8. How to get the girl.

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Unos pocos rayos de sol entraron por la ventana, iluminando tenuemente la habitación. Sam arrugó el semblante y rodó hasta el otro extremo de su cama de tamaño matrimonial, se cubrió completamente con las sábanas, intentó volver a conciliar el sueño e hizo una nota mental de comprar cortinas para que el sol no la despertase. Al ser una habitación de invitados, Lena nunca se molestó en comprar cortinas, hasta antes de que Sam llegase a la ciudad, la CEO solamente la usaba como ático improvisado, nunca la usó realmente.

Tras unos 10 minutos dando vueltas en la cama, Sam se resignó, sabía que no iba a poder volver a dormir. De mal humor, estiró su mano para tomar su celular de la mesita de mesa, pero soltó un suspiro de fastidio al darse cuenta que su celular había muerto la noche anterior y no lo había notado.

Se sentó al borde la cama, todavía un poco desubicada; afuera de la ventana se veía un cielo un poco grisáceo, indicando que iba a ser un día un poco frío, quizá con lluvia, era el clima perfecto para quedarse todo el día en la cama y ver películas o leer un buen libro. La castaña se puso una sudadera gris que ya estaba algo deslavada y salió de la cama.

—Vaya, te levantaste temprano— Se burló Lena desde la barra de la cocina, sabía perfectamente que la habitación de huéspedes tenía una amplia ventana desde la que entraba demasiada luz.

Sam tuvo que contener una sonrisa al ver a la ojiverde, pensó que aún estaría durmiendo. Lena se veía tan hermosa como siempre, quizá un poco más hermosa de lo que usualmente se veía; tenía el cabello adorablemente despeinado y vestía un pantalón de franela azul y una camiseta blanca. Se veía tan relajada, estaba comiendo cereal mientras sus hermosos ojos esmeraldas se paseaban por las letras impresas del periódico.

—Te odio por comprar una casa con ventanas tan grandes— Sam bajó el último escalón y arrastró los pies perezosamente hasta la cocina, donde se sentó enfrente de la ojiverde. —¿Y tú qué haces despierta?

—Olvidé desactivar la estúpida alarma— Bostezó con pereza y se llevó una gran cucharada de cereal a la boca. —Hasta Draco se despertó— Señaló al sofá, dónde el gato estaba plácidamente dormido.

—Al menos alguien puede volver a conciliar el sueño— Se rió Sam y se levantó para ir hasta el refrigerador y ver que podía desayunar.

—Oye, ayer olvidé preguntarte algo— Dijo Lena y miró de reojo a su amiga.

—¿Qué pasa?— Preguntó Sam mientras se estiraba para alcanzar la caja de "Lucky charms"

—Ayer, mientras estábamos bailando, querías decirme algo, ¿Qué era?— Lena la miró con interés y volvió a comer una gran cucharada de cereal.

Ante la sorpresa, Sam por poco tira el plato que acababa de tomar. —Te lo dije ayer, sólo quería decir que me divertí bastante— Trató de sonar segura de sí misma, aunque le temblaban las rodillas.

—Por favor, te conozco, sé que eso no era lo único que querías decir— Lena arqueó una ceja.

Sam volvió a su asiento y empezó a servir cereal en su plato, tratando de actuar con normalidad. —Pff, claro que no, eso era todo lo que quería decir— Distraídamente echó leche en su plato.

—No me lo compro, has estado rara desde hace varios días— Lena jugueteó con su cereal y miró a su amiga con intereses.

—¿Qué? Claro que no, nunca me he sentido más normal que en este momento, todo estaba de maravilla, ¿Por qué dices que estoy rara? Quizá tú estés rara, sí, definitivamente, tú eres la que tiene comportamientos raros— Sam habló tan rápido que apenas y se le entendió, sintió que había empezado a sudar.

Exile - Supercorp/Reigncorp Donde viven las historias. Descúbrelo ahora