Kara bebió un poco de su té helado, se acomodó en el sofá y se echó una manta encima. Mientras veía "How I met your mother", no podía dejar de tararear una melosa canción que había escuchado camino a casa, y es que todas las canciones de amor le hablaban de Lena, ella siempre estaba en su mente, las 24 horas del día.
El reloj de su muñeca marcaba las 9:32pm ¿Debería de preocuparse? Lena usualmente no llegaba tan tarde, a menos que tuviese algo muy importante, pero siempre le mandaba un mensaje para avisarle sobre su día y aquel día no había sabido nada de ella desde aquella tarde; no quería admitirlo, pero se sintió un poco triste al no recibir ningún mensaje de agradecimiento por las flores, al menos esperaba un emoji.Justo cuando por su mente cruzaba cambiar su cómoda pijama a cuadros por el traje de Supergirl para ir a asegurarse que todo estuviera en orden en la oficina de su novia, escuchó que alguien llamaba a su puerta. Tras una breve inspección con ayuda de sus rayos X, Kara voló, literalmente, desde el sofá hasta la puerta.
—Hol... — No pudo terminar de saludar a su novia, en cuanto la puerta se abrió, Lena se abalanzó sobre la rubia, rodeó su cuello con los brazos y la besó desesperada y apasionadamente.
A pesar de la sorpresa, Kara no se opuso a aquello y solo le tomó un par de segundos reaccionar y tomar a Lena por la cintura, atrayéndola aún más hacía su cuerpo.
La ojiverde empujó un poco a Kara de los hombros, dejó su bolso en el suelo y cerró la puerta de una patada. Besaba a la rubia con pasión, con desesperación, cómo si su vida dependiera de sus labios, tenía la respiración agitada, no quería hablar con ella, no quería dirigirle la palabra, simplemente quería follarla ahí mismo.
Era un giro inesperado en su relación, Lena jamás había sido tan ruda en la cama, siempre empezaban con un juego de caricias y besos que poco a poco iban subiendo de tono, hasta terminar desnudas y una cosa llevaba a la otra, pero aquella noche Lena la besaba como si no hubiese mañana, Kara no se opuso a aquello, pronto sintió como el calor subía por sus mejillas, la deseaba, quería a Lena en su cama. La acorraló contra la puerta, y sus manos encontraron camino hacia su trasero, el cual presionó firmemente, arrancándole un gemido casi imperceptible a la ojiverde.
Lena enredó sus piernas alrededor del torso de la rubia y ésta la levantó con facilidad. Sin despegar sus labios, Kara empezó a caminar hacia el sofá.
—Eres muy fuerte ¿Ah?— Lena se separó un segundo para mirarla a los ojos, las pupilas de Lena estaban dilatadas y sus ojos estaban más oscuros de lo normal, brillaban con lujuria.
—No te imaginas— La reportera la tiró sobre el sofá y se colocó sobre su novia, empezó a besarle el cuello con desesperación. —Me encantas.
—Cállate y fóllame— Respondió Lena con voz notablemente ronca, no tenía ganas de hablar con la rubia, estaba molesta, pero no quería saber la verdad.
El aliento de la rubia sobre su cuello hizo que Lena sintiera un escalofrío y su piel se erizó, enredó sus dedos entre su sedoso cabello rubio. Los labios de Kara volvieron a encontrarse con los de Lena, ambas iniciaron una batalla con sus lenguas. La ojiverde buscó con desesperación el extremo de la camiseta gris de Kara y la subió rápidamente, se separaron momentáneamente mientras Kara levantó los brazos para que su novia pudiera deslizar su camiseta fuera de sus hombros, dejando a la vista sus hermosos senos, cubiertos por un sujetador color blanco.
—Amor— Kara la detuvo antes de que Lena pudiese volver a atacar sus labios de forma salvaje, sentía que se había quedado sin aliento.
—¿Quieres hacer esto?— La miró fijamente a los ojos.—¿Tú no quieres?— El pecho de Lena subía y bajaba mientras su mano se colocaba sobre el broche del sujetador de la rubia.
—Por supuesto que quiero, contigo siempre quiero... es solo que...
ESTÁS LEYENDO
Exile - Supercorp/Reigncorp
FanfictionDespués de años de amistad, Kara y Lena finalmente se dan cuenta de lo obvio: ambas tienen sentimientos la una por la otra. Es así cómo ambas deciden comenzar una relación y parece que todo marcha de maravilla. Por primera vez en la vida, Lena sient...