«El destino estaba marcado, pero todavía te amo.» (SeiyaxUsagi)

Capítulo siete; «Mis días lejos de ti"

Fighter flashback.

Había pasado una semana desde que habían vuelto del planeta tierra.

Acostumbrarse a su cuerpo femenino había sido extraño.

Al ver el planeta tan destrozado, Fighter sabía que deberían esforzarse para que volviera a ser como antes. Eso sería bueno, porque al menos el trabajo mantendría su mente ocupada y lejos de los recuerdos de su precioso bombón.

Cuan equivocada había estado. Cuan ingenua había sido en aquel momento.

Las cosas nunca eran tan simples, y menos para ella, que al parecer tenía dos corazones dentro de ella latiendo y vibrando en diferente sintonía.

Un corazón era el de la guerrera, la Guardiana que solo vive por y para su princesa.

Y el otro corazón era el de Seiya, aquel rol e imagen que había tomado para cumplir una misión.

Cuando decidió ser Seiya, no imaginó que iba a apegarse o sentir tan profundamente aquellos sentimientos, al principio, creyó que sería un juego, algo momentáneo, una herramienta.

Pero a medida que pasó el tiempo, aquel corazón prestado empezó a latir sin pedirle permiso, por una joven preciosa y llena de luz.

Usagi Tsukino.

Usagi había entrado a su mundo sin avisar, y le había dado un giro por completo a su vida.

Los planes que tenía se volvieron llenos de pensamientos sobre ella.

Las emociones que guardaba comenzaron a salir sin control.

Las palabras, acciones y actitudes, todo giró en torno a esa joven.

Usagi era torpe, no era buena en los estudios, era perezosa, y al principio era bastante esquiva con Seiya. De hecho, Seiya la veía como alguien divertida e interesante porque cuando él hacía un avance sobre ella en broma, ella actuaba como un gatito a la defensiva. Era como un juego emocionante, para Seiya, quien en ese momento necesitaba un escape y distracción de sus responsabilidades como guerrera.

Pero a medida que Usagi fue abriéndose a Seiya, el corazón de Seiya descubrió a un ser demasiado puro, inocente y precioso.

Al principio se había acercado por curiosidad, por diversión, fue atraído por por esa luz como una polilla es atraída por un foco en la oscuridad.

Pero esa luz terminó por devorarlo.

Y él se enamoró de la joven Usagi de diecisiete años, pero ¿Quién le hubiera dicho que aquella chica, tan torpe e inocente como era, sería una princesa, específicamente la princesa de la luna, y tendría el poder sobre toda la galaxia?

Era increíble.

Habiendo tantas personas en el universo, conociendo a tantas mujeres en su rubro como artista, Seiya se había enamorado de la preciosa princesa de la luna, una santa.

Y cuando descubrió este hecho, ya había sido demasiado tarde para echarse para atrás.

Cuando conoció la identidad de Usagi Tsukino, Seiya estaba en un pozo sin salida.

O tal vez si existía una salida, pero Seiya no quería salir. Porque él ya estaba lleno de ella y su corazón solo latía furiosamente cuando la tenía cerca.

Con Usagi, Seiya descubrió lo que era el amor.

Al estar cerca de ella, sentía deseos de hacer locuras.

Intento poner distancia una vez que supo sobre su identidad, pero eso solo consiguió que se sintiera vacío. Odiaba sus días lejos de ella, se volvían fríos, estresantes, y lo hacían sentir desesperado.