Dos semanas habían pasado.
—¿Crees que vendrá? — preguntó Dahyun sentada desde el sillón de la sala.
—Claro que sí. — mientras tanto Sana se paseaba al rededor de la mesa.
Ambas estaban en lo de la japonesa, a la espera de la restante.
En estos últimos quince días muchas cosas habían cambiado, al menos para este renaciente par de novias, las cuales pudieron arreglar por completo su rota relación, dejándola más fuerte que nunca y sin ninguna filtración, que ellas no permitieran...
Parecía que todo había vuelto a la normalidad, más bien, al pasado, dónde fueron felices, claramente lo que pasó fue una terrible cicatriz para su noviazgo, aunque con el tiempo saben que terminará sanando, con el tiempo y algo más.
Las dos estaban ansiosas por la presencia de Momo, habían arreglado una pequeña reunión, la cual les hubiera gustado haberla hecho antes pero tardaron en conseguirlo, hasta hoy.
La mayor la había esquivado bastante, hasta que no pudo más, las ansias y la culpa la carcomían, necesitaba desahogarse, cuesta creer que se haya arrepentido pero se había quedado sin nada, desde su posición del capricho y la avaricia descubrió que no se puede conseguir nada, hasta un cierto punto.
Escucharon un ruido de afuera.
—¿¿Es ella?? — cuestionó Dahyun exaltada, no estaba completamente lista para enfrentarla.
—Ahí me fijo.
Sana se acercó a la puerta para ver si había alguien pero no, estaba desolado, y pegó la vuelta para volver con Dahyun.
—No, debió ser algún ga- — PIIIIII.
Sonó el timbre, haciendo saltar a ambas del susto.
—Lcdll, más vale que ahora sí sea. — Sana dio la vuelta, con las palpitaciones a 200, para tener frente a frente a Momo otra vez.
—Hola. — saludó la otra japonesa.
La novia de Dahyun no lo podía creer, su ex amiga estaba destruida, super desalineada y con ojeras de loca, como si no hubiera dormido por un mes entero.
—Pasa. — se hizo a un lado.
La mayor estaba temblando por dentro, debido al estrés y a las sustancias que había consumido antes de ir, se había pasado de vuelta, miles de millones de pensamientos a un punto esquizofrénico que le ordenaban cientos de cosas, vivió a pastillas y pocas horas de sueño, gracias a la ansiedad que le dio toda esta situación, cuando cayó a la realidad, recapacitó de la cagada que se mandó.
Llegaron a la sala, encontrando y reencontrándose con Dahyun.
En la casa solo respiraban ellas tres, los padres de la dueña se habían ido, así que tenían total libertad y privacidad, sentándose todas en la mesa para comenzar la abrumadora charla.
—¿Comiste? — le preguntó la japonesa a la recién llegada.
—Estoy bien, gracias.
Se formó un denso silencio, incomodando el ambiente a lo largo de filosas miradas y sigilosos suspiros de recuerdos, hasta que Sana se propuso cortar con la tensión.
La japonesa mayor se veía destruida, Dahyun también lo notó y le removió algo dentro de ella, arraigándose a la decisión que ya había tomado.
—Momo... — la nombrada miró a su compatriota — claramente con Dahyun estuvimos hablando y llegamos a una conclusión, pero primero queremos tener una sincera conversación contigo.
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Third wheel || Saidahmo
FanfictionEllas dos estaban bien juntas, pero a alguien no le gustaba mucho aquella idea.