Capítulo seis

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A nadie le gusta volver a clases luego del fin de semana, y la parejita junto a su amiga no eran la excepción.

Por haber terminado tan bien aquel día, verse de vuelta era una necesidad, al menos para ellas dos, sin contar con la tercera que tenía muchas ganas de ver a...

—Señorita Minatozaki, ¿Puede prestar atención?

Le llamó la atención el profesor, a una desconcentrada Sana, que ni bola le estaba dando, su mente estaba muy ocupada pensando en su niña y lo bien que la pasaron la noche anterior.

No podía disfrazarlo más, había sido descubierta, tenía que hacerle frente a la realidad.

—Si profe, disculpe. — vociferó, bastante convincente, al menos para que el hombre siguiera con su clase — viejo denso, como ochenta veces explicó lo mismo...

Susurró lo último, pero no pasó desapercibida, no por Jihyo, que se sienta a su lado.

—Ten misericordia Sanita, no todos son tan inteligentes como tú.

Sana la miró. —Jihyo oído de perro, tienes razón, son todos burros aquí jajaja.

—Bueno, estoy al lado tuyo. Y respecto a lo otro, sí, puede ser.

—Lo es.

—¿Y en qué estás pensado? ¿En Dahyun?

—Yes, qué estará haciendo.

Mientras tanto...

Dahyun y Tzuyu estuvieron un rato deambulando en los pasillos, hasta que se sentaron en unos escalones por ahí, la profesora había faltado y estaban en hora libre, jugando al Uno para matar el aburrimiento.

—No Dahyun, estás haciendo trampa. — retó Tzuyu, mirando la pequeña montaña de cartas.

—Mentira, por qué.

—No se puede tirar un +2 después de un +4.

—¿Quién lo dice?

—Las reglas.

—Pff, no son parámetro de nada.

—Sí son.

—No.

—Agarra las cartas que te corresponden.

—No.

—Ok, no juego más.

Con poca paciencia, Tzuyu tiró las cartas que tenía en la mano sobre el mazo y volvió enojada al salón.

—Dios, es solo un juego. — se quedó la pálida aún sentada en la escalera, barajando los pequeños plastificados.

Parece que ninguna de las dos tenía una buena mañana, una mala perdedora, y otra papando moscas. La única normal hoy es Momo, sin ningún inconveniente, y como siempre fiel a los estudios.

Le había pedido a la profesora salir, con la excusa de ir al baño, se quería despejar, ya que estaban resolviendo unos ejercicios, y aprovechó para salir, llevándose una sorpresa en el pasillo, una muy grata.

La mayor vio a la coreana embobada en sus cartas, guardandolas, sin tener conocimiento de los alrededores, acercándose así a su posición.

—Las cartas se juegan mínimo de a dos personas, a menos que sea un solitario.

Dahyun se asustó, no había escuchado ningún paso, poco atenta pensó que no había nadie al menos 20 metros a la redonda.

—Me asustaste, estaba jugando con Tzuyu, pero no sabe perder y se fue.

Third wheel || SaidahmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora