3. La noche de un día difícil.

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Kara y Lena tuvieron una noche difícil, aunque a la mañana siguiente ambas tuvieron días bastantes diferentes.

Kara había tenido unas ganas inmensas de lanzar a James al espacio, se había sentido más enojada que nunca, se sentía frustrada y con ganas de destrozar todo. Por suerte Kara tenía un sentido de la cordura bastante fuerte, sabía que actuar de manera tan impulsiva estando tan enojada, podría traer graves consecuencias, decidió que lo mejor era ir a volar un rato, aquello la tranquilizaría, o al menos eso supuso.

Estuvo durante horas y horas volando alrededor de National City, totalmente alterada, de momentos se sentía la peor persona del mundo y por otros momentos sentía tanta ira con James que le daban ganas de ir a su casa y derretirle la cara. Finalmente emprendió vuelo hacia un lugar muy lejano de National City, no sabía en dónde estaba ¿Había salido del país ya? No lo sabía, pero a lo lejos vió un gran valle, no había nada más que rocas enormes, montañas y árboles, el pasto estaba sin cortar, lo que era indicio que estaba muy alejada de la civilización.

Estaba en el lugar correcto.

Desquitó toda su furia con las enormes rocas que había encontrado, utilizó toda su fuerza, toda su energía y enojo en destrozarlas, utilizó sus puños, su visión de rayos láser, las congelaba, las golpeaba y las lanzaba para posteriormente destrozarlas en el aire.

Gritó con todas sus fuerzas, hasta que la garganta le dolió y sus lágrimas se secaron. No supo cuánto tiempo estuvo en aquel amplio valle, sólo recuperó la noción del tiempo cuándo notó que unos suaves rayos de sol empezaban a iluminar el cielo oscuro y los cantos de los pájaros empezaban a escucharse cada vez más fuerte.

No había sido consciente de lo hambrienta que estaba hasta que su estómago gruñó fuertemente, no había comido nada en unas 9 horas, un tiempo récord para ella.

Emprendió vuelo de vuelta a la ciudad, a pesar de poder ir mucho más rápido decidió ir a paso lento y disfrutar del paisaje antes de tener que regresar a la realidad.

No quería tener que ir a su apartamento, necesitaba tener su mente ocupada para que sus pensamientos no la consumieran, así que cuando llegó a las afueras de la ciudad se dirigió a una pequeña cafetería que estaba al costado de una carretera.

Había una fila de unas 7 personas, estaba consciente que lo que iba a hacer estaba mal, pero no consideraba que esperar su turno fuese lo más sensato; su traje estaba lleno de tierra, su cabello algo despeinado y estaba segura que su rostro igualmente tenía tierra. Afortunadamente, encontró unos 10 dólares en los pequeños bolsillos del pantalón de su traje, así que a toda velocidad entró a la cafetería, veía cómo si el mundo se moviera en cámara lenta, aunque realmente ella es la que iba a una velocidad que no era perceptible para los demás. Tomó 5 sándwiches del mostrador, los metió en una bolsa de papel y dejó los 10 dólares en la mano de la barista que estaba tomando los pedidos de la gente, esperaba que eso fuese suficiente.

Eran cerca de las 8 de la mañana, suposo que su hermana y su cuñada habrían ido a correr, así que ya estarían despiertas.

Entró por la ventana del apartamento de su hermana. La primera con la que se topó fue Maggie, quien gritó y derramó todo el contenido de su taza sobre su camisa blanca debido a la sorpresa de ver a la rubia y volvió a soltar un grito al sentir el líquido caliente sobre su piel.

—Lo siento, lo siento— Kara se apresuró para ir por una toalla y se la extendió.

—Te juro que para navidad te regalaré un collar para gato, así sabré cuando estés cerca. Ouch— Trató de secar el exceso de café de su camisa. —Por cierto, ¿Estás bien? Tu traje está sucio, parece que te arrastró un camión de basura.

Exile - Supercorp/Reigncorp Donde viven las historias. Descúbrelo ahora