Epílogo

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El día vestía de gris de nuevo, mucho viento fresco lo acompañaba moviendo las hojas del otoño entrante. Todos caminaban por las calles luciendo sus grandes abrigos de temporada, algunos con paraguas en mano por si el agua comenzaba a caer y otros simplemente apuraban el paso mientras daban miradas rapidas hacia el cielo. 

Era la primera vez que Marion usaba sus botas oscuras que su madre le había obsequiado ya un año atrás. Sentía que iban bien con el outfit que escogió antes de salir de casa. Mientras caminaba por el frío pasto iba mirándolas con atención. Eran muy bonitas y se preguntó porqué había tardado tanto tiempo en usarlas. Se detuvo bajo un arbol frondoso de hojas anaranjadas que se encontraba justo encima de una pequeña colina. Se sentó en el suelo de piernas cruzadas y acarició un diente de león que quedó justo frente a ella.

—Creí que esas botas no te gustaban. 

—Y yo creí que eras un vampiro y no podías estar bajo el sol porque te quemabas. 

Marion sonrió al ver a Adal caminar hacia ella.

—Ni siquiera se ve el sol, hay muchas nuves cubiendolo, así que todavía está en duda —respondió el chico sentandose junto con ella mirando las botas de Marion.

—Y bueno, hace un año creía también odiar estas botas, pero ahora creo que me gustan —dijo la chica estirando sus piernas y moviendo sus pies —. Además de que me quedan grandes y tuve que ponerme tres pares de calcetines en los pies.

Ambos rieron en sintonía.

—Me gustan —contestó Adal sonriendo co la vista aún fija en las botas —. Te hacen ver sofisticada.

—¿Estás diciendo que no soy sofisticada? —Marion dramatizó colocando una de sus manos en su pecho.

—Yo nunca dije que no lo fueras y no me haré responsable de malinterpretaciones.

Marion lo acusó con la mirada pero no pudo evitar sonreir mientras negaba con la cabeza. 

—Y... ¿Cómo sigues? —preguntó Adal buscando los ojos de Marion, la chica giró a verlo conectando miradas.

Marion después de ver a Luka y Damián marcharse sintió un vacío en el alma que decidió no llenarlo con más recuerdos malos. El día había sido bastante triste como para que continuara igual. Ella le pidió a su madre retirarse juntas y que la llevara a hacerse estudios, claramente su madre al ver que ella voluntariamente se ofrecía no dudó dos veces en aceptar y seguir las peticiones de su hija. 

Fueron varias pruebas donde le hacían forzar a su cerebro trabajar por medio de imágenes, vídeos y recuerdos. Le realizaron una tomografía computalizada para verificar que su cerebro no sufría de algún daño severo o de alguna anomalía maligna. Ella recibió los resultados del análisis de sangre que le habían realizado días atrás encontrando que todo estába a la perfección.

El diagnóstico final fue de Amnesia total transitoria, en el cual, los recuerdos más cercanos son olvidados de repente. Se olvidan los acontecimientos más recientes, de dónde y porqué estás en el lugar donde te encuentras en el momento, pero no de quién eres y de las personas que desde siempre haz convivido, como ejemplo a la familia o amistades viejas. Gradualmente los recuerdos vienen solos pero se necesita de ayuda y de no apresurar las cosas.

En el caso de Marion que se presentó en un momento no tan favorecedor y por el golpe que recibió dejándola inconciente dos días seguidos, iba evolucionando bastante bien. El doctor mencionó que se le hacía curioso y extraño el echo de que Marion recordara todo lo perdido de golpe y no de manera gradual, estaba feliz por ello. 

Te lo prometí [Completa].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora