un bolso pequeño. Me estoy mudando y claramente tengo que llevar muchas cosas. Y el equipaje que va dentro del avión es mejor no nombrarlo.