(...)
Has sido una y otra vez la bofetada más bonita que me ha dado la vida para decirme que no tiene que ser así.
Me has matado y revivido cada vez que has querido.
A veces me pregunto: ¿por qué no simplemente paso la hoja como si fuera un libro de suspenso?
¿En qué momento algo que cuidas tanto se convierte en eso que te daña más?
¿Por qué no pudiste ser la última persona, la última boca y el último mechón de cabello que acaricié con mis dedos cuando estaba despertando?
Se han quedado tantas cosas sin decirte... Pero es el momento de despertar y dejar fluir.
En fin...
No era lo que iba a decirte como mensaje de fin de año; pero, tal vez era lo que quería decirte. Has sido lo mejor que pudo pasarme en estos últimos años (y lo peor).
Lejos o cerca, siempre estás aquí.
Es tu obligación y derecho, buscar tu lugar, y mi obligación quedarme en el mío.
No estaba en mis planes, pero sucedió. Así que, gracias por existir en este año de mierda.
Y ahora guardo mi pluma, antes que siga escribiendo lo que realmente quiero decir... sólo diré, ¡Feliz Año Nuevo... mugroso!