Capítulo especial; «Selene y Serenity.»

502 37 22
                                    

Selene* había sido criada en una cuna de ora. Tenía las mejores ropas, la mejor comida, las mejores joyas, y un futuro asegurado como reina de la luna, sin contar la inmensa fortuna que tenía su familia.

Era hermosa, tenía inteligencia, poder, valor y fortaleza, la candidata perfecta para todos. Porque era hermosa por dentro y por fuera. Una dama justa y compasiva.

Podía tener lo que quisiera con solo pedirlo.

Nunca nadie juzgaba su juicio o iba en contra de ella. Era una vida perfecta.

Y sin embargo se sentía tan sola.

Tenía todo, absolutamente todo.

Pero estaba sola.

Un palacio enorme, las mejores Joyas, los mejores vestidos, toda la belleza y toda la fortuna. ¿De qué servía todo eso, si no había nadie a su lado para compartirlo?

La habían idolatrado tanto, imaginando que era una dama intocable, que ni siquiera nadie se atrevía a ser su amigo.

No había nadie allí que pudiera escucharla quejarse aunque sea del clima, no había nadie que la escuchara hablar cuando estaba feliz y festejará con ella.

Sin embargo, se había acostumbrado a estar sola. Tal vez a veces el vacío se volvía insoportable, pero nadie iría a animarla, así que tenía que animarse por su cuenta.

Y creció de esa forma, teniendo todo y a la vez nada.

Llegó a la mayoría de edad, y fue el momento en que sus padres decidieron que debía casarse.

¿Y que podía hacer ella? Aceptar en silencio, ya que así podrían expandir el reino más allá de las fronteras

Además, era bien sabido que en la alta sociedad los matrimonios siempre eran arreglados, no por amor.

Llegó el día de conocer a su futuro esposo. Se celebró un banquete, sus padres lucían jubilosos y dichosos.

Pero ella había investigado sobre aquel hombre a espaldas de ellos, y sabía que su futuro no sería tan tranquilo como lo había soñado.

Tontamente, había creído que se casaría por amor, pero esas cosas ni siquiera existían.

El día de la boda llegó, fue una celebración maravillosa.

Sin embargo, mientras avanzaba hacia el altar y veía el semblante indiferente de él, sintió lágrimas rodar por sus mejillas.

- Oh, cariño. Me alegra que estés tan emocionada que incluso lloras. - exclamó el rey.

- Si, por supuesto que estoy llorando de emoción, padre. - le regaló una sonrisa triste, que por supuesto su padre no comprendió.

Los votos fueron dichos, la promesa se cerró. Hubo un beso frío como el hielo.

"Que gracioso." Pensó. "a fin de cuentas, viene del planeta más frío de la galaxia"*

En cuanto dejó de ser el centro de atención, se escabullo por los jardines del palacio y se dirigió a su lugar secreto.

Se dejó caer sobre la banca, y aquellas lágrimas que tanto había aguantado al final escaparon.

Era triste, e injusto. Sabía que debía cumplir con su misión como hija del rey, de hecho, fue criada y preparada para un matrimonio arreglado.

Pero ahora que lo estaba viviendo, solo sentía angustia en su pecho.

Y se preguntó, si tal vez había algún problema con ella. Se supone que ella tiene todo lo que el mundo deseaba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 14, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

«El destino estaba marcado, pero todavía te amo.» (SeiyaxUsagi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora