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A Todoroki, todo le había parecido muy precipitado. Luego de haberse despertado de esa pequeña siesta, se dió cuenta de dónde se encontraba, y terminó de procesar todo lo ocurrido.

—…¿No estoy soñando, cierto?— susurró el joven mientras se levantaba de la cama. Se fijó la hora en su celular y aún no era media noche.
Permaneció sentado en la cama un momento, pensando en ir a ver a Hana o volver a dormir.

Era la primera vez que se quedaba a dormir en la casa de alguien, más aún, le sorprendía el hecho de que ese primer alguien fuese Hana.

Tomó valor y se dirigió a la habitación de la muchacha.
Golpeó suavemente, esperó algo impaciente hasta que Hana abrió la puerta.

— Todoroki-kun… ¿Qué...—Hana estaba intentando que Bakugo no viera al joven, pero había sido demasiado tarde, aquel cabello bicolor era inconfundible.

—¿Estás bien? Pareces algo nerviosa — la miró con preocupación, Hana suspiró y miró hacía la ventana. Bakugo ya no se encontraba. Algo extrañada caminó hasta allí y cerró las cortinas luego de comprobar que, efectivamente, el rubio ya no estaba.

— Eso me sorprendió...— suspiró la muchacha recargando su frente en la cortina.

Por su parte, Todoroki estaba maravillado por aquella inusual habitación. Jamás pensó en que la habitación de una muchacha fuera tan peculiar.

Al verla recargada en la ventana se acercó a ella. Cuando Hana se volteó se encontró con el rostro del muchacho muy cerca del suyo.

Todoroki no se movió ni un milímetro. La miraba como queriendo encontrar una respuesta en sus ojos. Una mirada penetrante que sostuvo durante un minuto.
Hana por su parte se sentía realmente incómoda pero lo supo disimular bastante bien.

— Aún no lo entiendo...—se apartó de ella pronunciando eso con frustración.

Hana suspiró aliviada al ver que Todoroki se había apartado.

—¿Qué es lo que no entiendes?

Caminó hasta su cama y de sentó, Todoroki la miró y ella le hizo una seña para que se sentará a su lado y así lo hizo.

— Es complicado para explicar, porque ni yo mismo lo entiendo— se lo escuchó bastante preocupado al respecto. Bajó la mirada a sus manos, que estaban posadas sobre sus rodillas.

— Intenta explicarlo como te salga e intentaremos resolverlo juntos— le dedicó una sonrisa para tranquilizarlo y pareció funcionar ya que le devolvió una media sonrisa y volteó su cuerpo hacia ella.

— A eso me refiero. Al principio me daba la sensación de que no eras tan especial— comenzó y Hana se sintió extrañamente herida—. Pero sin querer me encontré a mi mismo buscándote con la mirada todo el tiempo. Me llamó la atención que  Midoriya siempre estuviera observándote. Al principio creí que algo estaba mal, pero él sonreía cada vez que te veía con tus compañeras de clase— una puntada apareció en medio del pecho de la muchacha y continúo escuchando con atención—. Pero jamás te vi sonreír, jamás te vi rodeada de gente, parecía como si las personas a tu alrededor no te importaran, como si no quisieras estar ahí— se sintió muy identificada, Todoroki estaba dando justo en el clavo—. Por eso me sorprendió cuando te veía irte con Midoriya y sonreír tan alegremente que me hizo pensar que no podría tratarse de la misma persona. Eras muy diferente, y Midoriya era la causa— Hana tragó saliva y apartó la mirada, no le gustaba hacia dónde se dirigía la conversación—. Cada vez que te veía pensaba en la razón detrás de esto, y luego me di cuenta que Midoriya, te gus…

— ¡No lo digas!— lo sorprendió y después de reaccionar así se sintió avergonzada— Es verdad todo lo que Todoroki-kun está diciendo… Nunca me gustaron los grupos grandes de personas, tampoco el tener que sonreírle a todo el mundo solo porque sí, pero todo parecía valer la pena si estaba con él…

— Entonces no estaba equivocado, pero, ¿qué ocurrió con ustedes?

Se le formó un nudo en la garganta. Intentaba reprimir las ganas de llorar. No quería llorar, así que tomó aire y le sonrió al joven.

— Ocurrió que después de tantos años a su lado, jamás me vio de forma especial— apartó la mirada y se recostó sobre la cama suspirando—. Izuku sigue siendo alguien especial, pero, no puedo estar a su lado mientras siga teniendo estos sentimientos por él. No puedo ser la amiga que él quiere en este estado, por eso decidimos separarnos un tiempo.

Todoroki la miraba mientras ella intentaba ocultar las lágrimas que escaparon de sus ojos. Se sintió muy mal al verla llorando, pero se sintió extrañamente aliviado al escuchar lo que dijo.
En ese momento se dió cuenta de lo contradictorios que eran sus sentimientos y llevó una mano a su rostro al pensar en la posible razón.

Todoroki era muy listo, pero en cuestiones de sentimientos era bastante lento, pero ya era algo que estuviera intentando descifrar el porqué.

— Creo que ya lo entendí Fubuki-san...—susurró. Hana se acomodó para poder mirarlo mejor y lo notó algo sonrojado—. Te comencé a buscar con la mirada, me interesé por ti antes de darme cuenta, y ahora que me dices eso me siento aliviado, creo que ya se la razón. Creo que me gustas.

Yo seré tu número 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora