11. Things I should've told you.

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El día de acción de gracias llegó en un abrir y cerrar de ojos. Sam y Lena estaban bastante emocionadas por el viaje a Italia y no dejaban de hablar de ello, cosa que después de un tiempo a Kara empezó a incomodarle. Había ido un par de veces al bar alienígena, junto con Alex, Sam, Maggie y Lena, pero toda la noche el tema de conversación giró en torno al viaje.

En un principio, cuando se enteró de la relación de Sam y Lena, Kara trató de mostrarse tolerante, trató de fingir que todo estaba bien y que estaba feliz por ambas, trató de demostrar que su corazón no estaba roto, aunque le dolía como el mismísimo infierno. Una parte de ella le decía que no debía de preocuparse, una parte de ella pensaba que la relación de Lena y Sam era algo pasajero, que los sentimientos de ambas habían surgido a raíz de pasar tanto tiempo juntas; porque, claro, era casi imposible no enamorarte de tu roomie, sobre todo cuando tu roomie era tu mejor amiga. Kara no podía evitar el dolor cada vez que veía a Sam y a Lena de la mano, pero aquella pequeña chispa de esperanza y el pensamiento de que su relación podría ser simplemente pasajera la hacían sentirse ligeramente mejor.

Pero todo cambió tras la fiesta de Lena.

Cuando se enteró del magnífico viaje que Sam había planeado, se dio cuenta que la relación de ambas no era pasajera, era algo real, algo con lo que ambas estaban sumamente felices.

Kara empezó a alejarse, trataba de no asistir a las noches de juegos, a las noches de karaoke en el bar, evitaba a Lena y a Sam a toda costa, porque le dolía bastante toda aquella situación. Kara  podía imaginar cómo Lena podía estar tan bien, cómo podía ser tan feliz besando a alguien más, ¿Acaso no extrañaba su relación con la rubia? ¿Acaso se había olvidado de todas las promesas que se habían hecho, todos los planes y sueños que habían construido juntas? Porque Kara no lo había olvidado, no había olvidado nada de todo lo que ambas se habían prometido, Kara jamás podría olvidarlo.

Como todos los años, la cena de acción de gracias tendría lugar en el departamento de Kara. Era una tradición familiar, así que Kara no pudo negarse y era claro que tampoco podía escapar de su propio departamento, así que no podría escapar de la melosa pareja y de la plática de su estupido viaje a Italia.

Mientras una vieja canción de Madonna retumbaba por todo el departamento, Kara levantó el sofá con una sola mano, y pasó la aspiradora por debajo, sin hacer el más mínimo esfuerzo físico. Estaba bastante concentrada tarareando y moviéndose al ritmo de "Like a virgin", pero un olor peculiar logró captar su atención, de inmediato dirigió su vista hacia el horno, de donde salía una gran cantidad de humo.

—¡Mierda, mierda, mierda!

Bajó el sofá y voló -literalmente- hasta la cocina, abrió la puerta del horno y una cortina de humo cubrió su cocina, haciéndola toser por puro reflejo. Tomó la bandeja de aluminio en dónde había metido un gran pavo algunas horas antes, el ave estaba totalmente negra y tostada, Kara bufó con exasperación y tomó la bandeja extremadamente caliente sin siquiera molestarse en ponerse guantes. Colocó el pavo sobre la barra de la cocina y se dio cuenta que aquella pobre ave no tenía salvación alguna. Había arruinado la cena.

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Exile - Supercorp/Reigncorp Donde viven las historias. Descúbrelo ahora