Capítulo ocho

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Como Sana advirtió, lo que hizo fue saltearse las siguientes horas, encaminándose en el destino actual de su novia, se fue como si nada de la universidad, porque claramente Dahyun es más importante.

Primero su bienestar.

Había algo que no le cerraba, y estaba dispuesta a descubrirlo, para ayudar o aconsejar a Dahyun en lo que necesite, lo imprescindible es estar.

Nunca su novia se comportó de esta manera, le preocupaba, quería llegar al fondo del asunto, porque está segura de que algo más está pasando y no se lo quiere contar.

A paso rápido siguió el rastreador, por las dudas de que Dahyun se moviera de lugar, de todas formas estaba en su casa, lo que le parecía muy extraño porque nunca falta. Igual, quería pensar positivo, a lo mejor se había quedado dormida, sin embargo no es propio de ella.

Según su última conexión se había despertado.

Ya en la puerta de su casa, prosiguió a llamarla, pareciera que no hay nadie en la casa porque está todo cerrado, medio obvio ya que sus padres trabajan, aún así, si Dahyun está adentro mínimamente una ventana debería tener abierta para si quiera ver la luz.

—¿Por qué no atiende? — lo expresó para el aire.

Miró su teléfono e intentó de vuelta, de alguna forma la va a contactar, y si se tiene que quedar todo el día sentada en la puerta de su casa lo hará. Luego del onceavo tono se dio cuenta que no le contestaría, tocó timbre pero tampoco tuvo éxito, pasando a la perseverancia.

Había pasado aproximadamente media hora y aún no tenía noticias, le dolían las piernas de estar tanto sentada, en ese transcurso la llamó más veces, repitió las acciones anteriores pero no había caso.

Estaba a punto de ir a comprar algo para comer y seguir acampando, pero la tan esperada chica se dignó a aparecer.

Estando de frente, Dahyun la miró con cara de sorpresa, no la esperaba ni por casualidad, y tampoco podía evitar esta inminente charla.

—¿Q-qué haces aquí?

—¿Que "qué hago aquí"? — usó los dedos para hacer comillas —¿Tú qué haces aquí? No me contestas desde ayer Dahyun, ¿Qué sucede?

La coreana se estaba poniendo nerviosa por la intercepción, porque no podía decirle la verdad, y tampoco sabía qué inventarle, sin tomar en cuenta que se sentirá como una mierda luego de hacerlo.

—Me quedé dormida.

Dijo confiada y demasiado tensa, casi sin respirar para que Sana le creyera pero no fue así.

—¿Por qué me mientes? Sé que no fue eso lo que pasó.

A la mayor se le estaba acabando la paciencia, no podía creer que Dahyun intentara disuadir el tema de esta forma, mientras que la más chica estaba tratando de inventarse una excusa lo más rápido posible.

Le encantaría decirle lo que estuvo pasando con su supuesta mejor amiga, pero no sabe de lo que es capaz, se lo demostró, y está consciente que con solo pasar una foto no se detendrá.

Ya tenía una idea breve de lo que podía decirle para que no sospechara, y esperaba que funcione. La mirada fija de Sana la estaba haciendo pasar por infinidades de sensaciones.

—E-es que... — tenía que mostrarse segura — un chico me habló. — ante tal engaño.

Sana levantó una ceja, intentando descifrar qué quería decirle.

—¿Un chico?

—Sí.

—¿Y qué más? — gesticuló para que continuara.

Third wheel || SaidahmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora