«El destino estaba marcado, pero todavía te amo.» (SeiyaxUsagi)

Capítulo diez; «La escolta asignada»

Hola, estrellas♥️
Primero que nada, quiero disculparme por la demora, la semana pasada no llegue a actualizar, y está me retrasé un poco (Por lo general, trato de subir capitulo entre lunes y miércoles), estuve un poco ocupada con el trabajo :( y digamos que me costó desarrollar la idea del capítulo un poquito. Así que de verdad, mil disculpas, y espero que sea de su agrado. Gracias a aquellas personas que me leen, llegamos a las 400 leídas y no doy más de felicidad, voy a esforzarme para ser puntual con los capítulos como muestra de agradecimiento. Ahora sí, disfruta tu lectura, estrella🥰.

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La cena una vez todos tomaron asiento comenzó a transcurrir con normalidad. Entre charlas triviales y recuerdos del pasado. 

Seiya no estaba siendo muy comunicativo, al parecer, no sabía cómo dirigirse a Serenity. 

Es que ahora, su Usagi se había convertido en una reina de pies a cabeza. Su cabello y ojos habían cambiado, y sus modales en la mesa eran perfectos. 

Incluso su forma de hablar y expresarse había cambiado. 

Seiya se sentía pequeño al lado de ella. Y tímido. Ella era hermosa, una reina, una santa. Y ¿El? Era un simple guardián, bueno, guardiana. Una estrella errante. 

— Seiya. — al escuchar aquella dulce voz llamándolo, levantó la vista de su plato. — ¿Recuerdas aquella vez que llegué tarde al concierto de Michiru? 

Por supuesto que Seiya lo recordaba.

— Si, y también recuerdo que ese día caíste encima del señor Garallan.

— ¿De verdad caíste encima de ese músico? ¿No te dió pena? Era súper famoso. 

— Por supuesto que me dió pena. — se echó a reír. Seiya se percató de que su risa seguía siendo la misma, un poco más suave pero era la misma. — Pero el señor fue muy amable conmigo. 

— De verdad eras demasiado torpe. — comentó Taiki. 

— ¡Wow! ¡No puedo creer que me perdí eso! Hubiera sido gracioso verlo. — hablo Mina. 

— Eso no lo llegué a ver yo, creo que todavía Chibi Chibi no había llegado al mundo. 

— Saben… siempre que recuerdo a Chibi Chibi, siento que fue una existencia tan extraña. Fue mi arma, y a la vez era mi existencia de otra línea paralela a nuestro mundo que había tomado la forma de ella. Pero, ¿No es extraño? No se parecía mucho a mí imagen, más bien, se parecía a mi hija o la hija de mi hija. — Kakyuu se tensó levemente al oír la palabra "hija". Pero nadie se percató. 

— Muchísimas cosas quedaron sin resolver, la creación de Chibi Chibi es una de ellas. — Hablo Mina. 

— ¿Tal vez sería tu hija en un mundo paralelo o en una línea del tiempo diferente a la nuestra? Cómo otro universo. 

— Mmm, puede ser algo como eso. Nuestro mundo nunca deja de sorprenderme.

— Espero que algún día todas estas dudas queden resueltas. — hablo Kakyuu. — Me hubiera gustado pasar más tiempo en la tierra. Hubiera sido divertido vivir las experiencias de una joven. 

— Está invitada siempre que lo desee, princesa. Muchas cosas han cambiado, pero cuando el mundo se destruyó para dar paso a la era de Tokyo de Crystal, me asegure de recrear el distrito donde yo vivía. El distrito Juuban. Las cosas siguen allí iguales a los días de mi adolescencia. También use el poder del tiempo de Plu para que todo siguiera igual. Si un día me visita, con gusto la acompañaré y jugaremos videojuegos en el salón de Andriu.