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—Nunca creí que caminar por el parque me daría tal espectáculo—la voz irritada de Bakugo llegó a ella.

—Por favor, dime que no malinterpretaste lo que acaba de pasar— rogó con desespero, no quería que comenzará algún extraño rumor.

—Nada de malinterpretar. Fue muy claro lo que ví. Lo dejé pasar esa vez que se quedó a dormir en tu casa, pero ya era demasiado extraño que se fueran juntos todos los días—en verdad estaba enojado y no parecía él. Arrugó su rostro todo lo que le era posible y hasta daba algo de miedo.

— Por favor, de verdad estás mal—intentó razonar con él, pero era imposible. Hana podría haber reaccionado de forma diferente, pero por alguna razón le importaba lo que el rubio pensara.

—¿Qué yo estoy mal? No me hagas reír. Hace menos de dos semanas estabas perdidamente enamorada de ese maldito nerd bueno para nada y de un momento a otro te metes con el bastardo de mitad-mitad. Si hay alguien que está mal aquí, ese no soy yo—escupió como veneno cada palabra.

—Eres verdaderamente irritante—había sobrepasado su paciencia— . Te atreves a cuestionar como vivo mi vida pero no sabes absolutamente nada. No tienes ni idea —apretó los puños y frunció el entrecejo; se preparó para salir de allí pero Bakugo la detuvo.

—¿Solo vas a huir?— se burló. Hana se soltó bruscamente y no soportó más aquella invasión a su vida.

— ¿Huir? No estoy huyendo, solo me estoy yendo porque no eres nadie a quien le deba alguna explicación, ¿o me equivoco?—le dijo con burla. Lo vio contener su ira y apretar el puño.

— ¿Entonces, quién soy? ¿Qué soy para ti? — susurró bajando la mirada.

—¿Es necesario decirlo?—suspiró—Eres alguien que conozco desde que tengo memoria, alguien con quién jamás sé en qué está pensando, alguien que hizo de la vida del chico más dulce un Infierno por creerlo inferior a él.

—No sigas...

—No terminé—Bakugo apretó la mandíbula y siguió escuchando—. Y aún así, eres quién me ayudó cuando estaba en problemas—con sorpresa alzó la mirada, esperaba más verdades dolorosas pero no—. Eres alguien que puede ser un buen amigo, un buen rival, eres inteligente, carismático y jamás te rindes... Eres muchas cosas, tanto las buenas como las malas, pero no eres quién para juzgar con quién estoy o dejo de estar.

— Pero, yo no...

— Todavía no entiendo porqué me importa tanto que no malinterpretes todo... pero ya no importa. No se que habrás visto, pero no lo besé. Simplemente, todo este tiempo con él fue para que aclarara su mente y gracias al cielo pasó mucho antes de lo esperado—la mirada confusa del rubio le hizo gracia pero decidió aclarar todo de una vez para poder irse a casa—. Sobre Izuku. Me confesé hace tiempo, claramente me rechazó, así que, con eso dicho. Déjame en paz.

Con la frente en alto y con algo más de confianza y firmeza volvió a casa.

— Maldita sea. ¿Cuando me perdí de tanto?—revolvió su cabello mientras pensaba en todo lo que escuchó.

—Yo...¿Ya puedo salir?— Kirishima salió de atrás del árbol y llegó al confundido rubio.

—¿Tu lo sabías?—lo tomó por el cuello de la remera y el peligro quedó pensativo.

— En realidad escuché algo pero creí que era un malentendido— Bakugo lo sacudió para que hablara—. Escuché que hubo una pequeña discusión entre Midoriya y Todoroki. Mucho antes que comenzara a irse junto a Hana-chan.

—¿De qué se trata?

—Midoriya encaró a Todoroki y le preguntó por sus intenciones con Hana-chan. Todoroki no supo responder. Midoriya le advirtió que aunque lo quisiera, jamás le perdonaría hacerle daño a su amiga y Todoroki solo preguntó por la razón por la que lo apreciaba.

—¿Se le confesó?—Kirishima asintió.

—Pero al parecer tardó hasta hoy en darse cuenta de eso... Como sea, parecía confundido sobre sus sentimientos, muchas veces lo atrapé viendo a Midoriya sin que éste se de cuenta. Al parecer, solo necesitaba despejar cualquier duda al respecto.

—Se interesó en ella porque el nerd siempre estaba preocupado por ella. ¿Inconscientemente se sintió atraído hacia ella por el interés del nerd? Que porquería es eso.

— No lo veo del todo como una locura. Además, hablamos de Todoroki, sabemos que es algo lento.

— Un idiota bastardo, querrás decir.

—Como sea. Eso te dejo vía libre, ¿verdad, Bakugo?— le sonrió cómplice.

—No sé a qué diablos te refieres, ya vámonos— esquivó lo dicho por el pelirrojo y continuaron su camino.

Yo seré tu número 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora