Third wheel || Saidahmo

Capítulo uno

Para Dahyun, este será su primer año en la universidad, pero para Sana no, está por comenzar el segundo año.

Ambas tienen la suerte de poder asistir al mismo recinto, claro que en carreras diferentes, pero dio la casualidad que las dos se encontraban en la misma facultad, lo que para esta joven pareja significa la oportunidad de pasar más tiempo juntas.

Tanto Sana como Dahyun están felices de esto, cuando la menor le comentó a su novia que irían a la misma institución la última no pudo evitar abrazarla de la emoción, yendo esa misma noche a celebrar en grande.

Su vínculo es meramente inquebrantable, la envidia de muchos y la meta de otros, es la clase de conexión que a cualquier enamorado le gustaría tener, real y lícita, o bueno, en parte. En otras palabras una relación sana.

Ya llevan sus buenos años de relación, claro como todas, han tenido sus altos y bajos, sus desacuerdos y reconciliaciones, los momentos de pasión y de peleas, un punto y aparte en sus vidas, todo queda en la historia de ellas, sin duda que de los errores se aprende, pero más allá de eso, su afecto es verdadero.

Habían acordado en ir juntas su primer día, Sana tuvo la idea, ofreciéndose ella misma a buscar a su querida compañera, pensaba mostrarle ella sola la universidad, ser su guía privada, el edificio es grande y lo último que quería era que su novia se perdiera.
Además, debe enseñarle con quién se puede y no juntar, obvio, no en una forma posesiva, sino con quién debería tener cuidado y quiénes están al alcance de formar una amistad.

A todo esto, Dahyun estaba encantada, no todos los primerizos cuentan con la ayuda de que alguien los ubique, los salve de cometer algún error o mala experiencia, por lo cual estaba agradecida.

Las dos ya se encontraban juntas, enfrente del edificio, a punto de entrar y someterse a la etapa de crecer, la vista a futuro había comenzado.

—Si que es grande.

Les gustaría ir tomadas de la mano, pero en una sociedad como la coreana, por mucho que haya avanzado, aún así era raro para el resto, ya para cualquier tipo de pareja, no está muy bien visto que se den cariño en público, así que preferían guardarse los actos de afecto para cuando estuvieran solas.

—Lo es, — concordó Sana — ¿Por dónde quieres empezar?

—No lo sé, tú eres la guía.

La mayor solo rió al escuchar esto, de todas formas tenía razón, Dahyun no tenía ni idea de cómo era por dentro.

—Cierto, adelante entonces.

Le hizo una seña a la coreana para que avanzara antes que ella, y tener su primera impresión del interior, que por fuera se veía tan lindo.

Dahyun no sabía para dónde mirar, el lugar es tan grande, que cualquier mínimo detalle acapara su atención.

—Fua, es verdad lo que me dijiste, no sabés a dónde dirigirte primero.

—Así es, tuve la misma primera impresión.

—Maravilloso.

—Bueno, estamos cortas de tiempo, así que te llevaré a tu salón y en los recreos iremos recorriendo todo.

—Trato, según esto, — desbloqueó su teléfono para corroborar con quién tendría primero — mi primera clase está en el aula 12.

—Al aula doce será.

La japonesa sonrió en grande, emocionada, contagiando a la chiquita, que también movió sus labios hacia arriba, alegre del nuevo tipo de día.

Cuando Sana la depositó en su salón, Dahyun no podía creer lo que estaba viendo, todo tan bien mantenido, tan adulto, nada que ver a la escuela secundaria, un ambiente totalmente distinto al que tendrá que acostumbrarse.